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Enclavado en el término municipal de Sallent de Gállego, situado entre las comarcas de la Jacetania y Alto Gállego, el pitón volcánico y el paisaje glaciar del Pérmico de Anayet no es simplemente otra maravilla geológica. Es un distintivo de Aragón, una insignia geológica que el territorio lleva con orgullo.
Este Área de Interés Geológico es más que una etiqueta administrativa; es un reconocimiento a la riqueza geológica de la región, y a su importancia tanto para la ciencia como para la historia humana y natural.
Un vestigio del supercontinente de Gondwana
Lo que hace excepcional al pico Anayet es que no se trata simplemente de un vestigio volcánico aislado. Este pico es el remanente de una colosal cadena montañosa que alguna vez se elevó hasta alturas de más de 6.000 metros en el supercontinente de Gondwana.
Imaginemos una cadena montañosa que rivaliza con los Himalayas, ahora erosionada por eones de actividad geotérmica y climática. Lo que vemos hoy en el pico Anayet es como un fósil, una ventana a eras geológicas que desafían nuestra comprensión del tiempo y del espacio.
El Cuaternario, el periodo geológico más reciente en la historia de la Tierra, ha dejado su huella indeleble en esta región a través de los procesos de glaciarismo. Durante las épocas de enfriamiento global, enormes masas de hielo se formaron y desplazaron, esculpiendo y remodelando el paisaje de formas que todavía estamos empezando a entender. Este glaciarismo no solo ha añadido una capa adicional de complejidad al pico Anayet y su entorno, sino que también ha creado un paisaje dramático y espectacular que es una de las joyas de Aragón.
Un paisaje que rivaliza con cualquier otro
La suma de estos factores geológicos y climáticos ha resultado en uno de los paisajes más extraordinarios de todo Aragón, y posiblemente de toda España. Cada componente, desde las rocas volcánicas que hablan de un pasado ardiente y dinámico, hasta los vestigios glaciares que cuentan una historia de frialdad y transformación, contribuye a un panorama que no tiene igual.
El pico Anayet no es simplemente un pico, es un monumento a la historia de la Tierra, un compendio geológico que demanda nuestra atención y admiración.
Un crucero geológico: una excursión inolvidable
El ascenso hacia el pitón y el glaciar es en sí mismo un viaje a través del tiempo geológico. Los diferentes tipos de rocas y formaciones que se encuentran a medida que se avanza en altura son como capas en una torta geológica, cada una representando una era diferente en la historia del planeta. Los fósiles y minerales incrustados en estas formaciones cuentan historias de vida y cambio, de extinciones y renacimientos, que desafían nuestra comprensión del tiempo.
Una forma canónica para ascender hasta aquí pasa por empezar la aventura en el Corral de las Mulas, a una altitud de 1.625 metros y a escasa distancia de 3 kilómetros del Portalet. El recorrido inicial lleva a través de la estación de esquí de Formigal en la zona de Anayet, proporcionando una transición suave desde la civilización a la naturaleza virgen.
Siguiendo las marcas de la Ruta Transpirenaica GR11, el sendero te conduce bordeando el barranco Culibillas. El camino se convierte en una sala de exposición de la belleza pirenaica: extensas praderas, rebaños de vacas y caballos, y el sonido constante del riachuelo Culibillas como música de fondo. Los picos de tresmiles te siguen como sombras majestuosas, siendo el preludio de las maravillas por venir.
Un pequeño ascenso te presenta una de las vistas más impresionantes de los Pirineos. Los ibones de Anayet, situados a 2.233 metros, junto con los picos circundantes como el Vertice de Anayet y el Midi D’Ossau, crean una composición visual inolvidable. Este llano herboso con lagos de alta montaña es una parada obligada para descansar y empaparse de la vista.
La segunda parte del recorrido introduce un cambio drástico de paisaje. Pasas por tierras de tonalidad roja, un vestigio del pasado volcánico de la región, hasta llegar al collado de Anayet. La ascensión se vuelve más desafiante pero está equipada con cadenas en las secciones más expuestas. El premio por este esfuerzo es la cumbre del pico Anayet, a 2.574 metros. Desde aquí, la panorámica es asombrosa, mostrando un horizonte repleto de picos y valles que cortan la respiración.
El descenso hasta el collado ofrece la oportunidad para una subida adicional hasta el Vértice de Anayet (2.559 m), desde donde se puede apreciar el paisaje desde una perspectiva diferente. Finalmente, el retorno sigue el mismo sendero, brindando vistas espectaculares del valle de Culibillas como telón de fondo.
En suma, esta excursión no es solo un paseo por la montaña, es una inmersión en la rica tapicería geológica de los Pirineos. Desde los prados y lagos de alta montaña hasta las tierras rojas y picos rocosos, la ruta al pico Anayet ofrece un espectáculo único de colores y formas, producto de millones de años de actividad volcánica y glaciaciones. Es un viaje en el tiempo que te permite contemplar la grandeza de la naturaleza y, si te detienes un momento para reflexionar, tal vez incluso tu lugar en ella.
Sergio Parra
Buenas, el picó de Anayet es término municipal de Canfranc, como la mayor parte de Canal Roya, menos la parte final y el ibón grande que es de Sallent.