Ruta de las Fuentes Medicinales: un recorrido revitalizante en El Bierzo

Hay muchas experiencias excelentes que se pueden disfrutar en El Bierzo (León) como, por ejemplo, explorar su gastronomía. El botillo puede que sea el producto estrella aunque los pimientos, la tarta de castañas o las peras al vino –por poner solo algunos ejemplos– tampoco se quedan atrás. El único inconveniente que se le puede encontrar a estos manjares es su tremendo aporte de calorías pero ante esto siempre hay remedio: el ejercicio físico. Y caminar es uno de los más saludables, sobre todo si se hace en la naturaleza como la ruta de las Fuentes Medicinales en Noceda del Bierzo, una de las más famosas de la comarca.

El recorrido

Se trata de un recorrido circular de 12 kilómetros –según los carteles informativos del ayuntamiento– que se completa en cuatro horas. Su nivel de dificultad es medio porque hay un tramo de descenso un tanto complicado, aunque tiene agarraderas y algunos escalones para hacer más fácil la bajada y otros de subida que requieren algo de esfuerzo. Hay que tener en cuenta que es necesario llevar calzado adecuado, porque si hay agua existe la posibilidad de resbalar. Esta es una ruta de fuentes que no están secas.

El camino parte de Noceda del Bierzo, cerca de la iglesia parroquial. Hay paneles que indican el camino y dan información sobre lo que se va a encontrar en el recorrido, mapa de las fuentes incluido. Después de una subida entre castaños y a los dos kilómetros está la primera parada: la fuente de Juan Álvarez. Pero aunque su agua es potable (se puede aprovechar para rellenar la cantimplora) no tiene ninguna propiedad que la haga medicinal más allá de ser un elemento indispensable para la vida humana.

La ruta continúa por la ribera del río Noceda y en ocasiones se sortea mediante puentes de madera. A esta altura ya se han podido ver varios saltos de agua y se considera que es una de las partes más bonitas del recorrido. La señalización (presente durante todo el camino para evitar pérdidas de senderistas) desvía el camino hacia la fuente del Azufre, con agua bicarbonatada mixta, lo que le da un color rojizo. Según se dice, beber de ella abre el apetito.

Poco después de incorporarse de nuevo al sendero principal, aparece la fuente de la Salud o manantial de la Doncella, de agua oligomineral, clorurada y sulfatada mixta, según pone en el cartel que la acompaña. A partir de aquí la cosa se complica un poco porque al senderista le espera una cuesta de subida considerable hasta llegar al mirador o peña del Gualta. Allí, además de unas vistas espectaculares a Noceda y los montes Aquilianos, hay una caja en cuyo interior suele haber un cuaderno de firmas (como el de las bodas) para dejar constancia de paso, una veleta y un reloj solar. 

Este es el punto más alto del camino (1.305 metros sobre el nivel del mar), así que empieza el descenso. Esta es la parte más complicada porque es muy empinado y rocoso. Aunque hay asideros y algún escalón como se decía al principio del artículo, es necesario bajar con cuidado y fijándose bien en dónde se colocan los pies. Pero esto no quiere decir que sea extremadamente peligroso, sino un tanto dificultoso sobre todo en comparación con el resto de la ruta.

El esfuerzo tiene su recompensa porque abajo espera la cascada de la Gualta, con una caída de 20 metros y compuesta por dos saltos de agua. A partir de aquí, el grado de dificultad vuelve a caer y el sendero continúa junto al río hasta la desviación a la fuente del Rubio, cuya agua es bicarbonatada sódica y tiene propiedades oligominerales (dicen que es buena para los huesos, prevenir las caries y aliviar el reuma), que se encuentra un poco después de la la fuente del Canalijo. La del Rubio es la penúltima ya que antes de volver al sendero que conduce de nuevo a Noceda está la pequeña fuente Mia.

Qué ver en Noceda del Bierzo

Este coqueto rincón de la provincia de León tiene apenas 600 habitantes y mucho encanto. Además de ser el punto de partida de rutas como la desglosada anteriormente o la de Beneiro, también tiene diversos puntos de interés para los aficionados a la arquitectura. En total tiene cuatro iglesias: la de Robledo de las Traviesas, la de San Justo, la de Cabanillas y la iglesia parroquial de Noceda. Esta última data del siglo XVII y en uno de sus muros figura una inscripción que dice “Francisco de Orexo me fizo. Año 1649”.

En el interior de la de Robledo de las Traviesas hay un sagrario de 1586 y un cáliz del mismo siglo. Asimismo, también hay una ermita de estilo románico consagrada a la virgen de Las Chanas, cuya imagen se encuentra en su interior. Está en el barrio de la Vega, porque pese a su escaso tamaño la localidad tiene barrios. 

Otro es el de San Pedro, donde está el lagar comunitario donde se hacía el vino. También se puede ver el horno comunitario, que aún sigue en funcionamiento, y los molinos harineros restaurados Fundeiru, Ampueru y el del Medio. Forman parte de otra de las rutas que se pueden seguir en el municipio de Noceda: la de los Molinos (el nombre no es muy rebuscado).

Naturaleza, arquitectura, tradición y buena comida: siempre hay motivos para visitar El Bierzo y en Noceda se reúnen todos ellos.