7 mercados medievales en Cataluña

15.02.2019

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7min. de lectura

Mercado medieval
Por: Associació Medieval de la Llegenda de Sant Jordi

Juglares, princesas, escuderos, tragasables, bufones, malabaristas, torneos y combates varios, si crees que la Edad Media queda ya muy lejos es porque no conoces estos mercados medievales de Cataluña.

Los mercados medievales se han convertido en toda una tradición en Cataluña. Así, cada año, decenas de localidades aprietan al botón de una particular máquina del tiempo y viajan a un mundo y una época fascinante, que atrae tanto a grandes como a los más pequeños de la familia. ¡Toma nota y no te pierdas algunos de los mercados más interesantes!

Viaje a la Edad Media en 10 mercados catalanes

1. Mercado Medieval de Sant Vicenç de Montalt

¡El primero del calendario! Para los que tienen mono de mercado medieval, en este pequeño municipio del Maresme, muy cerquita de Barcelona, celebran su mercado haciéndolo coincidir con la fiesta mayor del municipio, que cae a mediados de enero. El emplazamiento aprovecha la iglesia de estilo gótico, junto al carrer de Sant Antoni, en el centro histórico del municipio.

Como plan alternativo, al otro lado de la autopista del Maresme, se encuentra la fachada marítima de Sant Vicenç de Montalt por donde es muy agradable pasear. El paseo del Marqués de Casa Riera corre paralelo a una extensa playa y en él se levantan diferentes villas de la burguesía catalana del siglo XIX y XX, entre edificios más modernos de apartamentos.

2. Mercado Medieval a Castelló d’Empúries

Aunque hoy la capital del Alt Empordà es la daliniana Figueres, hace mucho tiempo atrás lo fue Castelló d’Empúries. De ahí que conserve un espectacular patrimonio cultural, con monumentos de bella factura como la basílica de Santa María y varios edificios góticos como la antigua llotja de mar. En su pintoresco centro histórico se encuentra el Museo de Historia Medieval de la Cúria-Presó, con detallada información sobre esa época histórica.

Si se visita la localidad a principios de septiembre no será necesario visitar el valioso museo medieval, puesto que toda la Edad Media estará presente en las calles. El Festival Terra de Trobadors va camino de su 29ª edición convertido en uno de los mejores mercados medievales de todo Cataluña. Una gran ambientación, talleres, comercios artesanos y representaciones teatrales recuperan el esplendor pasado que tuvo durante el S. XIV el condado de Empúries.

3. Mercado Medieval de Vic

Cada año, a principios de diciembre la ciudad de Vic hace su particular viaje en el tiempo, retrocediendo en el calendario hasta la Edad Media. Es uno de los mercados más conocidos de Cataluña y uno de los más grandes.

El espacio del centro histórico en el que se desarrolla el mercado es excepcional, puesto que Vic jugó un importante papel en la historia de la comarca de Osona, muy ligada a la introducción del cristianismo en Cataluña, que le procuró un gran patrimonio artístico y cultural. El momento cumbre del mercado llega con la representación teatral del episodio histórico conocido como “L’Assalt de l’ Altarriba” que se realiza en ocho escenarios tan importantes como el claustro de la casa de Convalescència, el patio de la Creu del antiguo hospital de la Sta.Creu, el Orfeó Vigatà, el patio de la casa Sacerdotal, la Albergueria, el Escorial, Palau Bojons y el Templo romano.

4. Semana medieval de Montblanc

Montblanc
Por: Associació Medieval de la Llegenda de Sant Jordi

Uno de los enclaves medievales más bellos y mejor conservados de todo Cataluña es el pueblo amurallado de Montblanc. Dicen que en el portal de Sant Jordi, el caballero dio muerte al legendario dragón. Así, ¿cómo no iban a tener uno de los mejores mercados medievales? Se celebra durante la popular Semana Medieval de Sant Jordi desde 1987.

Llegado el 23 de abril, cuando se celebra la Diada de Sant Jordi, toda la ciudad se acondiciona según los gustos del medievo y se rememora su histórico pasado: cuando en el año 1155 recibió la primera carta de población de manos de nada más y nada menos que de Ramón Berenguer IV. Los actos más populares son el encuentro de dragones y diablos, el mercado medieval y la emocionante representación de la leyenda de Sant Jordi.

5. Fira medieval, la festa de la sal de Cardona

Minas de Sal de Cardona
Por Iakov Filimonov

Un pueblo con una enorme montaña de sal cómo no iba a ser un lugar ideal para un mercado medieval. La celebración del mismo, a mediados de abril de cada año, coincide a la vez con la Fiesta de la Sal.

La Montaña de Sal de Cardona es un fenómeno natural único en el que se puede observar un crecimiento vertical de la sal, formando un espectacular macizo blanco llamado diapiro. Fue hasta la década de los 90 del siglo pasado una de las minas de sal más importantes del mundo. Durante la celebración del mercado y de la Fiesta de la Sal se realizan recreaciones históricas de la ceremonia de los Síndicos de la Tierra y del derecho de Aimines, un privilegio que tenían los habitantes de Cardona para poder extraer hasta 40 kg de sal para uso propio.

6. Feria Medieval de Peralada

Algo apartada de las rutas más turísticas, el interior del Alt Empordà (Girona) es una de las zonas más interesantes del norte de Cataluña. Su corazón late en Peralada, donde el primer fin de semana de junio celebran cada año su propio mercado medieval, que recibe el nombre de Na Mercadera, “La heroína de Peralada”.

Peralada vuelve 700 años atrás para transformar su centro histórico, de gran riqueza monumental, en un escenario que bien podría valer para la serie Juego de Tronos. Sus calles adoquinadas y edificios monumentales constituyen el marco perfecto para la feria medieval. Destaca en el conjunto el bellísimo castell de Peralada, de origen gótico y renacentista. Muy cerca está el claustro de Sant Domènec, románico del siglo XII, que es también un emblema de la ciudad.

7. Mercado Medieval dels Canonges

Mercado medieval en Cataluña
Por Queralt jqmj

Si en la historia medieval de Cataluña Sort fue casa de los duques, la Seu d’Urgell lo fue de los obispos. Se llega a la capital del Alt Urgell siguiendo la ribera del Segre. La avenida de Pau Claris divide la parte nueva de la localidad de líneas rectas y funcionales, de la parte vieja, con sus laberínticas y estrechas calles alrededor de la catedral de Santa María, del siglo XII. Ese es el privilegiado espacio del centro histórico que ocupa siempre a principios de junio el Mercado Medieval de los Canónigos. Ya van a por su 18ª edición.

Esos días, caminar por las calles peatonales hasta desembocar en el la calle Major y en la paralela de los Canonges, con el ambiente de los vendedores, personajes caracterizados, los talleres y actividades para toda la familia, constituye todo un divertido viaje al pasado. En total, más de quince calles y seis plazas por donde dejarse llevar sólo guiados por la imaginación.

José Alejandro Adamuz

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