Trampantojos rurales: lugares que no son lo que parecen

Escrito por
19.02.2025
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7min. de lectura
Batería de Castillitos, en Murcia. Por Alex Tihonov
Dice la Real Academia Española (RAE) que un trampantojo es: “Trampa o ilusión con que se engaña a alguien haciéndole ver lo que no es”. Y, aunque el diccionario no viene con ejemplos gráficos, si tuviésemos que poner alguno, cualquiera de estos monumentos u espacios naturales podrían servir.
Este es un listado de lugares de España que, aunque por fuera parecen una cosa, su interior o el uso que actualmente se les da no tiene nada que ver con lo que podríamos esperar de ellos. ¡Sorpresa!
Una batería militar que parece un castillo

Parece un castillo medieval de cuento de hadas, con sus torres almenadas y los muros de piedra. De hecho, de ahí su nombre: “Castillitos”. Sin embargo, este curioso lugar situado en el cabo Tiñoso, en Cartagena (Región de Murcia), a 250 metros sobre el nivel del mar, se trata de una de las baterías militares más sorprendentes de España. Su forma se hizo a propósito para camuflarla.
Fue construida entre 1933 y 1936 como parte del Plan de Defensa de Costas de Primo de Rivera. El objetivo era, junto con la batería de Cenizas, proteger la bahía de Cartagena, una de las bases navales más estratégicas del país. La fortificación albergaba dos cañones antibuques Vickers capaces de disparar proyectiles de casi una tonelada a más de 35 kilómetros de distancia.
Según Turismo de Cartagena, el último ejercicio con tiro real se realizó en 1977 y, en 1994, fue desmilitarizada. Actualmente es un lugar turístico, la entrada es libre y hay algún acantilado sin vallar. El camino es pedregoso.
Las terrazas agrícolas con forma de pirámides

Las pirámides de Güímar son un conjunto de seis estructuras escalonadas ubicadas en la localidad de Güímar, en la isla de Tenerife. El origen y propósito de estas construcciones han sido objeto de debate durante años.
La razón es que el famoso antropólogo noruego Thor Heyerdahl, que las visitó por primera vez en 1991, difundió que estas estructuras construidas con piedras volcánicas podrían haber sido obra de civilizaciones antiguas. De hecho, defendió que las pirámides están alineadas con el solsticio de verano y podrían indicar una conexión entre Canarias y la cultura egipcia o mesoamericana.
Heyerdahl fundó el Parque Etnográfico de las Pirámides de Güimar en 1998. Sin embargo, su teoría no tuvo el apoyo de otros antropólogos. La versión más aceptada por los expertos afirma que, en realidad, estas construcciones fueron levantadas en el siglo XIX por campesinos que, para limpiar sus tierras, apilaban las piedras en pirámides, algo que era bastante común en Canarias.
En el parque etnográfico podemos aprender más sobre el tema, así como sobre la cultura guanche (antiguos habitantes de Canarias). Hay un museo, senderos, pirámides y un jardín botánico.
Las cárcavas que son una antigua mina

A simple vista, Las Médulas parecen una montaña repleta de cárcavas – socavones producidos en rocas y suelos a causa de la erosión del agua- que se funden con la espesa vegetación. Un paisaje auténtico, obra de la madre naturaleza, situado en El Bierzo, León. Pero, nada más lejos de la realidad.
Aunque el agua también fue fundamental para su creación, en realidad, Las Médulas son el mayor y más importante yacimiento de oro a cielo abierto del Imperio romano. Y fueron ellos los que, entre los siglos I-II a.C y bajo el mandato de Adriano, crearon las formas que actualmente luce la montaña.
Para extraer el oro, los romanos excavaron galerías e inundaron los túneles con grandes cantidades de agua que provenía de los canales de los alrededores. La presión del agua hizo que la montaña colapsara y que el material aurífero se desprendiese de la tierra (luego filtrarían el oro). Esta técnica se conocía como ruina montium.
El resultado, tal y como se puede ver hoy en día, son colinas y pequeñas montañas rojizas, erosionadas entre valles y lagunas, rodeadas de bosques de castaños y robles. Debido a su valor histórico y natural, desde 1997 son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La plaza de toros que es un complejo residencial

Todo parece indicar que estamos frente a una plaza de toros: su forma, los colores… Y bueno. Lo fue. La plaza de toros vieja de Tarazona, Zaragoza, fue uno de los espacios taurinos más singulares de España, tanto por su diseño como por su transformación con el paso del tiempo. Pero empecemos por sus orígenes.
Esta plaza fue construida en 1792, por lo que es una de las más antiguas de España (la primera, la de Béjar, fue levantada en 1711). Su principal característica es su diseño octogonal con balcones que servían como palcos. El motivo de que tuviera esta forma es que, además de coso taurino, también fue ideado como espacio multifuncional.
A finales del siglo XIX, la plaza empezó a perder popularidad en este tipo de eventos. Se quedaba pequeña y había otras construcciones más modernas. Por ello, en vez de demolerla, se decidió buscarle una mejor vida y convertirla en un complejo residencial. Hoy, este patio interior está rodeado de casas.
Este no es el único caso en España. Otros ejemplos son la plaza de toros de Béjar (La ancianita), en la que algunas de sus instalaciones fueron reconvertidas en viviendas; o la plaza Mayor de Chinchón, que antiguamente fue coso taurino y que, cada verano, lo transforman para los eventos taurinos
Una estación de tren que es una casa rural

En este punto seguramente estés esperando que te hablemos de Canfranc. Sí, en España existen varias estaciones de tren convertidas en alojamientos, incluso antiguos vagones. Sin embargo, vamos a tirar para casa. Os presentamos La Vieja Estación, en Castro Urdiales (Cantabria). Un antiguo edificio que servía para albergar a los pasajeros que esperaban el paso del tren en Otañes, y que hoy es una coqueta casa rural.
Tiene capacidad para hasta 18 personas y, por donde antes pasaba la antigua vía de tren, hoy es una vía verde de 9,14 kilómetros que va desde el barrio Brazomar, en Castro Urdiales, al túnel de Herreros pasando por Otañes.
La iglesia que fue un templo del skate

En España hay un buen número de iglesias desacralizadas que podrían ser trampantojos rurales. En EscapadaRural os hemos hablado de algunas como San Pedro Cultural, en Palencia, que fue reconvertida en un centro cultural dedicado a la astronomía; o de la iglesia de San Juan Bautista de Alarcón, en Cuenca, que acoge un inmenso mural de Interés Artístico Mundial por la UNESCO.
También hemos mencionado el Kaos Temple, la iglesia de Llanera (Asturias) que, en el año 2015, se convirtió en un templo, pero del skate. El edificio original pertenece a la antigua iglesia de Santa Bárbara, que data de 1913-1917, pero que fue abandonada tras la Guerra Civil.
En 2007, un joven empresario de Oviedo, Ernesto Fernández, decidió hacerse con el inmueble para reconvertirlo, inicialmente, en un espacio polivalente. Su amor por el monopatín, no obstante, lo llevó a crear un original skate park que, con el trabajo del artista Okuda San Miguel, no podría ser más colorido. Eso sí, el templo del patín conserva la estructura, las bóvedas e incluso las cristaleras originales del siglo XX.
Según el periódico El Comercio, actualmente la iglesia asturiana del skate está en venta por 350.000 euros.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
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