Mapa de qué visitar en Cantabria: los 9 imprescindibles
Escrito por
14.02.2024
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A orillas del mar Cantábrico, en el norte de España, está Cantabria. Una tierra donde el verde es el color predominante y en la que podemos disfrutar tanto del mar como de la montaña. En el límite con Palencia está el nacedero del río Ebro, más concretamente en el Pico Tres Mares, a unos 2.000 metros de altura.
Cantabria también cuenta con sus Picos de Europa. Su teleférico de Fuente Dé, que parece llegar hasta el cielo, nos ofrece algunas de las mejores vistas de este sistema montañoso. Potes y Bárcena Mayor son algunas de las mejores opciones para disfrutar de la arquitectura medieval típica de montaña.
En la costa, sin embargo, destacan las playas vírgenes y peculiares como la de Covachos o de la Arnía; o con ermitas incrustadas en la roca, como la de Santa Justa. Naturaleza y patrimonio que en Cantabria van de la mano. Desde la Prehistoria, con las cuevas de Altamira; pasando por lo medieval y hasta el modernismo, como en Comillas, donde podemos encontrar el Capricho de Gaudí.
Cantabria son bosques de hayas, robles y secuoyas. Son valles y desfiladeros. Son anchoas y sobaos. Es geología, como la Costa Quebrada; rutas de senderismo, cultura y mucha historia. Y esto son solo algunas de las joyas que hay que visitar en Cantabria, aunque hay muchas más.
Secuoyas gigantes del monte Cabezón
A pocos kilómetros de Cabezón de la Sal hay un bosque declarado Monumento Natural debido a su valor y belleza: en él hay unos 850 secuoyas cuya altura media es de 40 metros y el grosor de sus troncos ronda los 2 metros. A pesar de su tamaño, son secuoyas bebé, ya que esta especie puede alcanzar hasta los 115 metros de altura.
La historia del bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal se remonta a los años 40, cuando fue necesaria la repoblación arbórea de la zona. Para recorrer el bosque hay una pasarela de madera que discurre entre las secuoyas y que permite que la ruta sea accesible para todos.
Faro del Caballo
A los pies del monte Buciero está el faro del Caballo, la luz que desde 1863 y hasta 1993 guiaba a los barcos en Santoña, en el oriente de Cantabria. Para acceder hasta él hay que bajar 763 escalones que fueron levantados por presos del Cuartel del Presidio de Santoña, mientras podemos disfrutar de impresionantes vistas al mar Cantábrico.
Es importante saber que el camino no está asfaltado y durante el recorrido no hay servicios de ningún tipo. No obstante, es una ruta agradable que comienza en el paseo marítimo de Santoña. En total son unos 5 kilómetros. También se puede llegar hasta él en barco.
Santillana del Mar
Conocida como la villa de las tres mentiras, pues de ella se dice que “ni es santa, ni llana, ni tiene mar”, Santillana del Mar está considerada como uno de los pueblos más bonitos de Cantabria. Además, su municipio sí tiene playa, la de Santa Justa, donde podemos encontrar una ermita incrustada en la roca.
Además de un paseo por sus pedregosas calles, no hay que perderse una visita a la colegiata de Santillana del Mar, la plaza mayor, las dos torres, el Museo de la Tortura y el de Altamira, así como probar el bizcocho de la Casa Quevedo. Un imprescindible que visitar en Cantabria.
Cuevas de Altamira
Las cuevas de Altamira son una de las joyas de Cantabria. Conocidas como la Capilla Sixtina del Paleolítico, es Patrimonio Nacional desde 1985. Fueron descubiertas a finales del siglo XIX y, para preservarlas, el acceso está restringido a cinco personas a la semana que se seleccionan mediante concurso. No obstante, si no somos afortunados, podemos visitar el Museo Nacional y el Centro de Investigación de Altamira, donde hay una réplica de la cueva con pinturas y grabados.
Valles Pasiegos
Verde, salpicado de casas tradicionales y de pequeños pueblos donde abundan las panaderías: así son los Valles Pasiegos, una de las comarcas más bonitas y naturales de Cantabria. De ella provienen, además, uno de los manjares gastronómicos de la comunidad: los sobaos pasiegos. Y es que, tradicionalmente, los lugareños usaban lo que tenían a su alcance para elaborar su propia gastronomía.
Con los pastos repletos de vacas, aquí los cántabros aprovecharon la leche para mezclarla con la miga de pan y los huevos y hacer los tradicionales sobaos, llamados así porque al amasarlos se “sobaban”. Aquí, además, podemos visitar el Museo Casa del Pasiego, recorrer la vía verde del Pas y disfrutar de este paraíso natural.
El Capricho de Gaudí
El arquitecto catalán dejó huella en el pueblo costero de Comillas con una de sus obras más bonitas: El Capricho. Una casa indiana cuyo nombre real es villa Quijano, apellido del indiano Máximo Díaz de Quijano quien le encargó la obra. Fue construida entre 1883-1885, siendo uno de sus diseños más antiguos.
La casa está abierta al público como museo y se puede visitar. Aunque no es la única obra modernista del pueblo. La Antigua Universidad Pontificia de Comillas fue diseñada por el arquitecto Lluís Doménech i Montaner, autor también del Palau de la Música Catalana.
Fuente Dé
Situada en el municipio de Camaleño, valle de Liébana, Fuente Dé se caracteriza por su circo glaciar y su conjuntos de hayedos. También por el teleférico de Fuente Dé, que nos sube hasta el cielo para ofrecernos algunas de las mejores vistas del Parque Nacional Picos de Europa. En unos 4 minutos podemos alcanzar los más de 1.800 metros de altura hasta llegar al mirador de El Cable. Tanto desde Fuente Dé como desde El Cable hay diferentes rutas de senderismo con diferentes niveles.
Potes
También en el valle de Liébana encontramos la villa medieval de Potes, que sirve como puerta de entrada a los Picos de Europa cántabros. En ella destacan dos cosas: los puentes y las torres. Y es que, durante la Edad Media Potes fue disputado entre poderosas familias nobles como los Mendoza y los Manrique.
No hay que perderse una visita al monasterio de Santo Toribio, donde hay un trozo del Lignum Crucis (la cruz en la que Jesucristo fue crucificado); la torre del Infantado, que sirve como mirador desde donde contemplar todo el pueblo; y la del Orejón de la Lama. Si buscamos algo de adrenalina, no muy lejos de potes podemos encontrar el desfiladero de La Hermida, que con 21 kilómetros está considerado como uno de los más largos de España.
Bárcena Mayor
Enclavado en el corazón del Parque Natural Saja Besaya, Bárcena Mayor es uno de los pueblos que visitar en Cantabria, ya que es donde mejor se puede contemplar la arquitectura popular montañesa. Está situada junto al río Argoza y, gracias a su valor etnográfico, fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1979.
Las viviendas datan de los siglos XVII y XVIII y se pueden encontrar de varios tipos, ya que se han ido adaptando a los diferentes tiempos. Podemos ver la típica casona montañesa, con arcos de medio punto; casas con casetón, casas con solana-puente, con dos alturas, etc. Uno de los mejores ejemplos es la casa rectoral.
Redacción ER
Me encantó Cantabria cuando la visité hace algunos años… especialmente, los pueblos de Potes y Santillana, cómo no!
No se llama el presidió de Santoña,es el centro penitenciario Penal del Dueño.
Hola, Vicente. Gracias por tu comentario. El nombre del centro penitenciario es el que aparece en la web oficial de Faro de Caballo. Por las fechas, ya que el centro del Dueso no se construyó hasta 1907 y el Cuartel de Presidio de Santoña funcionó desde 1824 hasta 1924, creo que no es el mismo centro. ¡Un saludo!
No sé quien ha hecho ese mapa, pero no conoce Cantabria…
Hola, Jesús. ¿Podrías ser un poco más específico? El mapa está dibujado por la artista @miss.pad_thai que es cántabra 🙂 ¡Gracias!
Mandar a alguien q conozca mejor Cantabria
Las sequuoyas hace 5 años no las conocían ni los de aquí y estaban perfectas. Hoy gracias al turismo masivo, el instagram y la puñetera manía de abrazar árboles, están acabando con ellas, dada la erosión de la corteza. Ahora los van a proteger con alambradas.