San Roque, ¿la iglesia que aparece en los billetes de 10 euros?

Si tienes un billete de 10 euros a mano, sácalo un momento de la cartera y fíjate bien en la puerta románica que aparece en el anverso. ¿Sí? Ya, yo tampoco suelo llevar nunca efectivo encima.

Está bien, mira la imagen de a continuación. Luego fíjate en la entrada a la iglesia de San Roque, en Melide (Lugo). 

El parecido es evidente, ¿verdad? Razón por la que los peregrinos que llegan hasta aquí a través del Camino de Santiago se paran a fotografiarse frente a su puerta con el billete en mano. 

Cuando los vimos durante nuestro viaje por el Camino primitivo no entendíamos nada. “¿Qué hace esa gente?”, pensé. Hasta que nuestro guía Tonho nos sacó de dudas: “Esa iglesia es conocida por ser la que aparece en los billetes de 10 euros”, explicó. 

Pero, ¿es realmente la entrada de San Roque la misma que aparece en los billetes de 10 euros? Pues, siento decepcionarte pero no, no lo es. Según el Banco Central Europeo “En los billetes de la serie Europa aparecen representados estilos arquitectónicos de distintos períodos de la historia europea, que no reproducen monumentos ni puentes reales”. 

Así, el billete de 5 euros alude al arte clásico; el de 10 euros al románico; el de 20 euros representa a la arquitectura gótica; el de 50 al Renacimiento; el de 100 alude a lo barroco y rococó; y el de 200 a la arquitectura del hierro y del cristal del siglo XIX.

No obstante, fueron diseñados por el artista austriaco Robert Kalina, quien, según Crónica Numismática, se inspiró “en edificios reales, reelaboró y simplificó su imagen junto a un ingeniero de arquitectura y otro de construcción de puentes para que las estructuras dejaran de ser reconocibles”.

¿Podría ser entonces la de San Roque? Pues buscando puertas similares en Europa, podría ser la iglesia de Melide, como la iglesia de Notre-Dame la Grande, en Poitiers (Francia); o la iglesia de San Pedro, en Ávila. Por poner solo algunos ejemplos. 

Puertas y puentes para simbolizar la unión

Los primeros billetes de euro se introdujeron el 1 de enero de 2002. Ahora, poco más de veinte años después, el Banco Central Europeo ha anunciado que en los próximos años se hará un rediseño para que sean más seguros, eficientes y sostenibles. 

Hasta ahora, los billetes en circulación diseñados por Kalina reflejan simbólicamente siglos de historia europea a través de puentes y puertas. Los puentes hacen referencia a la unión entre países, mientras que las puertas simbolizan la apertura, la cooperación entre pueblos. 

En el próximo rediseño la temática elegida ha sido La cultura europea y Ríos y aves, aunque, tal y como ha anunciado el BCE “Aún pasarán algunos años hasta que terminen de fabricarse los primeros billetes y podamos llevarlos en los bolsillos”. 

Melide, la capital del pulpo en el Camino de Santiago

Pero, sea o no la iglesia de San Roque la que aparece en los billetes de 10 euros, esta localidad lucense merece una parada. Los peregrinos lo saben, por eso llegan contentos tras hacer los poco más de 14 kilómetros desde Palas de Rei, en el Camino francés; o los 6,8 kilómetros desde Vilamor, en el Camino primitivo. 

Y ya no solo por descansar, en muchas ocasiones con ganas de refugiarse de la lluvia, sino porque saben que van a comer bien. “Venga ya, ¿y dónde se come mal en Galicia?”, preguntarás. Ya, toda la razón. No se han conocido casos de que alguien en tierras gallegas haya comido mal o pasado hambre. Melide, no obstante, no solo tiene una gran oferta de restauración típica gallega, sino que está considerada como la capital del pulpo del Camino de Santiago. Sí, no es mi intención quitarle el título a O Carballiño, claro. 

Puede que Melide no tenga el encanto de otros pueblos gallegos, pero el aroma del pulpo cociéndose en grandes ollas nos llegará nada más dar los primeros pasos en su centro urbano. Uno de los primeros restaurantes que encontraremos será A Garnacha. 

Allí, haciendo esquina entre la avenida de Lugo y la rúa Camiño Vello de Santiago, tras el vaho de las ollas encontraremos a Sergio Rhenals, o lo que es lo mismo “el chef del pulpo”, uno de los responsables de que sus interiores se llenen de peregrinos prácticamente a cualquier hora. 

La mayoría lo hacen por su destreza con el pulpo, aunque recomendamos pedirlos con cachelos, probar su empanada y el queso. Nunca querrás salir de allí. 

Si lo consigues, pero ya estás pensando en la cena, otra de las pulperías con fama que hay un poco más adelante, en rúa Cantón San Roque, es la de Ezequiel. Lamentablemente, nosotros no tuvimos más tiempo, ni hueco en el estómago, para probarla, pero también son maestros pulperos. 

Más allá de su gastronomía

Pero, aunque venir a Melide a comer está muy bien, aún tiene más cosas. 

Volviendo sobre nuestros pasos al punto de partida, a la iglesia de San Roque, encontraremos una de las joyas más preciadas de la localidad y de toda Galicia: su cruceiro. Una cruz de piedra levantada sobre un pilar que es uno de los elementos más representativos de la cultura gallega, aunque también se pueden encontrar en Portugal, así como en otros sitios del norte de España. 

Pero el cruceiro de Melide no es como cualquier otro. De estilo gótico y datado en el siglo XIV, está considerado por los historiadores como el más antiguo de Galicia. En el anverso se puede ver un Cristo majestad y en el reverso a un Cristo crucificado. 

Los cruceiros fueron levantados junto a iglesias y, principalmente, en cruces de caminos. También fue un símbolo de protección hacia los viajeros. 

Un poco más alejados del centro de Melide también están otras dos maravillas arquitectónicas. Uno de ellos es el puente de San Xoán de Fuerlos, que data de la Edad Media y es una de las construcciones más destacadas del Camino de Santiago en tierras gallegas. 

Y, justo en el otro extremo, también a las afueras, la iglesia de Santa María de Melide, del siglo XII. La entrada también es románica aunque, en este caso, no tiene tanto parecido a la del billete de 10 euros. Y es que, tras una búsqueda rápida, tampoco hay tantas que se le parezcan.