Misticismo y belleza en el Lago de Sanabria
Escrito por
17.07.2018
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El Lago de Sanabria es el lago de origen glaciar más grande de la Península Ibérica y de los más extensos de Europa. Sus dimensiones: 1’5 kilómetros de ancho, 3 kilómetros de largo y 53 metros de profundidad.
Este gigante natural, integrado en el Parque Natural del Lago de Sanabria, se localiza en la Comarca de Sanabria, al Noroeste de la provincia de Zamora. Los bonitos municipios de San Martín de Castañeda y Ribadelago, a apenas 13 km de la villa medieval de Puebla de Sanabria, son sus principales puertas de acceso.
Un escenario de postal que desprende belleza paisajística a raudales y que proporciona una ventolada de aire fresco y una absoluta inmersión rural a quienes lo visitan.
¿Cuándo y cómo se formó? Pues nada menos que hace 100.000 años, en el período del Pleistoceno Superior, cuando se derritió un mastodóntico glaciar con lenguas de hielo que alcanzaban los 20 kilómetros de longitud.
Una gran mole helada que cambiaría para siempre la orografía de la región, dando lugar no sólo al Lago de Sanabria, sino también a un amplio conjunto de humedales y lagunas distribuidas a lo largo de todo el Parque Natural. La Laguna de los Peces y la Laguna de Cubillas son dos buenos ejemplos de ello.
Musa de Miguel de Unamuno, quien, seducido por la magia del entorno en 1930, le dedicó dos de sus poesías en la obra San Manuel bueno, mártir», el Lago de Sanabria ha sido el protagonista de numerosas leyendas populares.
Una de las más conocidas es la que establece la génesis del lago en la venganza de un peregrino. Un personaje que inundó el poblado de Valverde de Lucerna enojado por el egoísta trato de sus gentes al no querer darle cobijo la víspera de la noche de San Juan, transformando el lugar en el actual Lago de Sanabria.
Dejando de lado las leyendas, el Lago de Sanabria es un reclamo turístico mayúsculo para la zona. En primer lugar, por su extensa red de senderos. Unos senderos íntimos y silenciosos dibujados en la frondosidad de los bosques de tejo, acebo, avellanos, abedules y robles que habitan en la región y que permiten experimentar una sensación de absoluto regocijo en quien los camina.
Entre los más sobresalientes, el sendero que nace al comienzo del pueblo de San Martín y llega hasta la mismísima laguna, ofreciendo una rica y fotogénica diversidad floral; y el camino que comunica las localidades de San Martín de Castañeda y Ribadelago, el cual ofrece unas fabulosas vistas del embalse glaciar.
El segundo de los factores que más contribuye a su popularidad lo encontramos en las apetecibles playas de arena y piedras entremezcladas, formadas a orillas de la laguna. Unas playas en las que se permite el baño y que suponen el paraíso para todos aquellos que se desplazan hasta aquí en busca de un alivio ante las tórridas temperaturas veraniegas.
Tanto las playas de Custa Llago (la más importante del lago) y Viquiella, en el lado Oeste, como las de Los Arenales de Vigo, El Pato, Los Enanos y El Folgoso, en su vertiente Sureste, disponen de las infraestructuras necesarias para disfrutar de una relajante escapada rural.
En los alrededores no faltan campings, casas rurales, restaurantes, merenderos, así como un completo abanico de empresas de turismo activo que realizan actividades y deportes acuáticos como buceo, windsurf, vela, excursiones en piragua, rutas didácticas en catamarán o paseos en barca.
La actividad elegida es indiferente. Todas, a su manera, permiten sentir la inmensidad de las profundidades del Lago de Sanabria desde la plácida y cristalina superficie. Un desconcierto a lo desconocido que sobrecoge y que, por momentos, corta el aliento.
Un marco natural inigualable, cargado de misticismo y diseñado para el relax y el descanso. ¿Su nombre? Lago de Sanabria.
Elísabet García