La Fiesta del Oso y el rapto de mujeres

El título es una traducción de la Festa de l’Ós, original de Cataluña, una fiesta singularísima de origen medieval. Durante su celebración, hombres disfrazados de osos bajan hasta el pueblo para raptar a la chicas y, de paso, tiznarles las caras a los asistentes.

Los osos del Pirineo despiertan de su letargo de invierno y vuelven en primavera a conmocionar a la población local. La cita es en la localidad de Prats de Molló, en la comarca del Vallespir de la Cataluña Norte, que administrativamente conforma una comuna francesa. ¿Cuándo? El domingo de Carnaval, que este 2011 será el 27 de febrero.

El programa incluye, no obstante, actividades de Carnaval durante 5 días, desde el 26 de febrero hasta el 2 de marzo. Se prevén actividades como pasacalles, sardanas, bailes populares, mascaradas, conferencias y, claro, las acciones propias de la Fiesta del Oso.

Comienza el día en Prats de Molló y cuatro hombres-osos, ataviados como tales y pintados con aceites y tinte negro, se despiertan haciendo todo el ruido posible desde el Fort de la Guàrdia. Su apetito, también sexual, se canaliza en la carrera que hacen bajando hasta el núcleo de la villa. Desde el comienzo corre el buen vino.

Después de comer es cuando se inicia la persecución por parte de los cazadores para dar con los los oso y acabar, de una vez, con el desmadre que están provocando. Enharinadas las caras y vestidos de blanco, estos son los barberos que una vez cazados afeitarán a los osos. Continuando con la metáfora de la que participa toda la villa, esta acción celebra la «castración», quizá el triunfo del Bien sobre el Mal.

Tras ello, el Baile del Oso, tan primitivo como las leyendas, con ritmos de cobla catalana. Un mito, el de Joan de l’Ós ilustra desde la Noche de los Tiempos la presencia de este animal en las montañas del Pirineo.

En una cueva no muy alejada del lugar que nos ocupa se encontró la representación rupestre de un ser humano con aspecto de oso. Queda documentado el concepto, pues, desde hace 15.000 años de antigüedad.

Durante la Edad Media, en muchos lugares se seguía la creencia que proponía que el ser humano provenía del hombre. El ser salvaje en su conquista hacia la civilización ha sido recurrente en las narraciones populares de Occidente. La bestia, que representa el Mal, viene se puede escoger con la realidad más cercana de la que son partícipes los ciudadanos, como en este caso el oso.

Durante la Edad Media, en muchos lugares se seguía la creencia que proponía que el ser humano provenía del hombre. El ser salvaje en su conquista hacia la civilización ha sido recurrente en las narraciones populares de Occidente. La bestia, que representa el Mal, viene se puede escoger con la realidad más cercana de la que son partícipes los ciudadanos, como en este caso el oso.

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