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Martin, es todo psicológico. Si gritas: u0022¡Barracuda!u0022, todos dicen: u0022¿Qué?u0022. Si gritas: u0022¡Tiburón!u0022 cunde el pánico y adiós temporada de verano.
Puede que haya pocas cosas en la vida que den más miedo que nadar en el mar y pensar que puede aparecer un tiburón. ¡Gracias, Spielberg! Él se encargó de infundirnos ese pánico con la película Tiburón -basada en la novela homónima de Peter Benchley- y, bueno, podemos decir que lo hizo bastante bien.
Por ello, titulares como “Los tiburones inundan las playas españolas” (Marca), “Hay más tiburones en las playas españolas” (Telecinco) o “Si vas a estas playas de Andalucía tendrás más posibilidades de encontrarte con un tiburón” (ABC) publicados este verano, no han ayudado en absoluto a mantener la calma. Aunque me imagino que el objetivo era otro: clickbaits. Pero, ¿es real? ¿Hay cada vez más tiburones en las costas españolas?
“No, no sé de dónde han sacado esa información, pero es mentira”, me dice Claudio Barría, Biólogo Marino y Doctor en Ciencias del Mar que ejerce como profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona y es el director científico de Catsharks (una asociación sin ánimo de lucro que trabaja para la conservación de los tiburones, rayas y sus ecosistemas).
“Este tipo de noticias venden mucho y no hay gente que diga que es un bulo, la mentira se repite y cada esfuerzo que se hace por la conservación es en vano, porque este tipo de artículos hacen mucho daño”, denuncia.
Y no es que este verano haya más tiburones en las playas y supongan una amenaza a los bañistas, sino que en las costas españolas siempre ha habido escualos. Y además, están en peligro de extinción.
Los tiburones siempre han estado entre nosotros
“En España hay 76 especies de tiburones. Los hay que habitan cerca de la costa, a un metro de profundidad, y los hay que habitan a 2.000 metros de profundidad. Depende de las características de cada especie”, me explica Barría.
Los tiburones que viven en las columnas de agua, a pocos metros de la superficie, son llamados pelágicos. Son bastante grandes y tienden a estar concentrados en aguas abiertas, no en las costas. No obstante, en ocasiones sí pueden verse cerca del litoral.
“El más abundante suele ser la tintorera, el tiburón azul, que también es la especie que suele acercarse a las playas o varar en ellas por diferentes motivos. Puede ser porque se han desorientado debido al calentamiento global y las anomalías térmicas, ya que las temperaturas son diferentes a las medias anuales”, dice.
Las tintoreras suelen verse en el litoral de Cataluña, Comunidad Valenciana e incluso en Baleares. “A veces también llegan a la costa por la pesca. Llegan medio moribundas. O porque las matan los peces espada, que les clavan su espada en la cabeza y provocan que terminen varadas en la costa más cercana”.
Además de las tintoreras, también es posible ver tiburones más grandes como el peregrino, que se ha avistado en las costas de Galicia y en Asturias. Así como el temido tiburón blanco, que también se ha llegado a ver recientemente en el norte de España.
“En la década de los 80 se podían ver cerca de Baleares, aunque la última vez que se vio un tiburón blanco en el Mediterráneo fue en 1992, en Cataluña. Medía unos 5-6 metros, si mal no recuerdo. Fue de los tiburones blancos más grandes del Mediterráneo”.
¿Son peligrosos los tiburones?
A pesar del miedo infundido por Spielberg, los tiburones “no son peligrosos”, indica Barría. Y mucho menos en España, donde los accidentes son anecdóticos y no representan una amenaza. Para que nos hagamos una idea: “El registro de muertes por tiburón al año en todo el mundo es de un promedio de 10 y no han aumentado. Hay muchas más muertes por perros, cocodrilos, hipopótamos, serpientes, mosquitos, etc.”.
La mayor parte de los tiburones son planctónicos, igual que las ballenas. “Para mantener esa masa corporal tienes que comer de lo que más hay y lo que más abunda en el mar es el plancton”, explica. Aunque también están los que se alimentan de otros peces, moluscos y crustáceos, pero siempre de organismos que están en el mar.
De media hay 10 muertes por tiburón al año en todo el mundo
Es indiscutible que los tiburones tienen mala prensa. Por ello, cuando hay algún “accidente” (en la comunidad se les está llamando así, incluso en EEUU) con estos escualos en Australia, la noticia da la vuelta al mundo y en cuestión de horas nos vamos a enterar hasta en el pueblo más remoto de España. Y volverá el miedo.
Pero, ¿por qué ocurren estos “accidentes? Pues porque, aunque los tiburones no son devoradores de personas, como nos han inculcado, sí pueden llegar a confundirnos con su presa.
“Ellos tienen 7 sentidos, pueden detectar las vibraciones del agua, a través de una línea lateral, y detectar los campos electromagnéticos, con unas ampollas que tienen en su rostro. Hay zonas donde las aguas están turbias, hay mucha energía y turbulencias, entonces para saber qué hay se tienen que acercar. El tacto lo tienen en la boca, así que si no logran descifrar lo que es con el resto de sentidos acuden al tacto. Abren la boca para saber qué es y por eso hay mordeduras accidentales”.
De hecho, las mordeduras a los surfistas se deben a que, por la tabla, los confunden con tortugas. Los tiburones blancos no comen humanos. En realidad, ninguna especie, pues según Barría, no están adaptados. “Si un tiburón blanco quisiera comer carne humana, en Australia, Estados Unidos, Sudáfrica… nadie se podría meter en el agua”. Y seguramente quedaríamos muy pocos, ya que ninguno nadamos más rápido que ellos.
Cada vez hay más gente en el agua y practicando deportes acuáticos y aún así los accidentes no han aumentado en los últimos años.
El tiburón blanco está en peligro de extinción, más que el oso panda
La realidad es que somos nosotros, los seres humanos, los que representamos una amenaza para ellos. Según los datos facilitados por Claudio Barría, al año se matan entre 100 y 300 millones de tiburones. De hecho, el tiburón blanco, al igual que otras especies, está en peligro de extinción.
“Está en mayor peligro que el oso panda, pero como la película nos ha dicho que es malo, esto no suele aparecer en los periódicos. Esto ha hecho bastante daño. Los tiburones han sobrevivido a lo largo de los últimos 400 millones de años, porque aparecieron antes que los dinosaurios, pero ahora están en mayor peligro de extinción que nunca, por la acción del hombre”.
Volviendo a las costas españolas, aquí también están amenazados. Esto se debe a que España es el país de la Unión Europea que pesca más tiburones, y el tercero en el mundo.
El lucrativo negocio español de los tiburones
Uno de los platos más populares a nivel mundial elaborados con carne de estos escualos es la sopa de aleta de tiburón, procedente de la cocina tradicional china. Un polémico caldo cuya elaboración fue denunciada hace unos años por la crueldad con la que se pescaban las aletas: “Se hacía con el tiburón vivo. Una vez arrancadas, el cuerpo del animal se tiraba al mar aún con vida y, como no podía nadar debido a que no tenía aletas, moría ahogado”, explica Barría.
Esta práctica tan aberrante levantó ampollas entre activistas, científicos marinos e investigadores, quienes denunciaron su práctica, así como la pesca ilegal de esta especie. De hecho, el actor y director de cine Eli Roth (autor de la película Hostel), realizó en 2021 el documental Fin en el que se muestra el terrible comercio mundial de aletas de tiburón. Leonardo DiCaprio, muy implicado en la causa, fue uno de sus productores.
La mayor parte de las aletas de tiburón que se consumen en Asia proceden de España
Lo sorprendente de esta historia, no obstante, es que aunque se trata de un plato muy consumido en Asia, la mayor parte de esas aletas son españolas. “Hay un gran comercio de aletas de tiburón en España que son exportadas a China, Japón y otros países asiáticos”, afirma Barría.
España es el principal país pesquero de la Unión Europea, la mayor parte de su actividad está en el Atlántico. Es el mayor comercializador de aletas de tiburón, aunque no solo las pesca, sino que participa también en el comercio de las aletas que se recogen en otros países.
La “buena” noticia es que el aleteo (cortar solo las aletas y devolver al animal vivo al mar) está prohibido en la Unión Europea. Desde hace unos años, los pescadores tienen la obligación de llegar con el tiburón entero al puerto y las aletas solo se cortan cuando está ya muerto.
Pero, ¿qué pasa con el resto del cuerpo? La carne se aprovecha. En el Mercadona, al lado de los peces emperadores hay tintoreras en rodajas. También están en los preparados de paella. Y muchos tiburones son vendidos bajo el nombre de cazón.
“Del cazón nosotros hicimos un estudio, si no me equivoco fue en 2019, y en él encontramos 10 especies diferentes de tiburones que pasaban bajo la denominación comercial de cazón. Cuando alguien come un cazón en adobo está ingiriendo hasta 10 especies de tiburón. Hay un problema de fiscalización y se venden muchas especies protegidas bajo esta denominación”, cuenta Barría.
Nadar entre tiburones como lo haríamos en las Maldivas
Alrededor del mundo existen muchos destinos cuyo principal atractivo turístico tiene que ver con sus fondos marinos. La gente que viaja a Maldivas, y no es por luna de miel, lo hacen por su rica biodiversidad marina. Y para realizar su actividad estrella: bucear entre tiburones ballena, el escualo más grande del mar que puede llegar a medir hasta 12 metros. Que no cunda el pánico, son tiburones muy tranquilos que se alimentan de plancton.
No obstante, también hay inmersiones en tanques con muchas otras especies de tiburones: el martillo, el tiburón de punta blanca, el tiburón cebra, etc. Además de mantarrayas y tortugas. Está considerado uno de los mejores lugares del mundo para bucear y ver tiburones (aunque hay que aclarar que hay algunas prácticas cuestionables, como el feeding, que se trata de alimentarlos para atraerlos y acercarlos a la costa para que la gente pueda sacarse fotos ridículas con ellos sin necesidad de sumergirse en las profundidades).
En España también es posible hacer snorkel entre escualos y cada vez hay más empresas que ofrecen este tipo de inmersiones
No obstante, los amantes del mar que quieran ver tiburones en libertad, no tienen por qué irse tan lejos. En España también es posible hacer snorkel entre escualos y cada vez hay más empresas que ofrecen este tipo de inmersiones y actividades tan populares en otros países.
“En Bermeo, País Vasco, está Mako Pako. Con ellos puedes ver los tiburones azules. De hecho, esta es la temporada”, recomienda Barría.
Los tiburones azules, también conocidos como tintoreras, son bastante curiosos, por eso se puede hacer esta actividad con ellos. Hay otras especies de pelágicos como el marrajo, que es más asustadizo, solo está un rato y luego se va porque no se siente seguro. Aunque hay otros que se pueden ver también más cerca, como el cailón. “El marrajo y el cailón son similares al blanco, solo que son un poco más pequeños”, explica.
Para llegar a los tiburones azules, que están en mar abierto, hay que navegar durante 40 minutos. Están muy cerca de la superficie, por lo que se ven haciendo snorkel.
Los tiburones azules no son tan abundantes como los sargos, que es fácil encontrarlos cerca de las playas. “Hay que llamarlos”, dice Barría. Para ello se utiliza el “chumming”, que no es alimentarlos, es tirar “chum” al mar. Una pasta elaborada con sardinas, boquerones, trozos de atún y sangre que, al sumergirlo, deja un rastro de olor que atrae a los tiburones. “Es un cebo, en ningún caso los alimentamos. Es una pasta que ellos no pueden comer”, aclara.
Para no espantarlos, primero baja el guía y localiza al tiburón. Una vez comprueba que no se va a ir, un grupo reducido de bañistas se tiran del barco y se agarran a un cabo que está a un par de metros del tiburón. Este, por su parte, se queda alrededor del cebo. “Llevamos haciéndolo 4 años”.
Este tipo de tiburones son perfectos para una primera aproximación ya que, según Barría, no tienen la cara típica de un tiburón, con los dientes grandes. “Son muy elegantes, tienen un nado constante, sus aletas laterales son muy largas, parece un avión”.
En el País Vasco también es posible ver pintarrojas. Aunque no es la única zona de España donde disfrutar de una inmersión entre tiburones. Las tintoreras se pueden ver por todo el litoral. En Cataluña hay una presencia estable, en la Costa Brava y en la zona del Garraf están todo el año. En Andalucía también se ven, aunque solo con inmersiones.
En Canarias, sin embargo, lo que más abundan son los angelotes, que también están en peligro de extinción. De hecho, es la única zona de Europa donde se pueden ver.
En España hay potencial, aunque es importante conservar estas especies porque los tiburones cumplen un rol esencial en el ecosistema. “En el mar hay dos maneras de equilibrar los procesos tróficos, la cadena alimenticia. Uno es a través del plancton, que regula las poblaciones. Sin él se derrumba todo. Y la otra es a través de los depredadores, que regulan el resto de las especies. Si los sacas, el castillo de naipes también se cae. Si no los proteges hay desajustes en el ecosistema marino. Además, es una obligación moral mantener la biodiversidad para las siguientes generaciones”.
En Catshark las inmersiones no son turísticas, sino científicas. Según Barría, actualmente, junto a la Universidad de Oviedo, están trabajando en un plan nacional para determinar la presencia de tiburones en las aguas de Asturias, Cataluña y la Comunidad Valenciana. “Es el primer proyecto nacional que da el ministerio para el estudio de tiburones. Ha costado. No son especies muy sexies y cuesta conseguir financiación para estudiarlas”, declara.
Y es que, a pesar de todo, Tiburón ha calado muy hondo en nuestras cabezas e, inevitablemente, la gente aún les sigue teniendo miedo.
Laura Fernández