La magia de la Ciudad Encantada de Cuenca en invierno

Una visita imprescindible si estamos pasando unos días en Cuenca es la Ciudad Encantada.

Se trata de una zona boscosa típica de la serranía conquense. Pero justo allí se ha originado una formación de grandes rocas que, con el paso del tiempo y la acción de la naturaleza, han tomado formas realmente peculiares. Con un poco de imaginación, podremos caminar entre diversos animales, personas y objetos de todo tipo. Entre los más típicos están la foca, el perro, la cara de un hombre, varios barcos y hasta los Amantes de Teruel.

La Ciudad Encantada está bastante cerca de la ciudad de Cuenca, concretamente en la localidad de Valdecabras. Está ubicada dentro del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, donde también podremos encontrar otros lugares interesantes como la laguna de Uña o la del Tobar, el nacimiento del río Júcar, el Ventano del diablo y los cortados del Júcar. Pero también tenemos otras formaciones de piedra similares, como los callejones de Las Majadas, mucho menos conocidas.

Fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional el 11 de junio de 1929. Desde entonces recibe cada año a miles de visitantes que sin duda quedan maravillados con el espectáculo natural allí formado.

Para acceder a la Ciudad Encantada hay que pagar una entrada de 5€ (para los jubilados y familias numerosas son 4€. Los niños menores de 7 años entran gratis) . Y es que este lugar es propiedad privada y los dueños gestionan el acceso y el mantenimiento de las instalaciones. Las entradas se adquieren en la taquilla.

Se puede visitar durante todo el día y todos los días del año, aunque el horario de cierre depende de la cantidad de horas de luz solar. En invierno se reduce considerablemente y en verano se alarga hasta casi la hora de cenar.

Para mi gusto la mejor hora para caminar por allí es a media mañana. Entonces el sol ya no está tan bajo y prácticamente todo queda iluminado de forma natural, lo que te permitirá hacer mejores fotografías del lugar.

Para llegar tendremos que ir a Cuenca y desde allí tomar una desviación. Está perfectamente indicado y es sencillo, aunque los aproximadamente 30 km de distancia discurren por zonas de montaña y curvas. Una vez allí tenemos un aparcamiento y un restaurante donde podremos tomar un café o comer.

También es posible contratar una excursión organizada desde la ciudad de Cuenca.

Existe un único recorrido que te lleva a conocer las principales formaciones rocosas del lugar. Se trata de una ruta circular de aproximadamente tres kilómetros de longitud, sin mucha pendiente aunque no apta para todos los públicos, pues no está adaptada para personas con movilidad reducida. Para una persona que pueda caminar de forma normal, el circuito se realiza en unas dos horas aproximadamente. Si eres de los que fotografía todo de forma compulsiva, fácilmente se te irán más tres horas en la visita, aunque merecerá la pena.

Durante el paseo por la Ciudad Encantada podrás admirar las principales figuras de roca. Aparte de las ya nombradas destacan otras como el cocodrilo luchando contra un elefante, los hongos, el tobogán y el mar de piedra. Resulta curioso ver cómo siglos de silencioso trabajo realizado por el viento, el agua y el hielo han dado vida a unas figuras tan peculiares. Aunque en algunos casos las formas están muy claras, también he de decir que en otros hay que dejar volar la imaginación para ver lo que dicen que hay allí.

La Ciudad Encantada nevada

La mayoría de la gente que visita la Ciudad Encantada lo hace en verano, sin embargo no es la mejor época pues suele hacer bastante calor. Aunque pueda parecer extraño, para mi la mejor época para visitarlo es en invierno, especialmente si ha nevado recientemente. No todo el mundo tiene la suerte de haber conocido estos paisajes cubiertos de blanco y puedo decir que llaman mucho más la atención. El contraste del blanco con las rocas y el verde de los pinos es realmente impactante.

Pero prepárate para el frío. La provincia de Cuenca en invierno es fría y cuanto más al interior más aún. La Ciudad Encantada se encuentra a unos 1.500 m de altitud, lo cual garantiza nieve y frío durante meses, pero también estampas preciosas. También es posible que, si ha nevado mucho, la carretera esté cubierta de nieve, por lo que hay que extremar las precauciones y consultar si está abierta al tráfico.

Qué ver cerca de la Ciudad Encantada

Tras maravillarte con las figuras de piedra, podrás ir a visitar otros lugares de la provincia de Cuenca. Algunos de ellos son el nacimiento del río Cuervo, las torcas de Palancares y lagunas de Cañada del Hoyo o la Hoz de Beteta.

También puedes regresar a Cuenca y visitar esta fantástica ciudad perdiéndote entre sus callejones en busca de las casas colgadas o los muchos balcones que se asoman a las hoces del Júcar y del Huécar.

Otra cosa que no te puedes perder es la rica gastronomía manchega. Los zarajos, el morteruelo, el ajoarriero y sus embutidos y carnes de orza harán que no quieras irte de allí.