7 de los pueblos más bonitos de Toledo

Además de albergar la capital de Castilla-La Mancha: Toledo, ciudad Patrimonio de la Humanidad que puede presumir de tener uno de los cascos históricos más grandes de España, la provincia de Toledo está salpicada de pueblos donde disfrutar de la arquitectura típica manchega, de su cultura y tradiciones.

Su territorio cuenta con variedad de paisajes. El río Tajo es el responsable de separar las amplias llanuras, donde los molinos de viento componen parte de la identidad de esta tierra, en contraposición a los relieves más irregulares de los populares Montes de Toledo. 

Entre sus espacios naturales podemos encontrar el Parque Nacional de Cabañeros; las barrancas de Castrejón y Calaña, en Burujón; la laguna de los Carros, entre otros muchos. 

Esta es una lista de algunos de los pueblos más bonitos de Toledo. Por supuesto, hay muchos más. 

Consuegra

Castillo y molinos de viento. Consuegra es todo lo que podemos esperar de una escapada manchega. Su hilera de “gigantes”, como se refería a ellos Don Quijote, es una de las imágenes más populares del pueblo, aunque no la única. En su núcleo urbano podemos descubrir diferentes estilos artísticos como romano, castellano-mudéjar, barroco…

El castillo de Consuegra está vinculado a la Orden de San Juan de Jerusalén, quienes lo construyeron sobre una antigua fortaleza musulmana del siglo X; aunque a lo largo de su historia fue reformado en varias ocasiones. 

No hay que perderse una visita a la plaza España, las iglesias de El Santísimo Cristo de la Vera Cruz y San Juan Bautista, la casa tercia (llamada así porque es donde antiguamente se pagaba un tercio de las cosechas), así como a la presa romana. 

Burujón

Conocido por sus populares Barrancas (cárcavas arcillosas con un metro de longitud), Burujón está considerado uno de los pueblos más bonitos de Toledo por el entorno que le rodea, donde está también el embalse de Castrejón. 

Está situado a solo 30 kilómetros de la capital y en él, además de la ruta a las cárcavas de Burujón, podemos dar una vuelta por su centro urbano, visitar la ermita mudéjar de San Pantaleón, el antiguo abrevadero o el palacio de los Condes de Cifuentes. 

Tembleque

Al igual que Consuegra, Tembleque es de esos pueblos que nos recuerdan que estamos en Castilla-La Mancha. Sobre todo cuando nos situamos en su plaza blanca de corrala, uno de los tesoros de Toledo que pertenece al siglo XVII y es de estilo barroco. Con forma de corral de comedias, en ella aún se siguen celebrando las fiestas del pueblo. Se caracteriza por los inmuebles porticados sobre columnas toscanas. 

Desde aquí podemos llegar a la plaza del Orden, donde está iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Otros monumentos de Tembleque que no pueden faltar en la visita son la Casa de las torres, la ermita de la Vera Cruz (hoy convertida en biblioteca municipal) y la casa de Postas. 

En los alrededores veremos extensos campos también salpicados de molinos de viento. 

Escalona

La imagen del castillo sobre el río Alberche bien podría pertenecer a cualquier película de Disney. Esta fortaleza, que fue levantada en la Edad Media para defender la frontera durante la conquista árabe, fue posteriormente una de las cortes más prestigiosas de Toledo. 

En su casco histórico, donde se conservan más del 70% de su patrimonio de la época, entrando por la puerta de San Miguel -la de las entradas triunfales- al recinto amurallado pronto veremos sus casas porticadas y la plaza. Saliendo por la misma puerta, siguiendo el Camino Real, llegaremos a una de las visitas imprescindibles de Escalona: el convento de la Encarnación, declarado Bien de Interés Cultural. 

Oropesa

Oropesa está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Toledo gracias a su arquitectura y estilo medieval. Sus orígenes se remontan a la construcción de una atalaya que sirvió para vigilar el paso entre la sierra de Gredos y Extremadura. En la Edad Media, tuvo 24 privilegios para su desarrollo. Hoy, aún se puede ver el recinto amurallado, así como el viejo y nuevo castillo. 

La mejor forma de conocer Oropesa es perdiéndonos entre sus callejuelas. No hay que dejar de pasar por el Pasadizo, una de sus calles más peculiares. Otras visitas también imprescindibles son el palacio Condal, el reloj de la villa, la capilla de San Bernardo, el convento de las Misericordias, así como el Antiguo Museo de Cerámica. 

El Toboso

Conocido por ser el hogar de Dulcinea en la obra de Cervantes, El Toboso es una de las paradas obligadas para los lectores de El Quijote. Hasta Galdós lo visitó siguiendo sus pasos. Entre los museos que podemos visitar están la Casa-museo de Dulcinea, el Museo Cervantino y el Museo del Humor Gráfico Dulcinea.

Además de seguir la novela cumbre de la Literatura Universal, en El Toboso también podemos hacer diferentes tipos de rutas, como la nocturna y la monumental, que nos invita a conocer el rico patrimonio del pueblo como la plaza o la iglesia de San Antonio Abad. También hay rutas por sus alrededores, como la de los pozos, que suministraban agua al pueblo. 

Puebla de Montalbán

La plaza mayor de la Puebla de Montalbán nos lleva a una arquitectura típica castellana, con soportales con columnas de granito. Aquí encontraremos también el palacio de los duques de Osuna, de fachada plateresca. 

En Puebla de Montalbán, además, podremos disfrutar de un rico y variado arte sacro. Entre los monumentos más emblemáticos están la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, el convento de los Padres franciscanos o el monasterio de Nuestra Señora de la Concepción. Nos llamará la atención la torre de San Miguel, símbolo de la villa y que se erige en solitario, pues era parte de un templo que hoy está desaparecido.

En cuanto a exposiciones, en Puebla de Montalbán está el Museo de la Celestina, donde podremos conocer más a fondo esta obra de Fernando Rojas. Durante el mes de agosto el pueblo celebra el Festival de la Celestina.