La Ruta del Silencio: 63 kilómetros de carretera panorámica para moteros

Para muchos es la carretera panorámica más bonita del territorio, otros la conocen como el paraíso de los moteros, pero lo cierto es que es un recorrido que discurre entre las poblaciones de Gargallo y Cantavieja, en nuestra querida Teruel.

Pero ¿por qué se le conoce como la Ruta del Silencio? Pues bien, resulta que la sinuosa carretera pasa por espacios inexplorados, ríos, senderos, montañas, ermitas o molinos en un entorno en el que el tiempo parece haberse estancado. El silencio y tu vehículo a motor son los claros protagonistas de una ruta que ha sido recomendada en varios libros y que incluso ha acogido la II edición de los premios de Moto Turismo. Tiene su propia página web y en ella se deja bien claro que todo aquel que quiera venir a conocerla ha de ser responsable, practicar el slowdriving y “dejarse atrapar por todas las sensaciones que ofrece”.  

El atractivo turístico de la A-1702

Este serpenteante trazado “susurra viejas y sugerentes historias , historias sobre las guerras carlistas, la primera fábrica de papel o de los maquis, que operaron en territorio español después de la guerra civil”. Historias de todos los moteros que han disfrutado de sus curvas o de los ciclistas que en cada rincón han visto un oasis de calma alejado de las grandes urbes.

Es una ruta con la que “vivir infinitas sensaciones” tal y como se indica desde La Ruta del Silencio o “recorrer paisajes imposibles”. El recorrido se adapta a cada persona y donde por supuesto se pueden hacer todas las paradas que sean necesarias ya sea en sus miradores, en la atracción turística de El Caimán (antiguo autobús que hacía ruta desde Cantavieja hasta Alcorisa), el valle del río cañada, la bonita población de Villarluengo y sus casas colgantes o varias ermitas. El camino guarda muchas sorpresas como los imponentes Órganos de Montoro, monumento natural geográfico fascinante de roca calcárea que recuerda a los tubos de un órgano o incluso varias esculturas, como la cabra montesa (símbolo de la ruta) o  el divertido guante motero.

Pero eso no es todo ya que aunque es una muy buena compañera para cualquier motorista, también lo es para todas esas personas a las que les gusta el senderismo, el buen comer o la aventura. Hablando de senderismo, se tendría que hacer por otros senderos y no por la misma A-1702 como la variante GR 8.1, con tramos que discurren casi paralelos a esta.  

Imprescindibles y curiosidades de la Ruta del Silencio

Son muchos los imprescindibles ya que de hecho se recomienda hacer la ruta al menos dos veces, la primera vez que la recorres te quedas fascinado y la segunda da pie a fijarte un poco más en los detalles. Si te animas, verás multitud de campos, ermitas (como la de San Bartolomé o San Cristóbal), los cautivadores Órganos de Montoro, túneles, la fábrica de papel e incluso algunas de telas o tejidos.

Otro descubrimiento y quizás aún bastante secreto son los estrechos de Valloré, los cuales discurren en el río Guadalope muy cerca de la población de Montoro de Mezquita. Para poder conocerlos nos hemos de desviar, pero merece la pena ya que hablamos de miradores y pasarelas rodeados de estratos calizos verticales que acompañan al río por su paso.

Es una ruta que se ha de hacer andando, algo complicada, no está adaptada y quizás no la recomendaría si te dan miedo las alturas (ya sea la que va hasta el Mirador de Valloré o hasta sus estrechos/pasarelas). Sus paredes rozan los 100 metros de altura y, si te has quedado con ganas de más, puedes seguir el curso del río hasta la vecina población de Aliaga gracias a un espectacular paseo fluvial de unos 23 kilómetros donde las pasarelas no pueden faltar.

Otro indispensable de la comarca son la minería y la riqueza geológica de su entorno. Muy próximo a la ruta encontramos el Parque Geológico de Aliaga, un lugar perfecto donde “Observar diversos capítulos de la historia de la Tierra”. “Es un observatorio científico y didáctico para la comprensión de procesos geológicos y para la reconstrucción de la evolución de la vida en nuestro planeta”. Si te gusta todo lo relacionado con la espeleología y las grutas, también encontrarás el Monumento Natural de las Grutas de Cristal de Molinos, una de las más espectaculares de todo Aragón.

Tampoco podemos olvidarnos de dar un paseo por Villarluengo, de las pocas poblaciones que atraviesa la ruta y donde encontrar ejemplos de la arquitectura popular de adobe, tapial y madera. Está entre barrancos, a los pies de la montaña del Monte Santo y en un entorno muy agreste. Por último, es altamente recomendable animarte a conocer la villa medieval de La Iglesuela del Cid, un tesoro que no puede pasar desapercibido y donde se dice que pasó el Cid Campeador.

Consejos

Se aconseja comenzar en Cantavieja, repostar antes, ir lento y así poder disfrutar y observar todo lo que este rincón de la comarca del Maestrazgo ofrece. Se recomienda también reservarse al menos una mañana para así poder ir parando en varios puntos estratégicos como el Caimán, la población de Cañada de Benatanduz (elevada a 1.400 metros sobre el nivel del mar), hacerse una fotografía en el emblemático mirador de la ruta o parar en la montañosa población de Ejulve. Como curiosidad, ostenta el título de ser uno de los pueblos con mayor renta media por persona de Aragón, según confirman los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Más información: The Silent Route