Tradiciones y comidas típicas navideñas por Comunidad Autónoma
Escrito por
22.12.2023
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Nochebuena y Navidad están a la vuelta de la esquina, de eso no hay duda. Soy de Barcelona y siempre lo hemos celebrado comiendo infinidad de aperitivos y la tradicional escudella o sopa de galets. Tampoco nos podemos olvidar del día de San Esteve con los clásicos canelones, los turrones y los deliciosos barquillos. Pero… ¿Cuáles son los platos más tradicionales en Andalucía, Extremadura o en las soleadas Islas Canarias?
Siempre he tenido curiosidad por conocer otros puntos de vista, variedad de recetas, nuevas tradiciones y cómo se celebran estos días tan señalados en otras comunidades. ¿Qué hay en otras mesas? ¿Qué historias hay detrás de cada plato? Pues eso es lo que vamos a descubrir en este artículo de comidas típicas navideñas, aunque te recomendamos leerlo con la barriga llena ya que puede ser terriblemente delicioso.
Andalucía: sopa de picadillo y una sabrosa pata al horno
En una buena mesa andaluza no puede faltar un plato de jamón, queso y algo de marisco. Sin duda son los aperitivos estrella para ir abriendo el apetito, pero los reyes de la noche son una buena sopa caliente de picadillo, una deliciosa pata al horno y los ya tradicionales mantecados de Estepa.
La sopa de picadillo es una muy buena forma de entrar en calor y un buen chute de vitaminas gracias a todo el picadillo de ingredientes que contiende, de allí su nombre. La base es un caldo potente de pollo y verduras pero también lleva fideos, jamón, huevo duro y, en algunos casos, picatostes. Antiguamente era un plato de cuchara donde se aprovechaba todo lo que se podía y, aunque formaba parte de la cocina de aprovechamiento, ahora es un clásico navideño. Otro de los platos que no puede faltar en la mesa es el cordero andaluz asado, una pata de cerdo, pavo o jamón, acompañados de patatas al horno.
Tampoco podemos olvidarnos de los tradicionales belenes, típicos en todo el territorio pero aún más hacia el sur. Es un símbolo de la Navidad y es común visitarlos acompañados de toda la familia en plazas y escaparates de comercios. También los hay vivientes como el Belén viviente de Beas, de Arcos de la Frontera o de Olvera; e incluso algo originales, como el Belén de chocolate en Rute (Córdoba). Como curiosidad, se realiza de forma artesanal hace más de 90 años.
Aragón: cardo y cordero asado
Aragón es tierra de buen comer y de deliciosos platos, algunos quizás no tan comunes como el cardo o puchero de cardo, el cual es muy tradicional y se prepara en casi todas las cocinas aragonesas. Suele prepararse con almendras (Alcañiz) o con bacalao (Graus), depende de la zona en la que nos encontremos.
Otro de los platos es el cordero asado y, de postre, turrones negros, pasteles, mazapán o la famosa trenza de Almudévar, un dulce muy aragonés que la verdad apetece comerse a todas horas.
Una tradición muy aragonesa y quizás uno de los símbolos más particulares es la Tronca de Navidad, muy similar al ya conocido Tió de Nadal catalán, pero originalmente se echaba al fuego y se quemaba lentamente hasta el Día de Reyes.
Asturias: guisos, pescados, conservas y mucha sidra
Asturias tiene mar, montaña, zona minera y de interior. Es bastante arriesgado quedarse con tan solo un plato típico navideño y es por ello por lo que no hemos podido elegir. En la costa no son navidades sin sopa de pescado/marisco, un buen besugo o merluza mientras que en el interior los guisos son esenciales para entrar en calor.
Quizás, el plato más popular sea el cabrito a la sidra con patatas, un plato con mucho sabor y que recuerda a esa comida de autoabastecimiento y de subsistencia que, cuando nevaba mucho, dejaba incomunicados a varios pueblos. Para terminar el menú se ha de probar un postre muy representativo: el escaldao. Tiene un sabor muy similar al turrón de toda la vida pero con la textura de un pudin. Es conocido como “el turrón de los pobres” y antiguamente se hacía con pan de boroña. Ahora se elabora con maíz, manteca y un horno de leña. Recuerda mucho a un pan dulce de tonos amarillentos.
Como tradición destaca el Rastreo o la caminata de Nochebuena, donde las familias salen a caminar y pasear acompañados de música, villancicos y muchos caramelos.
Islas Baleares: bullit de Nadal, crema de almendras, lechona
Cada isla tiene sus secretos. En Mallorca es común comer un delicioso bullit de Nadal, un cocido contundente con muchas vitaminas ya que lleva tocino, pollo, butifarra, ternera y, en algunos casos, hasta sobrasada. Tampoco podemos olvidarnos de la sopa de almendras, buenísima y bastante sencilla. En Menorca no falta el pavo asado, que suele rellenarse con salchichas picantes y viene acompañado de patatas y verduritas; o los pastissets, postre rico y que es siempre un acierto.
En la conocida como isla blanca se opta por caldo y carne o pescados propios de Ibiza. De postre tenemos la típica salsa de Navidad, tradición ibicenca por excelencia que tiene un sabor muy similar al turrón pero líquido ya que es “una sopa dulce”. Como curiosidad, entre los principales ingredientes se encuentran: agua o caldo de pollo, huevo, miel, almendras y canela. Siempre viene acompañada de un bescuit ibicenco o un trozo de bizcocho. Muy poco conocido y riquísimo pero de preparación algo lenta y laboriosa.
Cada 24 de diciembre por la noche se interpreta el canto de la Sibil.la, tiene lugar en todas las iglesias de Mallorca y mientras se efectúa se recorre la iglesia y sus alrededores cantando, con una espada y cirios encendidos. Sus orígenes se remontan al 1229, con la conquista cristiana.
Islas Canarias: pucheros, caldos, carne mechada y truchas de batata
La gastronomía canaria nunca va a dejar de sorprender y mucho menos en época navideña. No pueden faltar unas papas arrugadas de entrante acompañadas de mojo, un buen puchero canario (con variedad de verduras y carnes todo cocido con mucho cariño y lentamente) y las truchas de batata. Pero… ¿Qué son las truchas de batata? Son indispensables y la verdad es que nos recuerdan a una empanadilla dulce. Es el postre que sí o sí ha de estar en la mesa y es típico canario.
Tampoco puede faltar asistir a la danza de Tajaraste del Niño, una de las tradiciones más antiguas de las Islas Canarias, se celebra el día 24 de diciembre al finalizar la Misa del Gallo y se rinde homenaje a Jesús. Tiene sus orígenes en los pastores, los cuales en antaño se reunían a celebrar el nacimiento del niño Jesús. Ahora tiene lugar con trajes típicos o con camisas blancas y se acompaña al ritmo de varios instrumentos como tambores, panderos, etc.
Cantabria: caracoles y pescados del Cantábrico
La conocida como “tierruca” tiene desde tiempos inmemorables la tradición de comer caracoles en fechas navideñas. No puede faltar esa salsa que los acompaña con la que mojar pan y que convierte el plato en uno aún más sabroso. También resulta imprescindible una ración de torrijas o de hojaldre cántabro.
Cantabria es tierra de leyendas y rituales. En Cantabria es popular el conocido como esteru, un Papa Noel cántabro que lleva regalos el Día de Reyes. Durante todo el año se dedica a cortar madera (su apariencia es parecida a la de un leñador) pero durante algunos días cambia su oficio por el de entregar regalos.
Cantabria es también un pulmón de nuestro territorio y, en algunos bosques y especialmente en estas fechas tan señaladas, se pueden llegar a encontrar hadas. Se les conoce como Anjanas y cuidan de los más necesitados. Como curiosidad, su nombre viene de las antiguas hechiceras y se remontan incluso a la Edad Media.
Castilla-La Mancha: tierra de carnes
El frío, la necesidad de entrar en calor y quizás de tener un mayor aporte calórico, o que estas fechas navideñas casi coincidan con las matanzas, hace que las carnes estén muy presentes en todos los menús navideños. Las mesas cuentan con cochinillo, berenjenas, las tradicionales migas o platos muy similares y contundentes por norma general.
Las tradiciones están muy presentes en la vida de los castellano manchegos con mercados navideños y de artesanos, la misa del Gallo o incluso la carrera de San Silvestre, donde en Cuenca se puede hacer en piragua en las frías aguas del río Júcar. Una forma muy original de despedir el año y que ya va por su VIII edición.
Castilla y León: cecina, lechazo asado y vinos con denominación de origen
La cecina es el aperitivo más típico de León, es relativamente sencillo de encontrar en tierras de castilla y su costumbre se enfatiza en estas fechas al ser un producto de carne vacuna muy selecto. El lechazo asado en horno de leña es uno de los platos más tradicionales y seguramente el más típico y el que en más casas se puede encontrar.
La gastronomía típica va acompañada de tradiciones navideñas muy comunes, sobre todo en antaño, pero también de costumbres algo más variadas y quizás sorprendentes. En la pequeña población de Torrelobatón, en Nochevieja, los jóvenes salen a la calle para encalar algunas paredes y, cuando el reloj marca las 0:00, vuelven a salir para dar la bienvenida al año y pintar con pintura las paredes que habían sido previamente encaladas.
Cataluña: sopa de galets, canelones de carne, neulas
Tal y como avanzaba al principio del artículo, Cataluña es conocida por la deliciosa sopa de galets (rellenos de carne) o la sopa de pilota, los canelones de carne (los cuales se hacían para aprovechar el sobrante de la sopa del día de Nochebuena y la comida de Navidad) y las tradicionales neulas .Como curiosidad, los mejores restaurantes para probar esta famosa sopa conocida también como escudella son Ca l’Estevet, mítico restaurante con más de un siglo de antigüedad; o Can Culleretes, el segundo más antiguo del país fundado en 1786.
Por supuesto, Cataluña no se iba a quedar sin tradiciones más curiosas o propias de la comunidad. L’Home dels Nassos (el hombre de las narices) o la Cursa dels Nassos son tradiciones muy típicas de la Ciudad Condal. Se dice que l’Home dels Nassos es un hombre que tiene tantas narices como días tiene el año y aparece cada 31 de diciembre.
Muchos pensarán que hablamos de un hombre con 365 narices pero, como al año le queda tan solo un día, cualquier persona podría ser l’Home dels Nassos. La tradición marca que todos los niños salen a buscarlo por las calles de su barrio, es un símbolo para dar la bienvenida al nuevo año y se puede encontrar todos los años en la plaza Sant Jaume. De nuevo, no esperes ver un hombre con 365 narices.
Comunidad de Madrid: consomé madrileño, sopa de almendras, besugo al horno
Entre los platos de toda la vida se incluye el consomé como entrante y así poder dejar atrás el frío y las bajas temperaturas que suele tener la comunidad, un buen besugo al horno (se comía de forma tradicional y tiene sentido religioso ya que la carne quedaba exenta al ser vigilia de Navidad) y una sopa de almendras.
En cuanto a tradiciones, son bastantes las que todo madrileño ha hecho o ha participado una vez en la vida. Se nos viene a la cabeza correr la carrera de San Silvestre, visitar los mercadillos de Navidad, ruta por el alumbrado navideño o dar la bienvenida al nuevo año tomando las uvas en la puerta del Sol.
Pero…¿Sabías que la leyenda dice que el origen de tomar 12 uvas para comenzar el año con buen pie viene de Madrid? Se comenta que fue a modo protesta ya que el alcalde de Madrid por aquel entonces no veía con buenos ojos que los madrileños salieran. Estos decidieron vengarse comiendo uvas frente a Correos mientras tenía lugar una recepción oficial.
Comunidad Foral de Navarra: cardo, alcachofa, espárrago, cordero y variedad de quesos
En Navarra también se come cardo, como en su vecina Aragón. Es un producto bastante sabroso y tradicional como los espárragos, los cuales no requieren de mucho tiempo de cocinado. Como plato más contundente se suele contar con cordero asado, acompañado de ajitos y laurel. Riquísimo.
Pero antes de cambiar de comunidad…¿Sabías que Navarra se adelanta al Carnaval? Sí, como lo lees, en Navarra se corre la tradicional San Silvestre disfrazado y, una vez terminada, se celebra la entrada de año disfrazados. También cuenta con otro Papa Noel conocido como Olentzero, señor que representa a un carbonero con boina negra ya que antiguamente, regalar carbón por Navidad estaba bien visto ya que era un bien muy preciado y necesario para entrar en calor.
Comunidad Valenciana: pucheros y mucho turrón de Xixona
Los pucheros con pelota son perfectos para reunirse con la familia y pasarse hablando toda la tarde. Suelen ser de cocción lenta, con mucho producto típico valenciano y entre sus ingredientes destaca un poco de cerdo (la pilota), tocino, pollo, verduritas, entre los principales. Se dice que mínimo mínimo ha de estar unas 3 o 4 horas de cocción por lo que es común acabarse de hacer una vez han llegado todos los invitados. Sin duda, no es época navideña sin turrones y, si estás por la Comunidad Valenciana, no se concibe la Navidad sin el famoso turrón de Xixona (Alicante). Bueno y famoso en el mundo entero.
El puchero es, en sí, una tradición de Nadal pero no es la única. Quizás, una de las costumbres que más destaca es el encendido de antorchas de Elda. Suele celebrarse cada 5 de Enero en el Monte Bolón y la imagen resulta impactante. Con ella se representa la llegada de los reyes y se homenajea la llegada del niño Jesús. Imagínate como deben de verse más de 200 personas bajando la colina a la vez, al atardecer y bajo la luz de las antorchas.
Extremadura: bacalao, caldereta, liebre o cordero
Las recetas navideñas extremeñas cuentan con muchos ingredientes de la tierra y carne de matanza pero también sorprenden con algo de pescado como el bacalao. El bacalao se puede comprar seco y salar, entonces aguantará y durará mucho más. Gracias a esta técnica se comía en muchos lugares de interior así como su bajo contenido en grasas, el cual hace que se puedan comer muchos más aperitivos en las comidas navideñas sin tener esa sensación de estar lleno.
Asombra también la ruta de senderismo de los Doce Apóstoles. Se celebra el 30 de diciembre y cada vez acoge a más senderistas que deciden despedir el año de una forma muy sana, haciendo deporte y recorriendo los más de 16 Km que la conforman.
Galicia: Marisco, bacalao y merluza
Galicia y Navidad son sinónimo de comer bien y en abundancia. Como entrantes suelen servirse langostinos, bueyes de mar, ostras, navajas, centollo, etc. Los principales suelen ser o bien bacalao, verdura o merluza y, entrada la tarde del 24 de diciembre, se suele ir a varias terrazas o bares a tomar una copa de vino antes de acercarse a la cena de Nochebuena.
Galicia es sinónimo de tierra celta y de muchas tradiciones como el O Palpador, el cual se dice que visitaba todas las Navidades a los niños para palparles la barriga y ver si se alimentaban bien. Si los niños no se habían alimentado bien les dejaba carbón pero, si habían comido bien, un pequeño regalo. La apariencia del también conocido como Papa Noel gallego es más bien grande, también tiene barba pero en este caso el pelo rojizo y una pipa en la boca.
País Vasco: besugo, potajes, berza y coliflor
De nuevo, el protagonista suele ser el pescado (besugo) ya que el mar tiene mucha presencia en las tradiciones vascas así como en la cultura, dándole mucho peso a los pescadores. La cercanía del producto es indiscutible y si se hace al horno queda delicioso. La carne también suele encontrarse en algún caserío y la berza o coliflor suelen verse también. No puede fallar la salsa de nueces, también conocida como intxaursaltsa, la cual su receta va pasando de generación en generación y se elaboraba de forma casera en los caseríos durante todo el invierno. Un aporte de calorías que ayuda a combatir el frío invierno.
El País Vasco también tiene una figura similar a la de un Papa Noel muy especial, hablamos del Olentzero y Mari Domingi, encargados de anunciar la llegada de la Navidad y de dar regalos a los niños que se han portado bien. Suelen aparecer en la cabalgata o desfiles y su figura es la de un carbonero bonachón que vive en las montañas.
Región de Murcia: pavo en todas sus formas y tortas de Navidad
Aunque el pavo en todas sus formas suele ser uno de los platos principales, las tortas murcianas son el dulce tradicional de Navidad esencial pero no son el único. De hecho, también son comunes y propios de la zona los rollitos de mistela, los cordiales o las pirusas.
Durante las fiestas no puede faltar dar una vuelta por el tradicional mercado de Navidad de Murcia. Tiene sus raíces en la Edad Media y solía ser el lugar donde sus habitantes compraban todo lo necesario para pasar estas fechas navideñas.
La Rioja: tierra de cardo con bechamel y asado
Las tierras riojanas son muy cercanas a Aragón pero también limitan con el País Vasco, Navarra y Castilla y León por lo que en lo que respecta a sus comidas suele tener influencias de todas las comunidades nombradas anteriormente. De todos modos, es común y típico ver cómo en las casas se sirve sí o sí cardo con bechamel o con almendras, seguido de algún asado ya sea cochinillo o cordero.
En algunos pueblos como en Grávalos también se puede disfrutar de bonitas tradiciones que perduran en el tiempo como la danza de los pastores en Nochebuena. Es realizado por jóvenes que llevan la típica vestimenta que antaño llevaban los pastores. Todo el mundo es bienvenido aunque el único requisito para poder participar es que lleves la vestimenta típica.
Ceuta y Melilla: sabores del mar con pescados y mariscos
Melillenses y ceutíes suelen tener el corazón algo dividido entre carne y pescado. Por un lado, el pescado es casi una sella de identidad y pueden presumir de tener gran variedad de pescados durante todo el año. Por el otro, la carne es algo más “especial” y son muchos los que cada vez más se animan a preparar pavo o solomillo y salir así de lo más tradicional.
No podía acabar el artículo sin antes nombrar alguna tradición o actividad navideña que más me haya llamado la atención por lo que ahí va. Melilla y Ceuta son tierras de diversidad donde muchas tradiciones y culturas se juntan en un solo lugar. De hecho, a Melilla se le conoce como la ciudad de las cuatro culturas. Cada año se celebra la llegada de la Navidad con un baño en la playa de Horcas y es que las temperaturas en las ciudades autónomas son totalmente distintas de las que tenemos en la península, llegando incluso a los 20 o 22 grados.
Alba Feliz
Redactora, productora audiovisual y graduada en turismo y dirección hotelera. Creo firmemente que viajar abre la mente y permite conocer otras realidades que quizás desconocemos. Me apasiona la fotografía analógica (la de toda la vida) y darle una oportunidad a los destinos menos conocidos.