El Camino primitivo: 10 paradas imprescindibles en el origen del Camino de Santiago
Escrito por
30.11.2023
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19min. de lectura
– ¡Buen camino! – gritan los peregrinos a nuestro encuentro
– ¡Buen camino!
Es el saludo más repetido durante el Camino de Santiago. Da igual la ruta que escojas o cuando leas esto.
A Galicia se puede llegar de muchas formas, aunque ninguna será más emocionante que llegar a pie. Y es que, el Camino no es solo andar, es una experiencia. Y sino que se lo pregunten a los más de 100 mil peregrinos que, cada año, cruzan parte de la península ibérica hasta Santiago. Entre ellos, nosotros.
Lo hicimos siguiendo las flechas amarillas y las conchas de vieira del Camino de Santiago; indudablemente la ruta de senderismo más popular de España en la que da igual si se tienen o no creencias religiosas, ni qué religión se profesa. Según los peregrinos más experimentados que nos compañaban: “El Camino es encontrarse con uno mismo. Es escucharte, superar tus miedos y compartir”.
Detrás de las mochilas podemos encontrar españoles, italianos, franceses, ingleses, americanos e incluso asiáticos. Y es que, según datos de Vive el Camino, antes de la pandemia más del 50% de los peregrinos eran extranjeros. El Camino es internacional.
De hecho, volviendo a los asiáticos, como curiosidad, el Camino de Santiago está hermanado con el Kumano Kodo: la ruta más popular de Japón que llega a varios santuarios donde se une el sintoísmo -la religión autóctona de Japón- y el budismo.
En España, de todos los caminos que llegan a la praza do Obradoiro, el Camino francés es el más popular y transitado de todos. Los motivos los veremos un poco más abajo, ya que esta ruta, que va desde Roncesvalles hasta Santiago de Compostela, no es la más antigua (aunque fue descrita ya en 1135 en el Codex Calixtinus, libro fundamental jacobeo).
La primera de todas las rutas, el origen, fue la primitiva, como podemos intuir en su nombre. Y, parte de ella es la que hemos hecho para llegar al V Fórum del Camino de Santiago organizado por Fairway durante el 1 al 3 de noviembre.
La primera ruta de peregrinación del Camino de Santiago
El Camino primitivo parte de la vecina Asturias. Más concretamente de Oviedo, la capital del Principado desde donde, en el año 834, el monarca Alfonso II el Casto salió hacia Santiago tras un aviso del obispo Teodomiro (nos imaginamos a un cuervo llevando una carta, ¿verdad) en el que le decía que habían encontrado los restos que podían ser del apóstol Santiago. Todo un hallazgo para la época.
Una vez el monarca llegó y concluyeron que era Santiago, el rey astur ordenó la construcción de una capilla donde reposarían sus restos. Y, lo que comenzó siendo un pequeño templo, con los siglos se convirtió en una iglesia prerrománica, una basílica y, finalmente, en una catedral. La que podemos visitar hoy en día.
Gracias a su hazaña, Alfonso II está considerado como el primer peregrino, aunque a él le siguieron numerosos devotos astures y galaicos. De hecho, el Camino primitivo fue una ruta muy transitada durante los siglos IX y X. Su popularidad solo entró en retroceso cuando la capital del reino se trasladó a León, momento en el que se potenció el Camino francés.
El Camino primitivo dejó de ser popular en comparación con el francés, aunque sigue siendo el primero y en él aún se conservan vestigios y reliquias de la época. En esta ruta veremos algunos de los tesoros que aún se pueden visitar desde Oviedo hasta Santiago de Compostela.
Vayan haciendo la mochila (ligera) y cogiendo sus bastones. Nos espera una larga, bueno no tan larga aunque sí complicada, travesía. Según peregrinos experimentados que nos acompañaron como Tonho y Fran Contreras (autor de La guía mágica del Camino de Santiago), este es uno de los caminos más exigentes, ya que hay mucho desnivel y discurre por montaña.
Qué podemos encontrar en el Camino primitivo: de Oviedo a Santiago de Compostela
En total, el Camino primitivo cuenta con 14 etapas, las tres últimas las comparte con el Camino francés, que se junta en Melide, el pueblo conocido por sus dos reputadas pulperías. No son para menos.
Aquí no vamos a detallar todas las etapas, la intención es dar una pincelada (no tan breve) de los puntos más importantes o interesantes del Camino.
Oviedo: el origen
Oviedo es el kilómetro 0 del Camino primitivo. De aquí fue donde partió Alfonso II -su imagen la podemos encontrar a la izquierda de la catedral- y, como buena capital, donde se encuentran algunas de las reliquias más importantes del Principado.
El inicio es la Santa Iglesia Basílica Catedral de San Salvador de Oviedo, de estilo gótico pero cuyos interiores lucen diferentes estilos arquitectónicos. Conocida como Sancta Ovetensis, por la cantidad y calidad de joyas que posee, en ella podemos encontrar el Santo Sudario, el Arca de las reliquias, la Cruz de los Ángeles, la caja de las Ágatas, así como la Cruz de la Victoria que luce la bandera asturiana. Todo ello está en la Cámara Santa, una de las estancias prerrománicas más preciadas que en su día sirvió de capilla a Alfonso II.
Durante la visita os aconsejo transportaros a la Edad Media, a cuando las catedrales eran el epicentro de la vida urbana. A cuando, donde hoy están los bancos, había gente paseando, charlando, había vendedores ambulantes, etc. A cuando el barullo llenaba toda la nave central y la misa se oía de fondo, cantada desde el coro.
En la catedral de Oviedo los peregrinos tenían su propia salida. De hecho, si te fijas, la puerta de acceso que está junto a la escultura del monarca está ligeramente girada hacia el camino. En el interior, cruzando el claustro, podemos encontrar un pequeño jardín conocido como “el cementerio de peregrinos”. Aquí hay que matizar que, aunque en el siglo XV la catedral estaba obligada a dar sepultura a los peregrinos que morían en la ciudad, lo cierto es que ningún caminante fue enterrado en él. En este jardín de la catedral están enterrados los obispos. Los peregrinos fueron enterrados en el hospital de San Juan, así como en otros hospitales de la ciudad.
Dentro de la catedral de Oviedo también podemos encontrar la Atención al peregrino, donde podemos obtener las credenciales oficiales de la Catedral de Santiago, así como el sello, tanto físico como digital.
No podemos irnos de Oviedo sin visitar otra de las joyas que se encuentran en las inmediaciones de la ciudad: el prerrománico de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, declarados Patrimonio Mundial. Desde lo alto del Naranco las vistas de Oviedo son impresionantes.
Grado y su alegre mercado
Tras dejar Oviedo, el siguiente encuentro con la civilización es Grado. La capital del concejo es una antigua villa amurallada – todavía se puede ver una pequeña reconstrucción de la muralla frente al palacio de Miranda-Valdecarzana- conocida por su animado mercado que se celebra cada miércoles y domingo por la mañana. En él podemos llenar nuestras mochilas de productos típicos asturianos como el queso Afuega´l pitu, mieles, pan y sus famosos tocinillos.
El centro urbano de Grao (Grau en asturiano) está declarado Bien de Interés Cultural. Además de su muralla, en intramuros se puede encontrar arquitectura medieval, casas indianas y hasta una torre barroca. Se trata de la capilla de los Dolores, cuyo interior asombra por sus paredes repletas de casetones con figuras de diamantes.
De camino a Salas no hay que perderse una visita al monasterio de San Salvador de Cornellana. Levantado en el año 1024, es Patrimonio de la Humanidad desde 2015 y se ha convertido en uno de los emblemas del Camino primitivo.
Salas: la villa con 4 Monumentos Nacionales
Posiblemente, y esto es opinión 100% personal, Salas sea la villa más bonita del Camino primitivo. Y es que, su monumentalidad y sus coloridos edificios, rodeados de montaña, al borde del río Nonaya y abrazada por el verdor, hace que la imagen sea difícil de olvidar. No es de extrañar que Patricia, una peregrina brasileña, escogiera Salas como el lugar del Camino donde quiso echar raíces. Y que aquí acabase abriendo su propio albergue de peregrinos Sueño. Donde, por cierto, se come de miedo.
A pesar de su tamaño, la villa cuenta con cuatro Monumentos Nacionales, estos son: la torre de la villa, el palacio de Valdés Salas, la colegiata de Santa María la Mayor y la iglesia de San Martín. La torre de la villa es el edificio más antiguo. Data del siglo XIV, aunque su aspecto actual se debe a su última restauración realizada en el siglo XX por el arquitecto Luis Menéndez Pidal, hijo del pintor homónimo.
Además de las impresionantes vistas que hay desde su parte superior, uno de los elementos arquitectónicos que embellecen el centro del pueblo es el arco de medio punto que une la torre con el palacio de Valdés Salas, donde se encuentra la oficina de turismo.
Consejo: no abandonar Salas sin probar Los carajitos del profesor, un dulce de avellana típico de la villa. «¡Dame un carajo de esos!»
El Camino desde Salas sigue, durante un tramo, paralelo al río. Es subida, aunque no muy dura, y el silencio solo se verá interrumpido por el estruendo del agua que cae en cascada.
Tineo: tierra de vaqueiros de alzada, tallas medievales y de reliquias
Te alegrará saber que Tineo tiene el que, quizás, es el mejor albergue de peregrinos del Camino de Santiago. Se trata del albergue del palacio de Merás, que cuenta con baño turco, sauna y ducha de contrastes. Todo un lujo al que solo pueden acceder los peregrinos. El hotel, de cuatro estrellas y situado en el mismo edificio, no tiene siquiera ese servicio.
Fue idea del empresario propietario Benjamín Alba, quien se describe como un peregrino. Aunque al principio no estaba muy entusiasmado con la idea de caminar, su mujer fue quien le inculcó su amor por el Camino. Tras la muerte de ella, él quisó cumplir lo que siempre fue su sueño: ir de Roma a Santiago de Compostela a pie. Todo un gesto de amor.
Sus viajes y su afición por coleccionar piezas antiguas, de muy diversa índole, podemos verlas en su pequeño museo privado situado en una de las salas de los exteriores del hotel, junto al albergue. Allí, además de diferentes instrumentos musicales, revistas antiguas, relojes y fotografías, entre otros enseres, hay hasta una lámpara de Isabel II.
Aunque estas no son las únicas joyas que podemos encontrar en Tineo. En la iglesia del pueblo está el Museo de Arte Sacro, donde podemos encontrar tallas de la virgen del siglo XII, XIII y una de Santiago peregrino del siglo XV, entre otros muchos tesoros.
Santa María la Real de Obona, el monasterio abandonado y el inicio del peor tramo del Camino
Al salir de Tineo no hay que perderse una visita a los restos del monasterio de Santa María la Real de Obona. ¡Qué tranquilidad! Sus orígenes no están muy claros, pero fue un importante centro benedictino. Su belleza impresionó mucho al rey Alfonso IX de León, que hizo que fuera uno de los pasos obligatorios del Camino primitivo en vez de la ruta que va por hospitales y que actualmente están abandonados. Esto aumentó la economía y cultura del centro, que en su época fue muy popular. Hoy, sin embargo, según Tonho, guía del Camino de Santiago, cada vez hay más peregrinos que eligen el antiguo camino por su encanto.
Nota: el nombre hospitales de peregrinos viene de hospitalidad, no quiere decir que fueran centros de salud, aunque además de cama y comida también podían recibir curas.
Este tramo que sube hasta Puerto del Palo es el más exigente del Camino primitivo, ya que asciende hasta los 1.000 metros de altura. A los amantes del ciclismo posiblemente les suene porque es uno de los puertos emblemáticos de la Vuelta a España. Para dar ánimos os diré que, aunque es la más dura, también es una de las más bonitas, ya que las vistas al valle y al río Nisón desde el Puerto del Palo son espectaculares.
Montefurado, una aldea con solo 1 habitante
Lo bueno es que, todo lo que sube, baja. Después del esfuerzo del tramo anterior, ahora toca bajar hasta el embalse de Salime, donde está el río Navia.
Antes pasaremos por Montefurado, una pequeña aldea de piedra con ermita en la que actualmente solo vive un habitante. Como curiosidad, su nombre se debe a los agujeros que los romanos hicieron en los montes para abrir minas de oro. La buena nueva es que, desde allí el descenso será una tregua y nos regalará impresionantes vistas de las montañas de Pola de Allande hasta llegar al embalse de Salime.
En lo alto, tras haber cruzado la presa, está el mirador colgante Boca de la Ballena, desde donde podemos obtener una panorámica del antiguo complejo hidroeléctrico. También las tendremos desde el restaurante de sus inmediaciones, Vistalegre, con cocina tradicional asturiana.
Aún estamos en tierras astures, pero aquí ya notamos como la tierrina se abraza con la tierriña y, tras dejar atrás Grandas de Salime, la ruta continúa hasta A Fonsagrada.
Al cambiar de comunidad autónoma hay que prestar especial atención a las señales. Esto es importante: en Asturias la dirección la marcaba la parte posterior de la vieira y en Galicia es justo al revés, hay que seguir la parte abierta. Aunque ya se pueden encontrar algunas señales donde lo indican como en el resto de los caminos.
A Fonsagrada, la Fonte Sacra y el dolmen de Montouto
A Fonsagrada viene de “fuente sagrada” o “fonte sacra”. La actual, tal y como se puede ver en sus imágenes, data de 1882, aunque está construida sobre otras fuentes más antiguas. Se trata de un manantial natural que no solo sirvió para abastecer de agua al pueblo, que antiguamente tenía que ir a por ella, sino que está envuelta en numerosas leyendas. Es la primera parada para los peregrinos al entrar en Galicia.
A pocos kilómetros en dirección Lugo, junto a lo que queda de lo que fue el Real Hospital de Santiago de Montouto y de la capilla, están los restos del dolmen de Montouto. Carece de túmulo, aunque aún conserva cuatro ortostatos de grandes dimensiones que sobresalen entre la vegetación.
Lugo y su muralla única
La capital de la provincia homónima es perfecta para tomarse un merecido descanso y visitar sus múltiples tesoros arquitectónicos, capaces de transportarnos a otra época. Su muralla romana, con más de 2.200 metros y con 85 torres, es todo un emblema de la ciudad. Es la única muralla romana del mundo que se conserva entera y está declarada Patrimonio de la Humanidad. Si damos un paseo sobre ella, y te gusta el arte urbano, durante el trayecto nos encontraremos con el Julio César de Diego As, considerado como el mejor mural de arte urbano de 2021 por Street Art Cities.
La catedral de Santa María, junto a la muralla, es otra de las visitas imprescindibles. También está declarada Patrimonio de la Humanidad desde 2015 como parte del Camino de Santiago. Originariamente es de estilo románico, aunque a lo largo de los años ha experimentado adiciones y modificaciones. En su interior podemos encontrar el Museo de Arte Sacro, con diferentes piezas de orfebrería, tallas, restos arqueológicos, etc. Y es de las pocas catedrales en las que se puede subir a las cubiertas desde donde se pueden observar mejor sus torres y hay unas vistas muy chulas de la ciudad.
Santa Eulalia de Bóveda, un santuario tardo-romano del siglo III
¿A quién no le va a gustar un santuario tardo-romano del siglo III? Aunque para llegar hasta Santa Eulalia de Bóveda hay que desviarse ligeramente del camino -desde A Uceira son unos 30 minutos andando- es una visita que, por su valor histórico y cultural, merece mucho la pena.
El santuario, declarado Patrimonio Histórico de España y Bien de Interés Cultural, está semi escondido debajo de la iglesia parroquial de Santalla de Bóveda de Mera. Justo al lado está la oficina de información donde se puede pedir que os lo abran para entrar en sus misteriosos interiores. Con la luz y la humedad, el aura que desprende es mágica.
En sus exteriores podremos ver un pequeño atrio con dos columnas, así como diferentes grabados en la piedra del santuario. Algunos de ellos son un culto a Cibeles. Tras cruzar la puerta de arco de herradura (uno de los más antiguos de este estilo en la arquitectura española), en su interior nos encontraremos con más columnas, una pequeña piscina donde se cree que se realizaban los rituales, así como una bóveda de cañón decorada con frescos en los que abundan las aves cuyo canto servía como oráculo.
Melide y el rey del pulpo
Melide es el punto donde el Camino primitivo se une con el Camino francés. Y donde, por fin, podremos degustar uno de los mejores pulpos de Galicia, con permiso de O Carballiño. Esta localidad está repleta de pulperías con fama. Solo tendrás que dejarte guiar por el vaho de las ollas que desprenden ese rico olor a su entrada. A Garnacha, Ezequiel…
Otra nota: No te olvides de pedir unos cachelos para acompañarlo.
Antes de dejar atrás Melide, como curiosidad, a sus afueras hay una pequeña iglesia, la de San Roque, a los que los gallegos llaman la iglesia de los 10 euros. Esto se debe a que los arcos románicos de su entrada tienen un notable parecido a los que aparecen en los billetes de 10 euros. Lo cierto es que, aunque podrían ser los mismos, según el Banco Central Europeo los monumentos que aparecen de diferentes estilos arquitectónicos en los billetes son ficticios para evitar polémicas.
Santiago de Compostela: el destino
Monte do Gozo nos da una idea del sentimiento que provoca en los peregrinos llegar a ese mirador de Santiago y empezar a divisar las torres de la catedral. Se acerca el final de la peregrinación, ya casi estamos a unos 5 kilómetros de la plaza del Obradoiro.
Justo a la entrada del monte hay una capilla, consagrada a San Marcos. Suele estar cerrada, aunque tiene un fuerte simbolismo ya que, ya en la Edad Media, en este monte hubo una capilla donde los peregrinos se arrodillaban en agradecimiento por haber llegado hasta Santiago. La actual no es la misma que la medieval, es de mediados de los años 60, momento en el que se recuperó el monte, que hasta entonces estaba abandonado.
Desde 1993, además, en uno de sus extremos se erige la escultura de dos enormes peregrinos que nos señalan dónde está la catedral. Nuestra meta final.
Una vez en Santiago de Compostela: ¡Hallelujah! ya nos podemos quitar la mochila de la espalda y las botas. Llegamos a Fairway Santiago. Es hora de visitar Santiago Apóstol y descansar. Sobre todo esto último, aunque siempre con un Ribeiro y una buena ración de pulpo ¡saúde! Galicia es el festín por excelencia.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.
Gracias por compartir tu relato Laura.
Transmite emoción e ilusión.
salu2 😉
Me falta Villaviciosa ahí, de paso obligado tras dejar Oviedo para visita San Salvador de Valdediós. una de las primeras iglesias prerrománicas consagradas por los 7 obispos católicos de la época de Alfonso II y lugar de reposo del monarca tras dejar el trono.
https://es.wikipedia.org/wiki/San_Salvador_de_Valdedi%C3%B3s