De cuando las mujeres de Palencia derrotaron a un ejército inglés en el siglo XIV
Escrito por
17.11.2023
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Hay un lugar en Castilla donde unas mujeres detuvieron el avance de un ejército inglés. Hablamos de las damas de Palencia y de la Edad Media. Y no sólo evitaron que Palencia cayera en manos enemigas, sino que ayudaron a que el rey de Castilla lo siguiera siendo. Para ellas se creó la Orden de las Damas de la Banda. Pero contemos la historia completa, que merece la pena conocerla.
Pocas cosas hay más apasionantes que las idas y venidas de los reyes, el poder y las luchas en la Edad Media. Alimentan el cine y la literatura, pero la realidad es siempre más atractiva. Vamos a comenzar tres siglos antes de los hechos que dieron lugar a la creación de la Orden de las Damas de la Banda.
Una jugada maestra de las mujeres de Palencia
En la partida de ajedrez medieval por el poder de los reinos, las damas palentinas hicieron una jugada maestra que aún se recuerda.
En 1095 Alfonso VI de León entregó a Enrique de Lorena el condado de Portugal como dote por el matrimonio de su hija Teresa, aunque el territorio estuviera sometido a vasallaje de León. Cuando murió el rey leonés, Portugal se erigió como reino independiente.
Tres siglos más tarde, en 1379, Juan I de Castilla se casó en segundas nupcias con la hija del rey de Portugal, y al morir este el rey castellano demandó para sí el reino de Portugal, como estaba dispuesto en las capitulaciones matrimoniales. Aquello, como era de esperar, no fue aceptado por todos los nobles y dio lugar a un conflicto porque había otro aspirante al trono. El otro aspirante también se llamaba Juan, y se conoce como Juan I de Portugal. Así de entrada, en este conflicto ibérico de finales del siglo XIV se enfrentaron dos juanes, Juan I de Castilla y Juan I de Portugal, este segundo, sobrino del rey portugués fallecido.
El portugués pidió ayuda a los ingleses, que entonces eran enemigos del castellano y además querían hacer suya la corona de Castilla. Del lado castellano había franceses, por lo que tenemos sobre Castilla una guerra que tenía representación de varios lugares del sur de Europa. Una enorme y apasionante partida de ajedrez, en las que las damas, concretamente las damas palentinas hicieron una jugada clave.
Ese conflicto fue importante, con batallas destacadas y enfrentamientos habituales. Entre esas batallas importantes está la batalla de Aljubarrota, en Portugal, que tuvo lugar en agosto de 1385 y que es un hito en la historia de la Edad Media en la península Ibérica. Fue un desastre para los castellanos.
Palencia casi sin hombres
Palencia estaba casi sin hombres por culpa de la guerra y los ingleses trataron de aprovechar el momento, pero las mujeres se bastaron para detener su avance.
Aprovechando el momento de debilidad de su enemigo, las tropas inglesas trataron de hacerse con el territorio y la corona de Castilla. Juan de Gante, el tercer Juan en toda esta historia, duque de Lancaster e hijo de Eduardo III de Inglaterra, pretendía el trono de Castilla porque en 1371 se había casado con Costanza de Castilla, hija de Pedro I de Castilla. Eso le daba derecho al trono de Castilla a los ojos de sus partidarios.
Las tropas inglesas desembarcaron en Galicia y tuvieron éxito contra algunas de las poblaciones del noroeste peninsular. Juan de Gante avanzaba hacia el corazón de Castilla, queriendo hacerla suya, pero entonces se topó con las mujeres palentinas.
Los ingleses pusieron sitio a la ciudad de Palencia en 1387, con la ventaja para ellos, sobre el papel, de que muchos de los hombres de la ciudad formaban parte de las huestes castellanas y estaban lejos de allí. Al fin y al cabo, los castellanos estaban combatiendo en territorio portugués. Por otra parte, los ingleses venían de tener algunos éxitos en territorio peninsular y confiaban en que el asedio de Palencia fuera una victoria más. Pero si bien no estaban los hombres de Palencia, sí estaban frente a los ingleses las mujeres palentinas, que se sobraron para plantarle cara y defender la ciudad.
No sólo aguantaron el asedio, tirando al suelo, literalmente, todos los intentos de los asediadores de pasar el muro defensivo de la ciudad. Sino que además las damas palentinas salieron a campo abierto a pelear y ganaron, haciendo que los ingleses tuvieran que huir desordenadamente. Aquello fue un obstáculo importante para las pretensiones de Juan de Gante al trono castellano.
No piensen ustedes en una versión española de Juana de Arco o cosa similar, de mujeres con armaduras y espadas luchando como caballeros. No, las damas palentinas fueron al combate con sus prendas habituales, su calzado normal y con las armas que pudieron apañar. Esto es, con azadas, guadañas y cualquier instrumento capaz de hacer daño.
El traje tradicional de las mujeres de Palencia tiene el honor de mostrar una banda dorada por aquel hecho y en recuerdo de la Orden de las Damas de la Banda.
La suerte de Palencia influyó en cómo acabó la guerra. Como siempre, la posición de cada uno le daba fuerza en la negociación. Y lo que había ocurrido en Palencia tenía su peso. Lo hizo con acuerdo de paz entre los partidarios del rey castellano y del portugués, y donde los ingleses no pusieron sobre su cabeza la corona de Castilla. La paz entre Juan I de Castilla y Juan de Gante, el inglés, se selló con un matrimonio entre sus hijos, como solía hacerse en aquel tiempo. Aquel matrimonio tuvo lugar en Palencia en 1388, curiosamente.
Por aquella defensa de la ciudad que habían hecho las mujeres de Palencia, y por haber contribuido a su causa, el rey de Castilla les concedió algunos privilegios. Entre ellos, todos los que gozaban los caballeros de la Orden de la Banda, como era la exención de algunos tributos. Y creó una orden para ellas, similar a esa orden de caballeros. Así fue como nació la Orden de las Damas de la Banda, como una versión femenina de la importante Orden de la Banda.
Las damas podían llevar la misma banda dorada que llevaban los caballeros de la orden masculina, y podían lucir los colores rojo y dorado en sus tocados. Estos colores era otro de esos privilegios reservado, hasta entonces, a unos pocos. Este detalle, que se conoce como el derecho de tocas, ha llegado hasta hoy, ya que el traje popular de las damas palentinas tiene una banda dorada. Además, hace pocos años el ejército de España entregó al ayuntamiento de Palencia una mesa con una inscripción rememorando la hazaña de las “heroínas de Palencia”.
Puede parecer una anécdota eso de tener una orden propia, pero en pleno siglo XIV crear una orden así para mujeres, y hacerlo además como reconocimiento a un hecho de armas, es todo un hito.
Manuel Jesús Prieto