7 pueblos medievales en Segovia para viajar en el tiempo
Escrito por
19.09.2023
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La provincia de Segovia, a pesar de ser una de las provincias más pequeñas de España alberga algunos de los pueblos medievales más bonitos de la península.
Su rica herencia medieval se manifiesta en cada rincón, desde majestuosos castillos, hasta calles adoquinadas y auténticas casas de piedra que te transportarán a épocas pasadas. Os invitamos a un viaje en el tiempo descubriendo estos 7 pueblos medievales en Segovia que forman parte de los 209 municipios que presenta la provincia.
Ayllón
Ayllón, un pueblo reconocido como Conjunto Histórico Artístico desde 1973, es un destino que no puedes perderte en la provincia de Segovia.
Al cruzar el antiguo puente romano sobre el río Aguisejo te darás cuenta de que estás ingresando a un lugar especial. La puerta principal, adornada con cuatro escudos que representan a las familias más destacadas de Ayllón, te da la bienvenida. Uno de los tesoros arquitectónicos más impresionantes de este pueblo es el palacio de los Contreras, construido en 1497 por Juan de Contreras, que deslumbra con su fachada histórica.
Pero Ayllón no solo es rico en patrimonio arquitectónico, también es famoso por su entorno natural. En sus alrededores podemos encontrar Peñalara (Comunidad de Madrid) y, a tan solo una hora en coche puedes explorar el Parque Nacional del Hayedo de la Tejera Negra (Guadalajara), un tesoro de hayas que es uno de los bosques más meridionales de Europa. También podemos realizar una ruta por el río Aquisejo.
Este pueblo ha recibido múltiples premios y ha sido visitado por realeza a lo largo de la historia.
Coca
Coca, en su origen llamada Cauca, se encuentra en lo alto de un promontorio que se alza sobre los ríos Voltoya y Eresma. Esta villa cuenta con una rica historia y una arquitectura única. De hecho, está considerada uno de los asentamientos poblados de manera continua más antiguos de la península ibérica.
Su emblemático castillo de los Fonseca, construido en el siglo XV y de estilo gótico-mudéjar español, es un ejemplo destacado de castillo señorial castellano. A diferencia de la mayoría de los de la región, el castillo de Coca cuenta con dos recintos amurallados y torres poligonales en sus esquinas. Además, se diferencia por su foso excepcionalmente profundo, que alcanza los 20 metros. Antiguamente era propiedad de los Duques de Alba, pero en 1958 el castillo fue cedido al Ministerio de Agricultura y alberga desde entonces la Escuela de Capacitación Forestal. En 1931 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Coca también te sorprenderá con su arquitectura popular. En las casas de la villa destaca su sistema inusual de colocación de tejas. No te pierdas la oportunidad de explorar otros tesoros locales, como la puerta de la villa, la majestuosa iglesia Santa María la Mayor, la Casa de la villa y Tierra de Coca, el hospital Ntra. Sra. de la Merced, la torre de San Nicolás y la Domus Romana.
Cuéllar
Conocida como la “villa del mudéjar”, esta villa medieval fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1994. Entre sus calles empinadas hay palacios como el de Santa Cruz y Pedro I, así como casas nobles como las de los Daza y los Roja. Cuéllar tiene hasta seis conventos, entre sus callejuelas está su popular judería -situada entre las murallas de la ciudadela- y también hay tenerías. Allí se puede conocer el proceso de transformación de las pieles en cuero en el Centro cultural museístico de Cuéllar.
El castillo de los Duques de Alburquerque, que alberga el Archivo Ducal de la Casa de Alburquerque, es uno de los monumentos más destacados. Las murallas de Cuéllar, con aproximadamente dos kilómetros de longitud, son otro tesoro patrimonial de máxima importancia debido a su complejidad y variedad de puertas.
Cuéllar, conocido por su arquitectura mudéjar, presenta una de las mayores concentraciones de edificios de los siglos XII y XIII en Castilla y León. El entorno natural ofrece lugares como Las Lomas, con vistas panorámicas, la senda de los Pescadores a lo largo del río Cega y el humedal El Espadañal, un refugio de aves migratorias en invierno.
Maderuelo
Maderuelo está situado sobre un alargado espolón que bordea el curso del río Riaza, en el extremo oriental de la sierra de Pradales o Serrezuela. Este pueblo marca el inicio de las espectaculares hoces del río Riaza, hogar de la mayor reserva de buitres leonados de Europa, lo que lo convierte en un destino natural impresionante.
En tu visita a Maderuelo asegúrate de explorar las dos ermitas cercanas: la ermita de Castroboda y la ermita de la Vera Cruz. Estos sitios religiosos aportarán un matiz espiritual a tu experiencia en este rincón de Segovia.
Asimismo, en las inmediaciones de Maderuelo, está la ermita de Hornuez, donde la serenidad y la hermosura de la naturaleza se fusionan en un entorno excepcional.
Si te preguntas qué ver en el pueblo, añade estas paradas: el arco de la villa, la plaza San Miguel, la iglesia-palacio de San Miguel, la plaza del Baile y Santa María, el torreón del castillo y el puente viejo son algunos de los elementos arquitectónicos que narran la historia de Maderuelo.
Pedraza
Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1951, en Pedraza destaca su Plaza Mayor, un espacio central rodeado de casas de piedra con balcones de madera y soportales. Aquí, a lo largo del año se celebran diversos eventos culturales, como conciertos al aire libre y la famosa Noche de las Velas, donde miles de velas iluminan la plaza, creando una atmósfera mágica.
Uno de los tesoros más emblemáticos de Pedraza es su castillo medieval, que se alza en una colina. Este castillo, con imponentes murallas, se construyó en el siglo XIII y ofrece vistas panorámicas impresionantes de los alrededores. La iglesia de San Juan Bautista en la Plaza Mayor, de estilo románico, es otro punto de interés que no debes perderte. Su interior alberga obras de arte religioso y refleja la rica herencia religiosa de la región.
Pedraza está situada a 1.073 metros de altitud en el piedemonte segoviano, por lo que es un punto de partida ideal para explorar la naturaleza circundante. A tan solo 30 minutos desde la localidad de Sepúlveda está el Parque Natural de las Hoces del río Duratón, un impresionante cañón con 7 rutas balizadas. Si llegas hasta allí acércate a la villa de Boceguillas y Cantalejo.
Riaza
Riaza es uno de los pueblos medievales más auténticos de Castilla y León. Entre los lugares de interés se encuentra la iglesia de Nuestra Señora del Manto, así como las ermitas de San Juan y San Roque. Pero en Riaza destaca su Plaza Mayor, en forma de ruedo es el lugar perfecto para observar la vida cotidiana del pueblo. Te llamarán la atención sus casas solariegas bajo los soportales.
Si lo tuyo es conocer más a fondo el entorno natural de Riaza y hacer deporte, anota en la agenda el mirador de Peña Llanas , el hayedo de la Pedrosa y la estación de esquí La Pinilla. La estación de esquí La Pinilla está ubicada a sólo 30 minutos en coche de la ciudad y es perfecta para un día de diversión en familia disfrutando tanto en su bike park como en la nieve en la temporada de invierno.
Turégano
Turégano puede ser pequeño en tamaño, pero es inmenso en historia y belleza.
El castillo de Turégano, del siglo XII, se alza en el centro de la localidad. Su presencia domina el horizonte y agrega un aura de misterio y grandeza al pueblo. Dentro del castillo encontrarás la iglesia románica de San Miguel, una joya arquitectónica que deberás incluir en tu visita.
La plaza de España, o de los Cien postes, y la de Santiago con su pilón donde vecinos y ganado se surtían de agua durante siglos, son lugares que añaden aún más encanto a la localidad. La presencia de este junto con otros pilones es un recordatorio tangible de la importancia del agua en la vida diaria de la villa.
Los alrededores de Turégano también ofrecen oportunidades para los amantes de la naturaleza y el turismo activo. El valle del Pirón, bañado por el río que lleva su nombre y que nace en la sierra de Guadarrama, es un lugar cercano para practicar senderismo en este pueblo de la provincia de Segovia.
María José Muñoz
No sólo me gustó me emocionó
Ayyy José, gracias por escribir su sentir al leer el artículo. Un abrazo.