5 pueblos pequeños con castillos espectaculares

Si las piedras hablasen, las de los castillos tendrían mucho que contar. Sus murallas fueron testigos de batallas y de las costumbres de la vida de la época. Estas fortalezas tienen un no sé qué que atraen numerosos visitantes año tras año, como si al caminar por esas piedras pudiéramos viajar en el tiempo.

España es tierra de castillos, hay numerosas fortificaciones repartidas de norte a sur del país. Algunos son muy conocidos como el Alcázar de Segovia, el de la Mota o el de Loarre. Pero hoy te queremos hablar de algunos que se encuentran en pueblos pequeños y no son tan conocidos.

Sacro Convento y Castillo de Calatrava la Nueva (Ciudad Real)

Este castillo emerge majestuosamente de las tierras castellanas como un testimonio de la historia medieval de España. Situada en el pequeño pueblo de Aldea del Rey, esta fortaleza fundada en el siglo XII, cuenta con un amplio número de edificaciones de distintas épocas.

En 1217 la Orden de Calatrava se traslada al castillo y lo utiliza como sede principal hasta el año de 1804. Su construcción tiene una posición estratégica, ya que domina el Puerto de Calatrava y el Castillo de Salvatierra. Sin embargo, lo que añade un toque de singularidad es la presencia de la iglesia en su interior, donde los monjes guerreros buscaban el equilibrio entre su compromiso religioso y su deber de proteger la frontera cristiana ante las amenazas musulmanas.

Castillo de Ampudia (Palencia)

En el pueblo palentino de Ampudia de poco más de 600 habitantes se encuentra una de las fortalezas más sorprendentes de estas tierras. Esta fortaleza, datada en el siglo XV, impresiona por su belleza y singularidad en cada detalle. Esta construcción ha fusionado la funcionalidad defensiva con la elegancia señorial.

La conservación meticulosa de sus elementos originales y su adaptación para albergar visitas culturales, han convertido al castillo en un espacio vivo que sigue conectando el pasado con el presente. Durante la visita, viajarás en el tiempo mientras exploras cada rincón de sus salas y pasadizos.

Castillo de Mur (Lleida)

En la cima de una colina en la comarca de Pallars Jussá, vigilante y silencioso se alza el Castillo de Mur. Esta fortaleza ejemplifica cómo era la arquitectura civil militar del siglo XI. Se trata de una construcción única y muy simple, sus murallas tienen forma de un barco que abraza la torre maestra.

Próximo al castillo, también en la cima de este promontorio rocoso, se encuentra la iglesia de Santa María de Mur. Construida en la segunda mitad del siglo XI, conserva su estructura original. Está formado por la iglesia, el claustro y las dependencias de los canónigos.

Cuéllar (Segovia)

Construido en siglo XIII, el Castillo de Cuéllar es Monumento Artístico Nacional desde 1931. Esta fortaleza es una mezcla arquitectónica de estilos góticos y renacentista, enriquecida con elementos defensivos que capturan la esencia de su importancia histórica.

A esta fortificación se la conoce también como el castillo de los Duques de Alburquerque. Esto se debe a que en 1464, Don Beltrán de la Cueva, primer Duque de Alburquerque, fue nombrado por Enrique IV como señor de Cuéllar.

Castillo de Vimianzo (A Coruña)

El Castillo de Vimianzo emerge en lo alto de una colina con sus altos muros de granito y torres de vigilancia, ofreciendo una vista panorámica de los alrededores. Fue residencia de ilustres familias como los Mariño de Lobeira o los Moscoso. Además, fue uno de los escenarios de la Revolta Irmadiña -disputa en la que los campesinos se opusieron a los abusos de los señores feudales en el siglo XV-.

A día de hoy la fortaleza medieval está convertida en un museo de artesanía vivo que puede ser visitado de martes a domingo.