Qué ver en un fin de semana en Elche de la Sierra
Escrito por
04.08.2023
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Índice
Elche de la Sierra es un municipio situado en la provincia de Albacete, un destino perfecto para aquellos que buscan disfrutar de un fin de semana repleto de naturaleza, historia y cultura. Rodeado de impresionantes paisajes montañosos y lleno de encanto rural, ofrece una variedad de actividades perfectas para satisfacer a los visitantes. Museos, miradores, senderismo y buena gastronomía son algunos de sus puntos fuertes.
No está mal para una localidad de poco más de 3.500 habitantes, que acogerán a los turistas con la famosa hospitalidad albaceteña. Además, es el centro neurálgico de la sierra del Segura y desde su ubicación es fácil llegar a otros pueblos de interés como Riópar, Letur o Villares, entre otros.
Viernes
Como es habitual, lo más recomendable al llegar a una localidad es dar una vuelta por el centro para conocer su arquitectura y comprobar el ambiente que hay (puede ser un sitio animado o muy, muy pacífico). En este caso, se trata de un municipio bien dotado de bares y restaurantes, así que el paseo es una buena oportunidad para escoger un sitio en el que cenar después.
Ese recorrido puede llevar a uno de los orgullos del lugar: la iglesia de Santa Quiteria, la más grande de toda la comarca, que data del siglo XVIII y pertenece al estilo neoclásico. Está edificada sobre otra anterior y Francisco Pérez Rodríguez fue el arquitecto que dirigió la obra entre los años 1783 y 1788. Curiosamente, tiene dos torres y en su interior hay un órgano histórico, de la misma época del edificio que lo alberga y cuyo complejo funcionamiento puede verse desde su interior. Durante la Guerra Civil sufrió muchos desperfectos, que fueron rehabilitados en 2005.
También se puede aprovechar para pasar por la Oficina de Turismo, que se aloja en la Casa de las señoras de Aguado, donde también está el Museo de las alfombras de serrín. Para quienes no lo sepan, ‘las alfombras de serrín’ son una manifestación de arte efímero obra de los elcheños realizan en la noche previa a la festividad del Corpus Christi.
Desde 1964 embellecen sus calles con estos dibujos realizados con virutas y otros materiales afines al serrín tintados de colores. En un principio, solo extendían sobre el suelo este ‘confetti especial’ pero poco a poco se fueron convirtiendo en lo que son ahora. Su duración es corta, ya que desaparecen después de la procesión, pero en este museo se pueden ver algunas muestras y apreciar su originalidad.
Sábado
Lo mejor para empezar un buen día es desayunar en condiciones. En Elche de la Sierra se encuentra una de las panaderías más relevantes del país: Rincón del Segura. Desde hace más de 30 años, los responsables de este negocio cultivan los ingredientes necesarios para elaborar sus productos de forma artesanal y ecológica. Sus panes, bizcochos y harinas son famosos en toda su comarca y más allá. No se puede pasar por el pueblo sin probar algunos de sus manjares, con el tiempo se ha convertido en parada obligatoria.
El trayecto puede seguir hasta su histórico lavadero, al que se recomienda llegar a pie porque las calles que llevan a él son demasiado estrechas para los coches (y caminar es una excelente actividad). Se inauguró a mediados del siglo XX y a día de hoy aún quedan algunas mujeres que lo utilizan porque sigue en funcionamiento. En él se pueden ver algunos paneles explicativos acerca de su historia y de cómo era un sitio de reunión femenino. Tiene 75 zonas de lavado hechas de granito y dos caños de agua provenientes de un manantial natural llamado La Poza.
Aunque actualmente, según la web oficial de la localidad, se encuentra cerrado, otro de los lugares de interés de Elche de la Sierra es el Banco Úbeda. Está en un proceso de transición para convertirlo en casa-museo. Su interior, además de albergar una sede bancaria, también fue el alojamiento de la familia que le da nombre hasta 1964. Cesó su actividad en 1967, pero dentro aún se conserva parte del mobiliario de la época y obras del pintor albaceteño Julio Caulin Paños, entre otras curiosidades.
Después de la comida, se puede subir a alguno de los numerosos miradores de la zona. Desde el dedicado a Amílcar Barca –se cree que por esa zona falleció en combate el general cartaginés, padre de Aníbal Barca– se puede ver la aldea de Villares, la Peña de San Blas y Vicorto. Además, dispone de un área recreativa que destaca por una curiosidad: las mesas y las sillas de piedra son diferentes entre sí porque cada una representa a alguna de las diferentes civilizaciones que poblaron la zona a lo largo de la historia. Entre ellas la íbera, la romana o la visigoda, entre otras.
El Elche de la Sierra también reside uno de los siete miradores Starlight instalados en la sierra del Segura. Se trata de lugares protegidos de la contaminación lumínica desde donde se pueden observar eventos astronómicos (como pasos de cometas) o, simplemente, mirar las estrellas desde un sitio privilegiado. Una forma excelente de terminar la jornada.
Domingo
El último día de la escapada es ideal para hacer uno de los 14 senderos señalizados que parten de Elche de la Sierra. Pueden hacerse caminando pero también en bicicleta de montaña e incluso a caballo. Siguiendo estas rutas se puede llegar a la tumba de Amilcar Barca, al paraje de la Longuera (que tiene zona de baño) o a la Peña de San Blas. Asimismo, en la zona hay lugares adecuados para la práctica de escalada, barranquismo y espeleología.
Antes de irse y si todavía no se ha probado, es recomendable disfrutar de una de las joyas de la gastronomía de la zona: el cordero segureño. Se trata de una raza criada en la sierra del Segura con gran fama por su sabor y textura. Y de postre, hojuelas a la miel. Qué mejor que marchar con un buen sabor de boca.
Carmen López