La vida rural, de museo en L’Espluga de Francolí

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27.10.2023

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6min. de lectura

Museu de la Vida Rural
Museo de la Vida Rural en L’Espluga de Francolí. Por Museu de la Vida Rural [MVR]

¿Sabías que la primera acepción de la palabra “cultura” en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) es “cultivo”? Pese a ello, un uso muy extendido en la actualidad es el que marca la segunda: “Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. Y se emplea, a menudo, de manera confrontada al trabajo de la tierra que hacen, fundamentalmente, los habitantes del rural.

Así lo recuerda crudamente la veterinaria María Sánchez en su libro Tierra de mujeres. Una mirada íntima y familiar al mundo rural (Ed. Planeta, 2019): “No nos dejan hablar. No nos dejan decidir. La marca del campesino en la frente. La mancha de ser de pueblo. La asociación dolorosa del medio rural con términos como paleto, ignorante, bruto, simple, cateto, porrino, inferior. La inferiorización está clavada muy dentro”.

Museo de la Vida Rural en L'Espluga de Francolí
Museo de la Vida Rural en L’Espluga de Francolí. Por Museu de la Vida Rural [MVR]

Paradójicamente, los carros antiguos, los aperos de labranza y otras herramientas tradicionales nos llaman mucho la atención cuando viajamos por el mundo rural. Porque son cultura, en base a la primera, pero también al resto de acepciones que da el DRAE. Y con el objetivo de preservar todo lo que era la vida rural antes de la Revolución Industrial, en 1986 abrió el Museo de la Vida Rural de L’Espluga de Francolí, un pueblo de 3.700 habitantes de la Conca de Barberà (Tarragona).

Impulsado por la Fundació Carulla, el museo etnográfico es un centro cultural de memoria, reflexión y transformación sostenible desde el mundo rural a través de sus 5.500 metros cuadrados de superficie. Toda una referencia en Cataluña sobre cómo era y es aquí la vida rural y, por extensión, en el Mediterráneo.

Museo de la Vida Rural en L'Espluga de Francolí
Museo de la Vida Rural en L’Espluga de Francolí. Por Museu de la Vida Rural [MVR]

Este interesante espacio acoge una exposición permanente con un extenso fondo de piezas relacionadas con la sociedad, la cultura, la agricultura, el arte y los oficios, que se añaden de forma holística a un patrimonio cultural, tecnológico, biológico, económico y paisajístico de gran valor. Tiene 12 secciones, 18 audiovisuales y un ciclorama-calidoscopio de grandes dimensiones; los espacios exteriores –hay un gran jardín etnobotánico que no utiliza productos químicos ni fertilizantes sintéticos- albergan la programación de actividades y las exposiciones temporales.

Hay una parte destacada dedicada a la pagesia (el campesinado catalán) y a sus tres cultivos principales, el trigo, la viña y el olivo, con información que va más allá de la actividad económica: nos habla de la sociedad que se configuraban a su alrededor, de los oficios complementarios que generaban, de cómo afectaba a la vida de los pueblos.

Museo de la Vida Rural en L'Espluga de Francolí
Museo de la Vida Rural en L’Espluga de Francolí. Por Museu de la Vida Rural [MVR]

Entre las actividades que se desarrollan en el museo, constan las que se hacen en colaboración con los centros educativos de la zona, como talleres de agricultura, de agua, de fuego, de migraciones, de naturaleza o de oficios tradicionales; cursos para adultos de cestería, de museografía sostenible, de elaboración de quesos o de diseño, planificación y gestión de un huerto; o jornadas de piedra seca (construcción tradicional) y presentación de libros y conciertos. Hay experiencias para todos los públicos.

Un evento anual muy especial que acoge es el Festival de Poesía RUSC, que hace que este “espacio estático que representa parte de la historia vinculada al mundo rural, también haga de dinamizador del territorio”, en palabras del responsable de comunicación del museo, Roger Òdena. Y es que el museo tiene, como hemos visto, “una actividad cultural muy intensa”, con alrededor de un centenar de propuestas al año.

Museo de la Vida Rural en L'Espluga de Francolí
Museo de la Vida Rural en L’Espluga de Francolí. Por Museu de la Vida Rural [MVR]

El Museo de la Vida Rural habla del pasado y del presente, pero también del futuro. “Hace unos años nos planteamos por qué conservamos carros, azadas y todo este patrimonio material e inmaterial de abuelos y generaciones anteriores. Llegamos a la conclusión de que nos hablan de otra manera de hacer las cosas, de la gestión del agua, de la energía, de los cultivos, de la producción y el consumo de proximidad”, observa Òdena. Cuestiones que pueden ayudar a afrontar los “retos de hoy” en un presente urbano y global lleno de preguntas.

Así que, si quieres empaparte de la cultura –en todos los sentidos- del rural catalán y mediterráneo y desterrar esa “mancha de ser de pueblo”, no dejes de visitar el Museu de la Vida Rural de l’Espluga de Francolí. Abren de martes a sábado, de 10.30h a 18.30h y los domingos y festivos de 10.30h a 14h. Según datos del centro, recibe unos 20.000 visitantes al año.

Qué hacer en L’Espluga de Francolí

l'Espluga de Francolí
l’Espluga de Francolí. Por I, Lohen11

Si te acercas a L’Espluga de Francolí para visitar del Museo de la Vida Rural, aprovecha para conocer otros puntos de interés del pueblo y sus alrededores. Primero, puedes darte un paseo por sus calles y su rico patrimonio: descubrir su iglesia vieja, del siglo XIII, y donde se escondieron los despojos de los reyes de la Corona de Aragón; la iglesia nueva, de estilo neoclásico, de finales del siglo XIX; el antiguo hospital, edificio gótico catalán; el ayuntamiento; la font Baixa; el nacimiento del río Francolí y font Major; o la ermita de la Santíssima Trinitat, a pie del bosque y de donde parten rutas como la que comunica el Monestir de Poblet con Montblanc.

Nacimiento del Francolí
Nacimiento del Francolí. Por Alberto-g-rovi

Otro imprescindible son las cuevas de L’Espluga de Francolí, una impresionante cavidad en la que se han recorrido y tipografiado, hasta la fecha, unos 3.600 metros de galerías subterráneas en el subsuelo del actual núcleo urbano del municipio. Ofrece visitas guiadas y un recorrido por las diferentes etapas de la prehistoria en las que se ha podido evidenciar presencia humana y se explica la formación geológica del espacio. Los más aventureros pueden complementar el recorrido con una actividad de espeleología en el que se remonta el río subterráneo con traje de neopreno.

Los amantes del vino no deberían perderse el Museu del Vi que está en la bodega cooperativa del pueblo, que se asienta en un edificio modernista de 1913 y que también es conocido como “la Catedral del Vino”. Aquí podréis empaparos de conocimiento sobre el cultivo de esta preciada bebida, los procesos tradicionales y actuales de la elaboración del vino y del cava, así como el estilo arquitectónico del inmueble y sus singularidades. Por supuesto, puedes acabar la visita con una cata y comprar productos locales.

Raquel Andrés

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