Dónde ver géiseres en España: 3 lugares imprescindibles
Escrito por
20.02.2023
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Entre la infinidad de maravillas que nos regala la naturaleza, una muy sorprendente son los géiseres. Son aberturas del suelo de origen volcánico en la corteza de la Tierra de las que brotan vapor, gases y agua muy caliente de manera intermitente y, a menudo, turbulenta.
Suelen surgir después de una erupción volcánica, cuando las aguas subterráneas entran en contacto con el magma incandescente, de manera que se calienta rápidamente, crece en volumen y acaba haciendo una gran presión que hace que salga disparada a través de las grietas que encuentra. Eso lo vemos, desde fuera, como una gran fuente natural de agua caliente. Todo un espectáculo.
Géiser es, realmente, el nombre de una terma de Islandia, que es el país del mundo más conocido por sus fuentes naturales de agua caliente y vapor de aire. También hay muchos en el parque nacional de Yellowstone, en Estados Unidos, y en Nueva Zelanda. Suena a fenómeno natural exótico y lejano, y es cierto que para ver algunos de los más espectaculares hay que hacer muchos kilómetros. Ahora bien, ¿sabías que también hay géiseres en España? Son de menor tamaño y un tanto especiales, pero sorprendentes y en bonitos entornos rurales.
Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote)
El Parque Nacional de Timanfaya es toda una experiencia. Se encuentra en la isla de Lanzarote y por su extensión podremos recorrer un sinfín de puntos de interés con nombres de lo más sugerentes: las Montañas de Fuego, el mirador de la montaña Rajada, el islote de Hilario, el mar de Lavas, la montaña de Pedro Perico, la de Halcones o la montaña Termesana. Hay varias rutas con las que podremos conocer los parajes más peculiares en un entorno con paisajes volcánicos, conos y cráteres. Predomina la tierra negra y rojiza.
El Timanfaya tiene más de 51 kilómetros cuadrados de extensión y se encuentra a 500 metros sobre el nivel del mar. Antiguamente, todo este parque nacional era en realidad una gran superficie agrícola con aldeas que trabajaban sus tierras; unas terribles erupciones volcánicas los siglos XVIII y XIX, siendo la última la que se registró el 25 de octubre de 1824, acabaron con la fertilidad de la isla y obligaron a sus habitantes a mudarse.
Una de las atracciones turísticas más conocidas del parque nacional de Timanfaya es descubrir la actividad de una especie de géiseres. Y es que el espacio es conocido también como “Montaña de Fuego” porque en determinados puntos se nota claramente que el suelo está caliente, como si estuviera ardiendo.
En una zona habilitada para ello, es posible echar ramas secas que, rápidamente, comienzan a arder. También se pueden dejar vasos de agua que, al entrar en contacto con el magma residual y la tierra a tan altas temperaturas (a entre 100 y 200 grados), sale disparada como si fuera una géiser.
Al ser parque nacional, en Timanfaya está restringido el acceso motorizado. Así que para movernos por toda su extensión tendremos que hacerlo a pie o cogiendo el autobús que circula por el entorno y que hace diferentes paradas; una de ellas es en la zona de demostración de géiseres para los turistas.
Almagro (Ciudad Real)
Almagro, el pueblo de Ciudad Real que acoge el Festival Internacional de Teatro Clásico, nos propone una curiosa visita a un géiser que no lleva mucho tiempo: los vecinos los descubrieron en abril de 2020, en pleno confinamiento por la pandemia mundial del coronavirus. Advirtieron que había surgido un chorro de agua y gas en una parcela, que formaba una columna que llegaba a alcanzar los 15 metros de altura durante unos minutos y después desaparecía.
Con el tiempo, el fenómeno se fue repitiendo, así que el Grupo de Investigación Geomorfología, Territorio y Paisaje en Regiones Volcánicas (GEOVOL) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) se acercó para dilucidar qué estaba pasando. Descubriendo que, sorprendentemente, el géiser no sería tan nuevo como se pensaba en un principio y que probablemente funcionaba desde 8 años antes de forma intermitente. Se cree que su origen estaría relacionado con episodios de lluvias intensas.
Quizás hasta ese momento nadie hubiera coincidido con su actividad o no le había dado mayor importancia. Se trata de una columna de agua caliente con vapor que emite dióxido de carbono (CO2) del interior de la tierra al exterior.
A raíz del hallazgo del géiser de Almagro, en apenas dos meses se llegaron a contar con dos más en los alrededores, en la zona volcánica del Campo de Calatrava: un segundo en Miguelturra y un tercero en Carrión de Calatrava. Este fenómeno natural no es nuevo por estos lares, ya que en el año 2000, el pueblo de Granátula de Calatrava tuvo un géiser con agua, gas y sedimentos que estuvo activo durante 176 días formando una increíble columna que llegó a alcanzar, en su pico máximo, 60 metros de altura. Al ser intermitentes, no son fáciles de ver.
Pozuelo de Aragón (Zaragoza)
¿Cómo te quedas si te decimos que a solo 40 minutos de la ciudad de Zaragoza hay un géiser? No es muy conocido, pero ahí está, en el pequeño pueblo de Pozuelo de Aragón, en la comarca del Campo de Borja. A pocos metros del casco urbano, junto al barranco Huechaseca, sorprende un chorro de agua que brota repentinamente de la tierra.
Se trata de un pozo artesiano que tiene una profundidad de 325 metros y que se originó por los sondeos que se hicieron entre en los años 70 y 80 para buscar acuíferos en Aragón. Debido a estas actuaciones, desde entonces el agua no ha dejado de salir a presión a 27,5 grados por el tubo de sondeo, llegando a alcanzar los tres metros de altura en determinados momentos del año. El agua que brota es rica en sales minerales, por lo que se dice que aporta interesantes beneficios medicinales.
El gobierno autonómico ha catalogado este géiser como Punto de Interés Geológico de Aragón (LIG), por lo que tiene un régimen de protección. Con los años, poco a poco ha ido ganando popularidad. Se puede visitar sin problemas, ya que está al aire libre. Hay un panel explicativo donde podremos conocer con más detalle los datos técnicos del géiser, su historia y características.
A su alrededor, el agua con minerales que mana sin parar ha generado un encanto especial, con piedras rojizas con una curiosa forma de cono. Ya que os acercáis a Pozuelo de Aragón, no os perdáis una visita a su iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción, donde está la tabla con el reloj de sol gótico más antiguo de Europa.
Raquel Andrés