Cadavedo, qué ver en el Pueblo Ejemplar de Asturias
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01.11.2022
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Cada octubre desde 1981 tiene lugar la entrega de los Premios Princesa de Asturias –antes de la abdicación de Juan Carlos I eran los Premios Príncipe de Asturias– que otorga la Fundación homónima. Y coincidiendo con dichos galardones también escoge al ‘Pueblo ejemplar’ de la comunidad autónoma. En esta ocasión, el elegido ha sido Cadavedo, una localidad de 433 vecinos, que pertenece al concejo de Valdés.
La cualidad que debe tener “el pueblo, aldea, núcleo de población, espacio paisajístico o grupo humano del Principado de Asturias” para ganar el título es que “haya destacado de modo notable en la defensa y conservación de su entorno natural, ambiental, de su patrimonio histórico, cultural o artístico, en iniciativas de impulso económico y social o en la realización de obras comunales u otras manifestaciones de solidaridad sobresalientes».
Es la propia Familia Real la que acude a la localidad a entregar el premio (cuya dotación es de 25.000 euros) y, como curiosidad, este año el alcalde ha lanzado un mensaje peculiar a los habitantes. Oscar Pérez ha publicado un documento que dice, textualmente: “Como conozco bien los usos y costumbres de mis vecinos, publiqué este bando. Os hago un resumen: «Pa ver al Rey, dejai la cheira en casa»” (con la ‘cheira’ se refiere a un objeto punzante como una navaja o un cuchillo).
¿Por qué visitar Cadavedo?
Más allá de “esas costumbres” de los lugareños, Cadavedo ha ganado esta edición gracias al esfuerzo que esta comunidad realiza por mantener vivas sus costumbres y su patrimonio. Es uno de los más antiguos del concejo, cuya capital es Luarca, y no es el primer premio importante que recibe porque ya en 1954 fue nombrado ‘Pueblo más bonito de Asturias’. Situado en la costa del mar Cantábrico, entre el cabo Vidio y el cabo Busto, tiene unas vistas espectaculares desde el famoso campo de La Garita y además ha conseguido mantener en buenas condiciones algunas de sus construcciones etnográficas como más de 80 hórreos, lavaderos o molinos, entre otras.
Muchas personas puede que lo conozcan ya por dos motivos. Por un lado, es punto de paso cercano al Camino de Santiago y por otro, en agosto celebra una fiesta que ha sido catalogada como de Interés Turístico Regional. No es otra que la romería de La Regla o de Riégala –en realidad, más conocida como La Regalina–, a la que cada año acuden centenares de festejantes.
Se realiza en honor a la virgen cuya figura está en la ermita blanca y azul situada en el promontorio de la Atalaya y cuya construcción data de 1931. Esa talla se encontró en el tronco vacío de un castaño, según cuenta la leyenda, donde los fieles la escondieron para que no la atacasen los musulmanes en la época de La Reconquista. Por lo visto, fue un paisano que andaba por los alrededores del campo de La Garita quien escuchó el tañer de las campanas y al acercarse descubrió la figura.
Esta celebración, cuyo origen se remonta a la Edad Media, fue recuperada por el padre Galo, el personaje histórico más célebre del lugar. El religioso fue poeta (firmaba sus escritos como Fernán Coronas), arqueólogo, folclorista y además recuperador de la lengua la «faliel.la», una combinación de gallego y asturiano propia de la zona. Uno de los grandes esfuerzos de La Sociedad Popular, Cultural y Recreativa de La Regalina, organización cadavedana formada en 1953, ha sido mantener vivo el legado del intelectual. La vivienda natal de Galo aloja ahora una biblioteca de libros en asturiano y un taller de indumentaria tradicional, según informa Turismo de Luarca.
En su origen medieval, Cadavedo era un pueblo ballenero –como también Puerto de Vega o Lastres– y muchos años después, se convirtió en un territorio que acogió a los indianos que construyeron unas casas que ahora son de interés cultural y turístico (y para quienes tengan posibles, quizá inmobiliario). Otro de los edificios interesantes del lugar es la torre de Villademoros, construida en siglo XVIII. Los amantes de la playa no pueden pasar por el pueblo sin visitar La Riberona, que se puede ver desde el espectacular alto de la punta del Cuernu (otro nombre por el que se conoce al punto donde está ubicada la famosa ermita).
El Pueblo Ejemplar de 2021 fue Santa María del Puerto, en Somiedo. En su caso, el jurado decidió que se merecía el premio porque “encarna el modelo de pueblo de montaña que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, incluso abandonando uno de los rasgos identitarios de la cultura de los vaqueiros de alzada, como es la trashumancia”. Habrá que ver qué localidad se alza con el galardón el año que viene: queda mucho tiempo para hacer las apuestas.
Carmen López