Una cascada de agua cristalina metida en una cueva

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07.11.2022

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Cascada de Bercolon
Cascada de Bercolon. Por Hector

La provincia de Valencia está asociada a playas y verano. Sin embargo, si nos alejamos de la costa podemos encontrar un amplio abanico de recursos naturales para visitar en cualquier época del año. Uno de los más bellos se ubica en Tuéjar, un pequeño municipio del interior valenciano. ¿Su nombre? Cascada de Bercolón, un bonito rincón de aguas turquesa.

Cierto es que no es de los lugares más accesibles de la región, pero es tan especial que bien merece un esfuerzo. La ruta hasta la cascada de Bercolón es de ida y vuelta, con un recorrido total de unos 5 kilómetros, aproximadamente, y dificultad alta. Eso sí, su complejidad no radica tanto en su desnivel -apenas tiene 57 metros- sino en el hecho de que hay que hacer uso de las manos para superar algunos tramos. Esta peculiaridad hace que se deban extremar las precauciones, sobre todo si se va con niños.

cascada de Bercolón
cascada de Bercolón. Por Ayuntamiento de Tuéjar

Aunque depende en gran medida del ritmo de cada uno, lo habitual suele ser dedicar algo menos de una hora por trayecto. Además, hay que tener muy en cuenta que la ruta como tal no está señalizada por lo que hay que dedicar un tiempo extra a orientarse.

La ruta a la cascada de Bercolón

Para llegar hasta este rincón secreto de la Comunidad Valenciana, en primer lugar nos dirigimos hasta el Área Recreativa de Zagra. Tras dejar el coche, cruzamos un puente que salva el cauce del río Turia para después girar a la derecha y atravesar una puerta metálica cuyos marcos están, literalmente, vestidos de naturaleza. Pocos pasos después vemos una higuera que marca el comienzo de la senda que nos llevará a la cascada de Bercolón.

Tras avanzar en la ruta nos encontramos con una bifurcación. No tomamos ninguno de los dos caminos. En su lugar, elegimos una senda que aparece del lado izquierdo y que está escondida entre frondosa vegetación. Según avanzamos nos encontramos con un par de pozas que no son más que el preámbulo de la gran obra de arte natural con la que nos sorprenderá esta montaña valenciana.

Conforme avanzamos hacia nuestro destino, ya en la segunda de las pozas naturales, comprobamos que estamos en un microclima. Si se visita en pleno verano, las altísimas temperaturas tan propias del periodo estival se quedan a un lado, cediendo el testigo a un agradable frescor que invita a tomar un descanso. En otoño e invierno notaremos más el frescor y la humedad.

La cascada de Bercolón está cerca por lo que continuamos cruzando el río y dejando la poza a mano izquierda. Este es el primer tramo en el que debemos trepar por las rocas hasta una explanada donde seguimos recto. Un segundo tramo de rocas aparece ante nosotros por lo que nuevamente debemos poner en marcha nuestra destreza escaladora. Ya estamos muy cerca.

Tras un mirador desde el que se puede contemplar el salto de agua, entre las rocas, aparece una ventana con vistas a la preciosa cascada de Bercolón.

El disfrute máximo está a tan solo unos pasos. Descendemos con mucho cuidado hasta llegar a la idílica poza de aguas verde turquesa que alimenta la cascada. Es una auténtica maravilla encontrar lugares así, tan bellos y secretos.

Aún en pleno verano, el agua está fresquita pero, aunque es el escenario perfecto para pasar un hermoso día envueltos en naturaleza.

Elísabet García

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