Los escenarios donde se rodó “Las de la última fila”, la nueva serie de Netflix
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08.10.2022
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Según datos de la Andalucía Film Commission, en 2021 dicha comunidad autónoma fue el escenario de 1.329 producciones audiovisuales entre programas de televisión, videoclips, largometrajes, spots publicitarios y, por supuesto, series. Una de ellas fue Las de la última fila, dirigida por Daniel Sánchez Arévalo. Se estrenó el pasado 23 de septiembre en la plataforma de streaming Netflix y es una de las más esperadas de la temporada, tanto por su argumento como por su realizador que tiene una numerosa legión de fans gracias a sus películas AzulOscuroCasiNegro (2006), Primos (2011), La gran familia española (2013) o Diecisiete (2019).
La trama se desarrolla durante seis capítulos en los que hay tanto risas como lágrimas, aunque siempre prevalece el sentimiento de esperanza, que ya es un sello del director. Se trata de la historia de cinco amigas treintañeras que se conocen desde el colegio y que cada año hacen un viaje juntas. Pero este se hace antes de la fecha habitual y tiene un sentido añadido: a una de ellas le han diagnosticado cáncer y una semana después de esta aventura comenzará con las sesiones de quimioterapia.
Todas deciden raparse el pelo en solidaridad con la enferma –que hasta el final no se sabe quién es– y deciden jugar a superar retos que tienen pendientes. Y otro detalle: la palabra ‘cáncer’ está prohibida.
La mayoría de las veces que Sánchez Arévalo ha situado sus películas fuera de Madrid, ha buscado localizaciones en su Cantabria familiar –Primos está rodada en Comillas y Diecisiete en Pedreña o Cabuérniga, por ejemplo– pero en esta ocasión ha tenido que viajar hasta el sur. El viaje de las amigas es en verano, pero el rodaje se realizó entre septiembre y diciembre, así que necesitaban un lugar en el que hiciese buen tiempo. La provincia de Cádiz fue, sin duda, una apuesta prácticamente segura (en el norte del país habría sido más complicado).
El espectador o la espectadora tiene la suerte de que la serie sea un trasunto de road trip porque puede conocer muchos puntos de la costa gaditana sin moverse del sofá (y quizá apuntar ideas para planear una próxima escapada). Algunos de ellos son más que conocidos para los amantes del sol y la playa, pero la ficción siempre busca localizaciones que, de alguna manera, causen impacto, así que se han esforzado por encontrar los mejores.
A dónde viajaron las amigas de Las de la última fila
Itsaso Arana, Mónica Miranda, Maria Rodríguez Soto, Mariona Terés y Godeliv Van den Brandt fueron las actrices que dieron vida a las integrantes del grupo de viajeras. La casa en la que se alojan está muy cerca de Zahara de los Atunes, pero aún en Tarifa y la playa que tienen más cerca es la de los Alemanes. En esa zona viven algunos de los momentos más divertidos de la serie gracias al cameo de la artista Rigoberta Bandini, que hace de ella misma en la ficción.
Asimismo, también visitan Los Caños de Meca, un destino bastante habitual en un viaje de colegas que buscan diversión en un entorno privilegiado. De ahí que la primera fiesta de la aventura se la peguen en una discoteca de la zona y una de las excursiones sea al faro de Trafalgar (uno de los lugares a marcar en el mapa si se visita la provincia).
Las calles de Conil de la Frontera sirvieron también de escenario para algunas de las tomas de la serie. Es uno de los pueblos más conocidos de la zona y mucha gente reconocerá fácilmente sus calles de paredes blancas y algunos puntos claves como el mercadillo de ropa del paseo de la playa –clave en uno de los episodios más intensos– o el puerto de donde sale el barco que han alquilado para darse un capricho en alta mar.
Otro pueblo emblemático de la zona que también acogió el rodaje fue Vejer de la Frontera. Los y las interesadas en saber en qué lugar se encuentran las protagonistas no lo tienen demasiado difícil porque, en esta ocasión, los nombres de los pueblos se mencionan. En este caso, las protagonistas se enteran de que una antigua amiga con la que tienen una cuenta pendiente había montado un restaurante allí y se acercan a hablar con ella. Así, de paso, el municipio aparece en la pantalla y muestra sus encantos.
Además de un canto a la amistad y a la sororidad, la serie es un estupendo reclamo para los turistas: la luz de Cádiz es especial como también lo son sus playas de arena fina y las calles encaladas de sus pueblos (además se ha eliminado el factor aire que en ocasiones azota la zona y que determina bastante la cotidianeidad). Además allí se come y se bebe bien –los vinos y las tortillitas de camarones bien merecen el desplazamiento– y, en general, se puede disfrutar sin tener que esforzarse demasiado. Solo hay que dejarse llevar, como hace este grupo de amigas en la ficción durante su escapada.
Carmen López