La iglesia más pequeña del mundo está más cerca de lo que te imaginas

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30.08.2022

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Castillo de Colomares.
Castillo de Colomares. Por Gilles Rivest

Hablar con Carlos Martín en verano es complicado porque su trabajo le exige una dedicación casi absoluta. Es el responsable del castillo de Colomares, un homenaje a Cristóbal Colón que se ha convertido en una de las principales atracciones turísticas de la localidad malagueña de Benalmádena. No se trata de una construcción cualquiera y toda su historia es peculiar, como todas aquellas iniciativas artísticas que son el producto de un impulso personal. Este edificio es el resultado del afán del médico Esteban Martín por celebrar la hispanidad haciendo referencia a uno de los hechos históricos más famosos ligados a su país.

Su hijo Carlos es ahora quien se encarga del mantenimiento y gestión de su obra. Según explica a EscapadaRural vía telefónica, su padre trabajó de 1987 a 1994 para construir el castillo. Una iniciativa personal que pagó con su dinero y que llevó a cabo en una finca de su propiedad con la ayuda de dos canteros y albañiles oficiales de primera de Mijas.

“Lo hicieron tres solitos. A los dos oficiales obviamente les corresponde el brazo ejecutor, de levantamiento de muros, partir las piedras, colocar ladrillos y lo que sería la ejecución física. Y la dirección de obra, el diseño del edificio, la carga iconográfica y todo lo que fue el pago del mismo, todo eso corre de la mano de Esteban Martín”.

Castillo de Colomares
Castillo de Colomares. Por AXL

El protagonista de esta historia nació en Granollers en 1926. Estudió medicina en Valladolid en los años 40 y se especializó en ginecología y cirugía. Más tarde emigró a Estados Unidos, donde formó una familia y estuvo allí durante tres décadas. Pero nunca perdió el sentimiento de arraigo a su tierra, de ahí que cuando regresó emprendió esa obra de homenaje.

Él tenía algún conocimiento de arquitectura, pero por supuesto no era su profesión. Su hijo lo compara con otros constructores artísticos y autodidactas como el palacio ideal del cartero Cheval, que está en las colinas de Drôme; o la catedral que Justo Gallego construyó con sus manos en Mejorada del Campo (Madrid).

El castillo de Colomares tiene un secreto diminuto

La iglesia más pequeña del mundo está en el castillo de Colomares
La iglesia más pequeña del mundo está en el castillo de Colomares. Por Vladimir Sazonov

Dentro de todas las cosas asombrosas del castillo, que mezcla estilos como el mudéjar y el bizantino, y tiene representaciones de la Niña, la Pinta y la Santa María, entre otras, existe una tan singular que hasta tiene un Récord Guiness. Se trata de la iglesia más pequeña del mundo y está construida dentro del edificio. Al menos, así lo asegura Carlos Martín. “Una vez que estaba el castillo terminándose, mi padre reservó, en el año 89 o 90, un nicho para poder hacer una iglesia.  La dimensión que obtuvo fue de 1,98 metros cuadrados y así la dejó”.

La iglesia más pequeña del mundo está dedicada a Santa Isabel de Hungría, patrona de las enfermeras y vinculada a la historia de Isabel La Católica y, por lo tanto, a Cristóbal Colón. “En aquella época había un ambiente franciscano muy notorio”, dice Carlos Martín. “Ella es la fundadora de la tercera orden de los franciscanos seglares, es decir, para ciudadanos de a pie que respetan y les gusta la idea de San Francisco, pero no se meten en la Orden estrictamente. Se los conoce como los terciarios”.

Según continúa explicando el entrevistado, a Isabel La Católica se la considera a veces como terciaria, así como a Cristóbal Colón por ser enterrado con los hábitos de San Francisco.

Pese a su tamaño, la iglesia erigida por Esteban Martín está consagrada y puede utilizarse para oficios religiosos. “Quien consagró la iglesia fue Juan Blanco, el prior del monasterio franciscano de La Rábida en los años 90. Se encuentra cerca de Palos de la Frontera y Esteban Martín les invitó al castillo a él y a la que era alcaldesa del pueblo en aquel momento. Así se ofició la primera misa y la consagración”, relata el hijo del arquitecto y constructor.

Castillo de Colomares
Castillo de Colomares. Por Alex Tihonovs

En la iglesia más pequeña del mundo se han celebrado bodas y misas puntuales. Lo que no pueden es hacer eucaristías semanales como en otros templos debido a su ubicación dentro del castillo, en la tercera planta de la zona interior. La afluencia de gente al castillo es tal –antes de la pandemia era uno de los sitios preferidos de los instagramers para hacer sus fotos– que compaginar ambas actividades, la turística y la de culto, sería complicado.

Como se decía al inicio, el ajetreo vital de Carlos Martín es notable. Calcula que durante los meses de verano, unas 400 personas pasan al día por el castillo que ahora es de su propiedad. “Una ocupación hotelera tan alta como la de la Costa del Sol este año hacía mucho tiempo que no se registraba. Da igual que hayan subido los precios o la factura de la luz, la gente está tirando por la borda los ahorros”.

Quizá, después de una pandemia y una realidad marcada por la guerra y la inflación, el ‘carpe diem’ haya pasado a ser la filosofía de vida generalizada. Y visitar los sueños cumplidos de una persona como Esteban Marín solo puede generar buenas sensaciones: las preocupaciones para otro día.

Carmen López

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