11 obras de arte incrustadas en la naturaleza de España
Escrito por
10.12.2018
|
9min. de lectura
Índice
Pon que el marco de un cuadro es la naturaleza. Ahora dispón materiales, elabora un mensaje y trata que sea bello. Es el Land Art, un lenguaje artístico que se expresa en grandes espacios, rescata el arte de los museos y nos produce emociones (como cualquier forma artística) en mitad de la naturaleza.
El medio es el mensaje, nunca mejor dicho. Árboles, rocas, horizonte, tormentas. Todo es susceptible de ser artístico. Y en España tenemos medios naturales y mensajes más que dignos. ¿Os suena Chillida? Seleccionamos algunas de las obras que puedes encontrarte en nuestro país paseando por grandes espacios naturales.
1. Las Batuecas
«¿Qué hacen esas camas en mitad del bosque?«, nos preguntamos. Las vimos en el Parque Naturales de las Batuecas, en Salamanca, junto a otras manifestaciones artísticas (espejos en el camino, huevos de oros entre raíces, una vidriera en lo que fue una construcción o una piedra cosida con una aguja e hilo enormes).
Podéis verlo en cualquiera de las rutas del proyecto Caminos de Arte en la Naturaleza.
2. Arte en la playa
Suelen pasar desapercibidas. Están ubicadas en un lugar de ocio veraniego. No estamos para arte en la playa. Pero ellas, estas obras, si están allí: La Madama de Sanxenxo es mi favorita.
3. El genio de la playa de las Canteras
Más de playas. Un arte efímero de land art: el arenismo. Etual Ojeda es el genio de la Playa de las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria, capaz de todo con trazos maestros de arena, agua y pala. Cada Navidad, desde 1986, levanta un Belén de arena de 700 m2 y 250.000 kg de arena.
4. El Parque de las Calaveras
Por Friendly Por Cornava
Luis García Vidal trabajó durante más de tres décadas en el Parque de las Calaveras (o de los Desvelados). Lo hizo sin apoyo, con el rechazo de vecinos de la localidad de Estella, en Navarra. El arte, un lenguaje elaborado y difícil.
Lo que unos consideraban noticias de sucesos, Luis García Vidal lo interpretó como una dimensión esencial de la vida cotidiana: en el parque hay coches, carritos de bebés y calaveras, claro, como referencia constante a los accidentes de tráfico.
Empleó en cada escultura una media de cinco años de trabajo. Libró otra batalla, la de muchos artistas: la incomprensión social y oficial.
Más detalles sobre la historia del Parque de las Calaveras.
5. La ruta de las caras
Es ya un clásico de las escapadas al término de Buendía, en Cuenca. La Ruta de las Caras y el Embalse de Buendía. Un día genial entre ambos espacios.
La Ruta de las Caras es un sendero que se recorre en una hora como un paseo. Durante el recorrido emergen dieciocho rostros tallados en la roca. Son rostros ajenos: inspirados en las culturas precolombinas y oriental.
6. El Peine del Viento
Por Alfredo Por Juanedc.com Por Mikel Uzkudun
Os sonará a todos. La escultura más famosa, junto con el «Elogio del Horizonte» en Gijón, de Eduardo Chillida. La obra está dispuesta en uno de los límites de la Bahía de La Concha, en San Sebastián. Son tres esculturas de acero informe que pesan 10.000 kg cada una.
Sometido al oleaje, completamente incrustado en la roca, el Peine del Viento se exhibió por fin en 1976.
De pronto, el viento se ve. Y se oye. Lo están peinando.
7. Bosque de Oma
Por Javi Por Guillén Pérez Por Javi
Land Art en estado puro. Agustín Ibarrola seleccionó el Bosque de Oma, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, para su obra. Se dedicó desde 1982 hasta 1985 a su creación. La perspectiva en este bosque es un juego de niños del que deducir figuras animales, geométricas o humanas. Un diálogo colorido y artístico que reinterpreta la relación entre el hombre y la naturaleza.
8. Los cubos de la memoria
Agustín Ibarrola de nuevo. Esta vez el artista se desplazó a Llanes, en Asturias, y transformó los bloques de hormigón de la escollera del puerto en memoria colectiva. En la obra, señalan, emerge la memoria del lugar, la del propio Ibarrola y la del arte.
Una memoria fragmentada, como todas, aunque unida a través de los colores. Invariablemente, tomadlo como metáfora e interpretación, las olas del mar rompen contra ella y se la llevan, en parte, de vuelta a las profundidades.
9. Menhires de la Paz
El artista Manolo Paz instaló en 1994 estos menhires frente a la costa gallega. Están cerca de la Torre de Hércules, en A Coruña. Un tributo al pasado celta. Y a la piedra. Un material denostado, recuperado y pulido con fines estéticos. Lo inerte e inanimado cobra vida. Menudo diálogo: las piedras y los humanos.
10. Habanera triste
A 3 km del término de Fiscal en dirección a Janovas (Huesca) está la obra «Habanera triste», de Carl Hurtin. La obra se enmarca dentro del Programa Hito, un intercambio creativo entre artistas españoles y franceses en el Pirineo.
No se entiende la obra sin conocer la historia de la zona.
El lugar debía estar sumergido. El proyecto para construir una empresa se firmó en 1917. Pero no. En 2001, se despobló el lugar. El artista recupera una canción del grupo «La Ronda de Boltaña» para contextualizar la obra y titularla. En la canción, un niño canta palabras nostálgicas y de rebelión contra la expulsión de los habitantes de los pueblos de la zona.
El pueblo no navegó nunca, aunque sí se fue. Triste habanera.
11. Árboles como arqueología
Seguimos en Huesca, pero en el Centro de Arte y Naturales (CDAN). El CDAN se dedica al estudio del arte contemporáneo y crea un espacio que aúne arte y naturaleza. El objetivo: reflexionar sobre la creación y el paisaje. Un lugar imprescindible.
Nos interesa sin embargo una obra de Fernando Casás: «Árboles como arqueología».
El propio artista explico de su obra: «Siempre que entraba en cualquier espacio natural recogía algún material, en general viejos trozos de madera u otros materiales naturales despreciados por el ojo urbano, comidos por insectos o desgastados por la intemperie. La elección del emplazamiento no podía ser otra que el desierto de Monegros, donde la naturaleza ha perdido la memoria de su bosque.
La escultura consta de dos árboles naturales plantados en medio de un conjunto de ocho troncos de granito. Ubicadas en el alto de una de estas montañas cortadas por el viento y cuyos laterales son totalmente erosionados, esta escultura puede ser vista desde la distancia integrada al entorno monumental: arqueología de una vida que ha existido».
¿Quieres saber más sobre Land Art en España?
Se ha dicho poco sobre esta corriente en España. La única literatura con vocación académica es la de Óscar Luis Pérez Ocaña (Córdoba, 1968): Land Art en España. Poco más.
Nació en USA en los sesenta, con el nombre de Earthwork, una escisión del arte conceptual. Siguiendo a Pérez Ocaña, al principio el Land Art se consideró «como una variante del arte conceptual, interesado fundamentalmente por los aspectos procesuales del arte».
En España llegó hacia el 1971, hacia el final del Régimen, a través de la vanguardia cultural catalana y de medios europeos como Artforum o Art in America.
Empezaron a sonar nombres relevantes, pioneros: Fina Miralles, José María Yturralde, Perejaume, Adolfo Schlosser o Eva Lootz. Me dejo alguno más.
Sin estos artistas, no entenderíamos ni tendríamos la aparición de otros genios como Eduardo Chillida o Agustín Ibarrola. Pero hay más: Joan Fontcuberta, Santiago Sierra.
La continuidad del Land Art en España se concentra en instituciones como el CDAN en Huesca, la Fundación NMAC Montenmedio de Cádiz o el Museo Vostell Malpartida de Cáceres. En Córdoba, anualmente se organizan encuentros de Land Art en el Scarpia.
Más información | Land Art en España
Escapada Rural
¿»Mejorar» la Naturaleza? ¿Con «arte»?
¿Cuál es la supuesta mejora que requiere la Naturaleza?
¿Dónde está el arte en todas esas prostituciones del paisaje natural?
Arte hay en un roquerío virgen, en un bosque limpio, en una pradera, playa, desierto, montaña, río, acantilado… todo ello original y natural, modelado por los elementos, no destrozado por ciertas inefables estupideces.
Un saludo. Sin acritud.
Yo si veo belleza en todos esos paisajes, crean sensaciones especiales en la naturaleza a todos los espectadores que las contemplan. Además, no todos los artistas inciden de la misma manera sobre la naturaleza, por ejemplo el artista español Javier Riera realiza proyecciones de luz sobre la naturaleza que solamente se pueden apreciar durante el tiempo en que está presente dicha proyección, creando una experiencia al espectador y sin alterar siquiera el lugar sobre el que se realiza esta instalación. Para quienes quieran conocer su trabajo. ? http://javierriera.com/