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Con el agroturismo los agricultores y ganaderos catalanes abren sus masías, campos, granjas y obradores a todos los que quieran compartir su día a día con ellos. Lo que ofrecen con ello es una experiencia rural inigualable, basada en la actividad agrícola, ganadera o forestal, en contacto directo con la gente local y el patrimonio natural que los rodea. Y para disfrutar de todo ello no hace falta irse muy lejos…Muy cerca de Barcelona, Costa Daurada y alrededores del Ebro hay también muy buenas opciones para todos los que quieran profundizar en una experiencia rural así.
Aguardan sorprendentes pueblos rurales cerca de la vibrante capital catalana. Hacia el sur, la antigua Tarraco da la bienvenida al universo fabuloso de la Costa Daurada, siempre abierta al Mediterráneo, con sus playas infinitas, planes gastronómicos, historia, bodegas modernistas, olivos milenarios y viñedos. Todavía un poco más al sur, aguarda el final del río Ebro en forma de delta apoteósico, declarado reserva de la biosfera el año 2013.
En definitiva, un universo infinito de opciones donde además de vivir la experiencia rural en el propio alojamiento, puedes completar la estancia con visitas y actividades en el entorno natural y los museos, talleres y centros culturales de los alrededores.
Las avellanas ecológicas de Can Burgués (Santa Eulàlia de Ronçana)
Cuenta Marta Margenat, la propietaria de Can Burgués, que fueron sus abuelos los que empezaron con la finca de explotación agrícola en Santa Eulàlia de Ronçana, cultivando avellana ecológica; pero que hace 15 años decidieron convertirse en alojamiento rural para dedicarse también al agroturismo. Para ello, construyeron tres casas alrededor de la masía principal del S. XIII donde vive la familia para que los huéspedes se pudieran alojar con todo el confort necesario. Rodeadas de jardines, a las tres casas no les falta detalle y tienen incluso una piscina climatizada, zona de barbacoa y un mini-golf.
Can Burgués es una gran opción para aprender de la naturaleza y de cómo se vive en el campo a solo 25 km de Barcelona. Para todos los interesados en conocer de cerca el mundo de la avellana ecológica, Marta ofrece visitas guiadas por la finca para conocer los avellanos y las diferentes variedades. Pasan también por el obrador donde producen la avellana de forma artesanal y por la agrotienda donde la venden directamente al público. Todo en la misma finca.
Muy cerca de la finca se pueden visitar las termas romanas y los balnearios de Caldes de Montbui, junto al espacio Natural de Sant Miquel del Fai. Quienes quieran ver aves rapaces, tienen cerca el Cim d’Àguiles, con vistas a los cerros de Sant Feliu de Codines.
Gallinas de tierra y huerta ecológica a Can Gual (l’Ametlla del Vallès)
¿De dónde vienen las gallinas? Pues algunas están muy cerca de Barcelona, en l’Atmella del Vallès. Al menos, esas son las gallinas que crían de forma ecológica en Can Gual, una masía rehabilitada a tan solo 47 minutos de la capital. La finca original era de los padres de Montserrat, la actual propietaria que, junto a su marido Tomàs, rehabilitó un antiguo gallinero para convertirlo en alojamiento rural, hasta llegar a los tres alojamientos completamente equipados alrededor de una piscina que tienen en la actualidad.
Montserrat y Tomàs, que viven en la misma finca, son avicultores y se dedican a la cría de gallinas de tierra. Además, tienen un huerto ecológico con todo tipo de fruta y verdura. Todo lo que producen lo venden en el mercado semanal del pueblo, aunque si los huéspedes quieren comprar, también pueden hacerlo. A pesar del trabajo, siempre están disponibles para explicar todo lo relacionado con sus actividades y siempre están dispuestos a acompañar a los niños y niñas a recoger y clasificar los huevos frescos del gallinero, una verdadera aventura para ellos.
Para quienes quieran conocer el entorno natural de la casa, Montserrat recomienda siempre una caminata hasta la orilla del río Tenes, un afluente del Besòs. Una salida que disfrutan mucho las familias que viajan acompañadas con sus mascotas. Además, esta es una zona de alto valor paisajístico donde se encuentran gran cantidad de especies vegetales. También son muy recomendables las excursiones por las Cingleres de Bertí o Tagamenent, un conjunto de riscos y relevos que forman parte de la Cordillera Prelitoral. Y a los amantes de los espectáculos naturales, no les decepcionará la visita a Sant Miquel del Fai.
Las colmenas de miel de Cal Badat (Arnes)
Maria Cinta buscaba en 2001 un espacio en Arnes para montar un tienda de alimentación donde vender la miel que producía en su masía, situada a 4 km de la población. El lugar le gustó tanto que acabó comprando la tienda y montando también un alojamiento de turismo rural con su marido, José Ramón. La casa funciona desde el 2003 y como dice Cinta, dejaron el nombre de Cal Badat porque les gustaba y ya lo conocía todo el mundo. Ellos viven en Arnes, muy cerca de la casa rural, pero van cada día a la masía.
Dentro del Parque Natural de los Puertos, tienen un huerto con frutas y verduras, también olivos, viñas y almendros y las colmenas de abejas… De ellas se encarga José Ramón a pesar de ser alérgico. Es una producción pequeña que suele vender Maria Cinta en el patio de luces de su casa.
La casa se alquila entera con todas sus comodidades. Tiene unas buhardillas ideales para jugar, relajarse, leer, y dos terrazas orientadas para disfrutar de las vistas y hacer una barbacoa. En invierno, nunca falta leña cortada para la chimenea. Una de las actividades que pueden hacer las familias que se alojan en Cal Badat es ir a cosechar huevos frescos al gallinero del cortijo. También pueden ir a ver las colmenas de miel en la masía, siempre con cuidado de no molestar a las abejas. Otra actividad que tiene mucho éxito es cocinar las hojas de borrajas, una planta típica de la zona. La Maria Cinta las empasta y las fríe con aceite. Después, se comen con un poco de miel. ¡Deliciosas! Y quienes quieran caminar, a 7 km de Arnes se encuentra el Toll de Vidre o pasear por el pueblo medieval de Arnes.
El enoturisme sostenible de Mas Llagostera (La Bisbal del Penedès)
Cuando María heredó la finca familiar de Mas Llagostera se tenía que reformar y el mantenimiento era costoso, así que decidieron sacarle rentabilidad y montaron un alojamiento rural. Además, no querían dejar perder esta joya del patrimonio familiar, ¡cuya primera referencia documental se remonta a 1555! La casa funciona desde el 2010 y se alquila por habitaciones. Cuenta con piscina, zona de chill out, jacuzzi, salas de juegos y numerosos espacios para relajarse y para hacer actividades de team building. Ha sido restaurada siguiendo criterios de respeto con el entorno. Todo se aprovecha, generan energía verde con placas solares y utilizan el compost de las viñas para la calefacción.
Mas Llagostera es una finca agraria con viñas y olivos entre preciosos pueblecitos rurales del Penedès, junto la sierra del Montmell y al macizo de Bonastre, dos espacios naturales protegidos para hacer senderismo, escalada y BTT entre restos de castillos y ermitas románicas. Un territorio con Denominación de Origen donde la gastronomía es vital. Por eso las experiencias enogastronómicas son las grandes protagonistas de la casa, muy conectada con el entorno. En la casa ofrecen comidas de Km 0 y Pere es el encargado de la cocina. Su especialidad: las paellas y los calçots de producción ecológica de la finca o de IGP (Indicación Geográfica Protegida) de Valls. Pere es un apasionado que organiza show cookings para cocinar un buen arroz o una fideuà para lamerse los dedos.
En Mas Llagostera se vive el mundo del vino con intensidad. Organizan visitas a bodegas de la DO Penedès para sus huéspedes. También se pueden hacer degustaciones de vino en la casa, con un experto de una bodega que explica cómo son los vinos y las variedades tradicionales del Penedès. Durante la temporada de vendimia, los huéspedes pueden ayudar a recolectar y pisar la uva y descubrir qué es el pimpollo, el racimo o el zarcillo.
Cal Crispí, Bed & Breakfast y avellanas a Muntanyes de Prades (Prades)
Bosques de robles, encinas, pino rojo, castaños y un sotobosque enmarañado de helechos, hongos, setas, arbustos y plantas aromáticas, con especial presencia de tomillo… Ese es el universo natural de Prades donde se encuentra Cal Crispí, un alojamiento rural que nació de una mala experiencia. Pero no hay mal que por bien no venga…
Hace unos 17 años, al poco de recoger las avellanas y antes de llevarlas a la cooperativa, unos ladrones robaron a Sergi toda la cosecha. Esta mala jugada le hizo cambiar de rumbo laboral y decidió dedicarse a otra cosa. El proyecto Cal Crispí estaba a punto de nacer. Hoy Sergi gestiona una casa de pueblo de finales del siglo XIX, restaurada y convertida en Boutique Bed & Breakfast, con unas habitaciones de ambiente cálido y muy acogedor, un poco como es Sergi. Tanto él como Enric están pendientes los dos de las necesidades de sus huéspedes.
Sergi es guía de montaña y cuando las obligaciones de la casa se lo permiten se va a practicar una de sus pasiones: la escalada. También da clases de yoga en el pueblo. En la casa no, pero los huéspedes disponen de una sala de yoga y de meditación para que la utilicen cuando quieran. Al lado de la casa, se pueden realizar muchas actividades deportivas al aire libre en el Espacio Natural Protegido de Muntanyes de Prades. Y para quienes prefieran un poco de cultura, el Real Monasterio de Santa Maria de Poblet, una de las principales joyas del arte cisterciense catalán que forma parte de la Ruta del Cister, está muy cerca.
El legado vinícola de Els Cups (Sant Vicenç de Calders)
El alojamiento rural Els Cups es una casa de payés del siglo XIX, reformada íntegramente en 2012. Conserva su esencia vinculada al mundo del campesinado, y más concretamente a la viticultura. De ahí que sus ropietarios hayan conservado herramientas del campo como una prensa, para extraer el zumo de la uva, y dos lagares, que son los recipientes donde se pisaba la uva y que dan nombre a la casa. Tanto Helena como Salvador suelen explicar todo lo relacionado con los orígenes de la casa.
Situada a 3 km del centro de Sant Vicenç de Calders, tiene una ubicación privilegiada tanto para conocer el enoturismo de la zona, visitando las bodegas Avgvstvs Fòrvm en el Vendrell y disfrutar de una cata de vinos, como la cultura, de la mano de Pau Casals, de quien se conserva su casa-museo en San Salvador. Quien quiera playa, la tiene cerca, a solo 2 km se encuentran las playas del Francàs, San Salvador y Coma-ruga, algo que con la llegada del buen tiempo siempre se agradece.
El encanto rural de Mas Daudén (Camp-Redó)
Cómo explica Rosana, esta pequeña explotación agrícola y ganadera empezó con diez vacas lecheras y se amplió con la cría de bueyes. La nieta de los fundadores de este negocio familiar cuenta que fue en los años 80 que la familia decidió abandonar el negocio ganadero para dedicarse al turismo rural. Rehabilitaron el cortijo de cuatro habitaciones y lo equiparon y adaptaron a las nuevas necesidades. Éste cuenta con una gran chimenea, una cocina que conserva el rescoldo de las grandes cocinas de las masías, y una sala con grandes ventanales encarados al sur para disfrutar del sol la mayor parte del día.
La Rosana es la persona que se encarga de recibir a los visitantes y hacerlos sentir como en casa. También recomienda lugares para visitar cerca como el Parque Natural del Delta de l’Ebre. Este espacio natural protegido es el lugar ideal para hacer paseos familiares en bicicleta, rodeados de lagunas y arrozales. También se pueden descubrir playas vírgenes y todo tipo de aves, puesto que es uno de los mejores lugares de Europa para la observación de aves silvestres. Cerca de la casa también se encuentra el Parque Natural de Els Ports, ideal para recorrer en BTT o caminando. Otra opción para los más activos es recorrer la Vía Verde de la Terra Alta, que resigue el antiguo trazado del ferrocarril que conectaba Tortosa con Aragón.
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Redacción ER