El desierto de Tabernas, mucho más que un escenario
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16.12.2021
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En 2013, David Trueba filmó su novena película titulada Vivir es fácil con los ojos cerrados. A los fans de The Beatles que sepan un poco de inglés, seguramente les suene esa frase ya que forma parte de la famosísima canción Strawberry Fields Forever («Living is easy with eyes closed»). Sin demasiadas dudas se puede afirmar que este filme, protagonizado por Javier Cámara junto a Natalia de Molina y Francesc Colomer, es uno de los más emotivos de la carrera del cineasta y también de los más aplaudidos tanto por el público como por la crítica, con seis premios Goya como demostración.
La alusión a esta película en relación con el desierto de Tabernas, en Almería, se debe a su relevancia en el filme, que además está basado en una historia real. Se trata del viaje que emprendió Juan Carrión Gañán, un profesor de inglés de Albacete, para conocer a John Lennon cuando este se encontraba rodando la película Cómo gané la Guerra en los escenarios de ese desierto en 1966.
El docente, que utilizaba canciones del cuarteto de Liverpool para enseñar a sus alumnos, tenía una petición que hacerle en persona y no dudó en coger el coche para plantarse en los estudios andaluces. Por el camino, recogió a dos jóvenes que buscaban su lugar en el mundo.
Los escenarios donde se rodaron aquella película antibelicista y la de Trueba son de sobra conocidos por los cinéfilos y, especialmente, por aquellos admiradores del género conocido popularmente como ‘spaghetti western’ ( los realizadores de los filmes solían ser italianos). Muy popular desde la década de los 60 hasta principios de los 80, tiene una larga lista de títulos cuyas localizaciones se sitúan en los decorados almerienses.
Esas películas fueron perdiendo popularidad con el paso de los años –aunque algunos directores famosos han manifestado su deseo de rodar en ellos, como el propio Quentin Tarantino– pero los vestigios de su pasado cinematográfico se mantienen en pie. Actualmente es posible visitar esos lugares donde la frase “¡Cámara y acción!” se escuchó infinidad de veces.
Además, desde hace once años se celebra el Almería Western Film Festival que, como se puede deducir por su nombre, se centra en el género que hicieron célebres a algunos directores como Sergio Leone o actores como el propio Clint Eastwood.
Como anécdota reciente –se cumplen 35 años del suceso y la prensa lo ha rescatado– se puede mencionar la película Straight to Hell (Directos al infierno en castellano), dirigida por Alex Cox. Por lo visto, él y Joe Strummer, el cantante del mítico grupo de punk The Clash, coincidieron en el Festival de Cannes en 1986 y un tanto embriagados por la fiesta y el alcohol decidieron que harían una cinta juntos.
Remataron el guion en tres días y reunieron a un elenco de personajes que tenían poco de serios y mucha fama de salvajes: la cantante Courtney Love, el grupo musical The Pogues, Elvis Costello o Dennis Hopper. La rodaron en el desierto de Tabernas en un mes y el resultado fue una catástrofe en su momento que hoy es un filme de culto para los adoradores del spaghetti western y el cine de serie B.
El desierto de Tabernas es el único en Europa
El desierto de Tabernas es el único de Europa que recibe tal denominación –el resto son zonas semidesérticas– y se sitúa en las sierras de los Filabres y Alhamilla. Abarca los municipios de Tabernas, Gádor, Santa Cruz de Marchena, Alboloduy y Gérgal y tiene una extensión de 280 km². Es un paraje natural protegido.
Según la información proporcionada por la web de la Junta de Andalucía, la temperatura media del lugar es de 17 ºC pero oscila notablemente según el momento del día. Durante las horas de sol, dependiendo de la estación, la temperatura puede alcanzar un máximo de 45 ºC mientras que por la noche puede descender hasta los -5 ºC. Es decir, hay que ir preparado para todo. La cantidad de agua de lluvia no llega a los 250 mm al año.
“Se caracteriza por un conjunto de cárcavas recorridas por auténticos wadis (ríos torrenciales en los desiertos) que sólo llevan agua, barro, y piedras durante las avenidas (…) La desolación del Desierto de Tabernas es tan espectacular como las características geológicas que lo enmarcan, mientras la escasa y rara vegetación constituye una comunidad semejante al de los desiertos norteafricanos. La singularidad de la flora del desierto almeriense la define la presencia de la crucífera Euzomodendron bourgaeanum (endemismo de Tabernas)”, dicen desde la institución.
Las y los aficionados a la ornitología –una actividad en boga en estos días– pueden encontrar aquí su destino ideal ya que ha sido declarado Zona de Especial Protección para las Aves. Entre las especies que se pueden observar están el vencejo real, el avión roquero, el roquero solitario, o la grajilla. Pero no son los únicos animales. Como en todo buen desierto también hay reptiles como el lagarto ocelado, la lagartija colirroja o la culebra de escalera y también mamíferos como zorros, conejos y dos clases de erizos propios de España, el común y el moruno. En un desierto caben muchas vidas.
Quienes quieran explorar los alrededores encontrarán puntos de interés en los pueblos cercanos. Por ejemplo, en el término de Gérgal se encuentra el Observatorio de Calar Alto, que gestiona el Centro Astronómico Hispano Alemán (CAHA). Está en la Sierra de los Filabres, a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar.
A la salida del municipio que da nombre al desierto, se puede visitar el castillo, que se encuentra en lo alto de un cerro. Pertenece al estilo nazarí y data del siglo XI. Y si el hambre aprieta, nada mejor que probar el plato típico de la zona: el tabernero. Se trata de una especie de pisto que se hace con ajo, guindilla, calabacín, tomate, pimiento y cebolla, que se presenta en una rebanada de pan o a modo de bocadillo pequeño. Una delicia para degustar en cualquier momento.
Carmen López
Que miedo me da. Yo no podría ir.