Salvaje: la relación del hombre con la naturaleza

A Guillermo López Linares, licenciado en Ciencias Ambientales y director de la revista Salvaje, le cansó la manera con que los medios de comunicación se convirtieron en empleados de las redes sociales. Su necesidad de alejarse del interés del algoritmo de Facebook y Twitter se unió a las ganas de retomar su vocación: la de hacer algo en favor del medio ambiente. “Así que de estas necesidades surgió la idea de lanzar una revista de papel sobre la naturaleza y el campo”, cuenta.

Su misión de quitarnos los móviles de las manos no es fácil, pero su propuesta editorial es atractiva y positiva. Guillermo nos confirma que “el mundo rural es infinito” y hay muchas historias por contar sobre proyectos de repoblación y sobre aquellos que mantienen el campo vivo.

“El campo está lleno de historias increíbles”

¿Para ti qué es lo salvaje y por qué se llama así la revista?

Para mí lo salvaje es la conexión directa con lo que no es «civilización» o «cultura». Es quedarnos asombrados de que en lo alto de una montaña no se escuche nada, o que un animal se nos quede mirando y en su mirada entendamos que para él no tenemos nombre ni profesión ni país, pero que aun así somos algo absolutamente real, y que esa realidad que él ve nosotros no la tenemos presente la mayor parte del tiempo. Aparte, es una palabra preciosa. Por eso llamé así a la revista, porque resume muy bien lo que queremos transmitir con ella: la relación del ser humano con la naturaleza.

¿A quién está destinada Salvaje?

A las personas que viven en la ciudad pero sienten que les falta algo, a las que viven en un pueblo y se sienten invisibles para los medios, a los padres que quieren que sus hijos e hijas sepan de dónde salen los tomates y la leche… En realidad intentamos que cada uno de los reportajes sea interesante para cualquier persona, ya sea un experto en la materia o un neófito, pero por resumir te diré que está destinada a todos los que creen que la vida es algo más que lo que pasa en las ciudades.

En una época tan digital como la que estamos viviendo actualmente, ¿por qué hacer una revista únicamente en versión papel?

¡Por llevar la contraria! Empezar en 2019 un proyecto periodístico desde cero en formato digital, con un modelo de negocio basado en ingresos a través de banners intrusivos o suscripciones a cambio de un contenido para ver en el móvil, me parecía complejísimo. Sin embargo, todo el mundo entiende lo que es una revista: yo te doy reportajes y tú me pagas X euros.

Desde el día 1 tienes ingresos, eso me parecía sencillo y alejado del ruido y la dependencia algorítmica de la que huía. Y además, Salvaje habla de desengancharnos de las pantallas y prestar atención al mundo natural que nos rodea, así que no podíamos ser incongruentes y llenar de más contenido las pantallas.

Después de ocho publicaciones hablando sobre el mundo rural, ¿qué has aprendido sobre el campo? ¿Has cambiado la visión que tenías inicialmente?

Más que cambiar mi visión, ha confirmado una sospecha que tenía: el mundo rural es infinito. No paran de llegarnos historias, propuestas, proyectos interesantes que se están haciendo y que estaríamos encantados de contar en la revista. Por desgracia, somos trimestrales y en cada número solo caben 11 reportajes, así que tenemos que filtrar. Pero esa sensación de inabarcabilidad, de que realmente el campo está lleno de historias increíbles, es apabullante y maravillosa. Es como haber encontrado la cueva de un tesoro.

El campo es un lugar donde apagar el ruido

¿Qué crees que nos puede ofrecer el campo?

El campo nos ofrece, sobre todo, una alternativa. Tiene sonidos diferentes, olores diferentes, imágenes diferentes. El tiempo pasa de una manera muy distinta a como pasa en la ciudad, las relaciones interpersonales son también distintas… Todo esto nos permite ejercitar diferentes partes de nuestra percepción, de nuestro pensamiento… Para mí es un lugar donde apagar el ruido y descubrir que existe más de lo que creemos.

¿Crees que los españoles sienten cariño y orgullo por el patrimonio natural que tienen? ¿Por qué?

¡Es una pregunta muy compleja! Y varía mucho por zonas, claro: el lema del Principado de Asturias es «Paraíso natural», ellos sí se sienten muy orgullosos, pero por ejemplo en Murcia no existe un gran amor por esa maravilla que es el Mar Menor.

Pero por resumir, a grandes rasgos te diré que no existe esa sensación de identificación que por ejemplo sí existe para los americanos con su Gran Cañón o Yellowstone, para los franceses con los campos de lavanda de la Provenza, o para los italianos con los paisajes ondulantes de la Toscana. Dolce&Gabanna, una marca de hiperlujo, graba sus anuncios en un pueblo de Sicilia, ¿qué marcas hacen eso en España? Eso es un síntoma de que lo rural y lo natural no están muy altos en nuestra escala de valores como sociedad.

Para mí [el campo] es un lugar donde apagar el ruido y descubrir que existe más de lo que creemos

Guillermo López, director de la Revista Salvaje

¿Qué habría que hacer para dar valor a este patrimonio?

Lo primero es contarlo, que es lo que estamos intentando hacer en Salvaje. Decirles a los que no lo conocen que el campo español es mucho más que los tópicos de Marianico el Corto y las películas de Paco Martínez Soria. Que es un lugar rico y diverso donde se han desarrollado culturas milenarias que han llegado casi intactas a nuestros días, y que es un lugar vivo e innovador donde están pasando muchas cosas vanguardistas que no se podrían desarrollar en una ciudad.

Y a los que viven en él y sí lo conocen, hacerles recuperar la autoestima: no, el que se queda en el pueblo no es porque no valga para irse a la ciudad. A partir de esto, de conocimiento y orgullo, se establecería una relación diferente.

Leyendo vuestra presentación de la campaña de crowdfunding me llamó la atención esta frase: ‘El campo está muy vivo y su futuro está por escribir’. ¿Qué quieres decir?

Durante décadas, incluso siglos, todo lo que se ha dicho y escrito sobre el campo español es que era un lugar del que huir. La España negra, la España profunda, la España vacía… Todos los adjetivos que se han asociado a la España rural han sido negativos, y muchas veces con razón.

Pero en 2021 eso no es verdad. Están pasando muchas cosas, surgiendo proyectos, desarrollándose discursos, arte, literatura, que contradicen esa idea de que el campo es aburrido. Así que no creo en esa profecía que dice que en 20 años no quedará nadie viviendo en los pueblos. Puede que sí, puede que no, pero mucha gente está trabajando para que no sea así. Está todavía por escribir.

“La fuerza del turismo rural está en su aportación cultural”

¿De qué manera el turismo rural contribuye con el campo?

El turismo rural es una ventana perfecta para entrar en contacto con el campo, y sobre todo con «los campos». Nos da la oportunidad de conocer diferentes zonas y comparar las peculiaridades de lo que burdamente unificamos dentro de «lo rural». Para mí, más que una aportación económica, la fuerza del turismo rural está en su aportación cultural.

¿De qué forma consigues tú conectar con el medio rural?

Mi pareja y yo llevamos dos años viviendo en una casa de una pedanía en las Tierras Altas de Soria, y cuando podemos y no hay pandemias nos escapamos ahí a no hacer nada: pasear, encender el fuego, dormir mucho y con mucho silencio… O a hacerlo todo, que es otra manera de verlo.

¿Me podrías dar 5 consejos para disfrutar del rural?

No tengas ningún prejuicio. Míralo todo con ojos de niño. Sé sincero y pregunta todo lo que no sepas. Pasea mucho y sin reloj. Y pide queso en todas partes.

¿Qué zonas de la España rural recomiendas y por qué?

Las dos que conozco mejor: el interior de La Axarquía, que muestra una cara muy alejada de lo que es la costa malagueña, y las Tierras Altas de Soria, que en su sobriedad y soledad desprende una solemnidad y magnificencia que creo que definen muy bien el espíritu castellano.