Monte Neme, el entorno idílico que NO visitar
Escrito por
19.05.2022
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En 2019, un lago situado en Siberia (Rusia) se convirtió en noticia gracias a los instagrammers. O más bien, gracias a su conducta insensata: esa balsa de agua de color azul turquesa que recuerda a escenarios tropicales –las ‘Maldivas de Novosibirsk’– es en realidad un vertedero de productos tóxicos provenientes de una mina cercana.
El agua tiene unos altos niveles de sales de calcio y otros minerales que pueden provocar reacciones en la piel como sarpullidos, quemaduras y mareos. El precio por hacerse una foto allí es la salud. Pese a todo, hubo gente que decidió que la instantánea valía más la pena que las consecuencias.
Tanto el gobierno como la empresa responsable de ese ‘paraíso visual’ emitieron sendos comunicados avisando a los posibles visitantes del peligro que supone acercarse al lago (que es artificial) y se habló de poner una valla. Teniendo en cuenta la información dada sobre lo que le puede ocurrir a cualquier bañista, sería de esperar que las incursiones parasen, pero un paseo por Instagram muestra que no es así.
Muchos y muchas pensaron al leer la noticia lo locos que están por Rusia, pero resulta que no hace falta irse tan lejos de España para encontrar un caso similar. Concretamente en el Monte Neme, en la provincia de A Coruña, entre las localidades de Malpica y Carballo.
Ahora está inactiva, pero la zona se utilizó como mina de extracción de minerales durante casi 100 años –durante un tiempo por los nazis– y las lagunas que están en la zona tienen restos de minerales como wolframio, sílice, hierro o estaño. Esos componentes son los que le dan ese color azul intenso que queda tan bien en las fotos y que a la vez causan daños en el cuerpo.
De nuevo, bañarse en esas aguas sabiendo lo que contienen va en contra de la lógica, pero las ganas de conseguir una buena instantánea para subir a las redes sociales supera el razonamiento. Eso y las ganas de hacerse el héroe como también ha expresado algún usuario en su perfil como explicación a su imagen entrando en la laguna.
Pese a las indicaciones de la Xunta, el vallado y la presión de la Asociación Salvemos Cabana para impedir el acceso al lugar, la gente sigue accediendo.
En 2019, según informaba la prensa regional: “El Gobierno autonómico destinó 148.000 euros en actuaciones de seguridad en el antiguo recinto minero”, pero las acciones sirven de poco. Solo hay que hacer clic en el hastag en Instagram para ver que sigue teniendo visitas.
Además de a las personas que quieren hacerse la foto en un escenario de ensueño tóxico, el lugar también atrae a quienes tienen un lado místico, ya que hay leyendas que dicen que había meigas que paraban por allí. Si hay algún método para invocarlas y que aparezcan, no se ha hecho muy famoso. Puede que las brujas se fíen de sus conjuros pero no de aguas contaminadas.
Otro gancho también puede ser la serie La Unidad, emitida en Movistar + en mayo de 2020. Se supone que la trama transcurre en diversos lugares del mundo como Siria, Girona, Melilla, Toulouse o Vigo pero, en realidad, un porcentaje muy alto de las localizaciones se rodaron en Galicia. Así que lo que se supone que está ocurriendo en Nigeria, en realidad se grabó en el Monte Neme.
Más allá del peligro del Monte Neme
Sería injusto asociar la zona solo con el riesgo, porque este lugar situado en la Costa da Morte tiene mucho que ofrecer.
No hace falta subir al Monte Neme para disfrutar de sus pueblos ni de otros paisajes que también quedarán muy bien en las fotos si conseguir muchos ‘me gusta’ en las redes sociales es el objetivo principal del visitante. Las instantáneas de platos de comida también serán la envidia de los seguidores porque en Galicia es difícil encontrar un sitio en el que se coma mal.
En Malpica está el faro más moderno de la comunidad, el de Punta Nariga. César Portela es el responsable de su diseño, que recuerda a un barco atracado en un puerto.
Está hecho en granito y se construyó en 1996. Para obtener unas vistas panorámicas de la costa, se puede subir al santuario de Santo Adrián desde donde también se avistan las Islas Sisargas, a las que solo se puede acceder mediante embarcación (en el puerto se ofrecen servicios para ello).
Y, por supuesto, el pueblo en sí, con sus casas coloridas y su paseo marítimo, es otro punto de referencia.
Por otra parte, Carballo puede presumir de los murales de arte urbano que se pueden descubrir si se pasea por sus calles. La ruta de las pinturas se renueva en cada edición del Rexenera Fest, que atrae a artistas de diferentes puntos de la geografía.
Siguiendo el paseo de las paredes, el caminante se encontrará también con el Museo de Bergantiños, antigua cárcel del Ayuntamiento, donde ahora se pueden conocer la historia y las costumbres de la zona. Además, la playa de Razo es una de las mecas del surf en España y está unida a Badaio, conformando una de los espacios naturales más importantes de Galicia. De hecho, está considerado como Zona de Especial Protección para las Aves.
En la misma comarca de Bergantiños, también se puede visitar uno de los pueblos costeros más famosos: Laxe.
Para los amantes de la arqueología serán de interés los Petroglifos de Pedra Xestosa y quienes quieran tener una foto colorida para sus redes sociales (o para el recuerdo, que también vale) pueden conseguir ‘me gustas’ posando en la Praia dos Cristais (playa de los cristales en castellano).
El mar fue puliendo los cristales que llegaban al agua a través del antiguo vertedero de botellas de la zona y formando una cala de piedras combinadas con los colores de los cristales.
Hay otras playas de las mismas características por España, como por ejemplo la de El Bigaral en Antromero (Asturias). Es importante que los visitantes no se lleven de recuerdo un puñadito de estas ‘gemas’ porque pueden acabar desapareciendo. Hay que alejarse de los colores tóxicos y cuidar a los inofensivos.
Carmen López