El dolmen de Guadalperal: el “Stonehenge” español que aparece y desaparece
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09.02.2022
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A principios de los años 60, las aguas del recién construido embalse de Valdecañas comenzaron a cubrir los terrenos más fértiles del norte de Cáceres. Era la época dorada de las presas, de las grandes centrales hidroeléctricas que se llevaron por delante pueblos y aldeas de toda España.
En Valdecañas, además, las aguas anegaron restos arqueológicos de gran valor, como fue el caso de la antigua Augustóbriga. Una población romana construida en la ribera del Tajo cuyos restos se pueden ver cuando el nivel del agua está bajo mínimos. Fue conocida en la Edad Media como Talavera la Vieja y de la inundación se lograron salvar partes de dos templos, que fueron trasladados con cuidado a un cerro próximo junto a la carretera que une Navalmoral de la Mata y Guadalupe.
El dolmen de Guadalperal, situado a pocos kilómetros, no corrió su misma suerte. A pesar de que el complejo megalítico fue descubierto por el sacerdote y arqueólogo alemán Hugo Obermaier 40 años antes de la construcción del embalse, entre 1925 y 1927, las autoridades locales de la época no le dieron la mínima importancia. De hecho, los habitantes de Peraleda, donde hay más restos neolíticos, ya sabían de su existencia con anterioridad, aunque desconocían su valor.
Obermaier fue el capellán de la casa de Alba, a quienes pertenecían esas tierras. Allí pasó largas temporadas excavando y estudiando el “tesoro”, como fue denominado por los arqueólogos de la época debido a la cantidad de enseres que se encontraron de diferentes épocas. “Al lado del dolmen se desenterraron los restos de un poblado neolítico. Los romanos lo excavaron también, ya que antiguamente solían esconder tesoros. Sabemos que estuvieron allí porque se encontraron monedas en una zona del dolmen que está toda revuelta”, nos cuenta Ángel Castaño, presidente de la Asociación Raíces de Peraleda.
Junto al asentamiento también se hallaron cerámicas, puntas de flecha, hachas, piedras para afilar, así como otros restos utilizados en la vida diaria y la construcción. La mayor parte de estas piezas están en un museo alemán. Ninguna autoridad española mostró interés en conservarlos.
Un menhir con el mapa del Tajo
Los orígenes del dolmen de Guadalperal no están muy claros. “Tiene entre 5.000 y 7.000 años”, dice Castaño. “Según los expertos, probablemente esté más cerca de los 7.000, por lo que estaríamos hablando del principio de las construcciones megalíticas. Algunos las sitúan aquí, aunque también hay estudios que dicen que tienen origen en la Bretaña francesa e incluso en Turquía”.
De lo que sí hay consenso es en su forma. El dolmen de Guadalperal era un enterramiento colectivo de grandes dimensiones, aunque hoy únicamente se conserva su esqueleto. En sus orígenes, el conjunto estaba cubierto por una bóveda y tenía un corredor de 21 metros de largo y 1,5 metros de ancho. Durante el equinoccio de primavera, el sol entraba por la galería e iluminaba uno de los menhires que bloqueaban el pasillo.
“Según los expertos, es un menhir esculpido con forma humana. Dicen que tiene hombros y una mini cabeza como de un dios. En él también hay unos grabados que Obermaier estudió. Aunque hoy en día apenas se ven por la erosión, tenía unas cazoletas típicas de aquella época y unas líneas sinuosas que dicen que podría ser una serpiente. Yo, sin embargo, creo que es un mapa del río Tajo. Se lo comenté a gente del instituto cartográfico nacional y dijeron que sí, que era el Tajo. No al milímetro, pero el recorrido coincide”, dice Castaño.
El dolmen de Guadalperal tenía un aspecto similar al del dolmen de Antequera, aunque hoy lo único que se pueda apreciar sean más de 140 bloques de piedra desnudos. Según Castaño, los arqueólogos creen que puede pertenecer a un complejo megalítico aún más grande. “ Pasa como con Stonehenge, que cada vez se descubren más cosas que había a su alrededor. Entre 5 y 7 kilómetros a la redonda de Guadalperal se han encontrado alrededor de una decena dólmenes más pequeños. Cada vez aparecen más restos de la Prehistoria”, nos cuenta.
Además de como enterramiento, el dolmen de Guadalperal pudo haber tenido otros usos: para realizar ritos religiosos, reuniones o guardar el tesoro de la comunidad. Y se especula que, justo enfrente, pudo haber otro parecido. El Tajo siempre fue un río muy caudaloso y navegable para las diferentes civilizaciones. Ahora hay puentes para cruzarlo pero, antiguamente, nuestros ancestros lo hacían en algunos de los puntos donde el río se abría y, en verano, había menos agua, como el Vado de Alarza. Podían cruzarlo a pie o a caballo.
“Algunos historiadores creen que podría haber un paso a cada lado, para controlar ambas orillas. Por eso se cree que pueda haber otro dolmen similar en la orilla de enfrente, donde luego se alzó Augustóbriga. Aunque hay otros estudiosos que dicen que no, que podría ser como en el Nilo. A un lado estaba la ciudad, Lúxor; y al otro el Valle de los Reyes, donde se realizaban los enterramientos. En la zona de Peraleda se han encontrado tumbas prehistóricas, celtas, romanas, etc. Por lo que igual era esta la zona funeraria”, dice Ángel Castaño.
Cómo ver el dolmen de Guadalperal
El dolmen de Gaudalperal está situado en la zona cacereña de El Gordo, en la comarca de Campo Arañuelo, en uno de los márgenes del embalse de Valdecañas. Antiguamente estas tierras eran propiedad del Duque de Peñaranda, pero desde la construcción de la presa el recinto megalítico está anegado por el agua. Solo en contadas ocasiones es posible verlo.
Debido a la crisis sanitaria y económica causada por la Covid19, en 2020 no se pudo ver. “La actividad económica estaba muy parada, no se produjo tanta energía, así que las turbinas no están en funcionamiento y el nivel del agua no bajó”, concluye Castaño.
Sin embargo, en julio de 2021 volvió a emerger cuando el caudal del embalse estuvo en sus mínimos. En otros veranos con menor sequía también se deja ver, aunque solo la parte superior de sus menhires más altos. En este caso, cuando su base está cubierta de agua, la mejor opción es acercarse a ellos en barca. “En la orilla de enfrente hay una empresa, Valdecañas Multiaventura, que ofrece excursiones en lancha o en barca”. Si el caudal está bajo sí se puede ir a pie, aunque acercarse hasta él puede provocar, aún más, su deterioro.
Un tesoro en peligro de extinción
La Asociación Raíces de Peraleda lleva años reclamando a las autoridades extremeñas su protección. Su objetivo es salvar el patrimonio y poder dinamizar el turismo local. En su página web están recogiendo firmas para que el dolmen pueda ser rescatado del agua, igual que se hizo con algunas de las ruinas vecinas de Augustóbriga.
“Si estuvieran siempre bajo el agua no pasaría nada, es como la arqueología submarina. El problema es que al ser piedras de granito poroso, al salir y entrar en el agua se estropean. Encargamos un estudio geológico y nos dijeron que las piedras están en muy mal estado. La capa exterior está muy erosionada y tienen grietas. Además están situadas al borde de un tajo, de un barranco que se está derrumbando y que está empezando a meterse en el dolmen. Estamos convencidos que si lo dejan ahí en pocos años se perderá”, lamenta Ángel Castaño.
La idea de Raíces de Peraleda es situarlo en un lugar seguro en la orilla del pantano, para que pueda seguir actuando como puerta del río y sin descontextualizarlo de su entorno histórico y geográfico. De momento, el Ministerio de Cultura ya ha iniciado a principio de 2021 los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) al dolmen de Guadalperal y su entorno arqueológico. Lo técnicos han rellenado el suelo con áridos de la zona, se ha colocado una malla para evitar el arrastre y una cobertura con gravilla. Si se salva o no del desgaste del agua aún está por ver.
Como curiosidad, el dolmen está situado muy cerca de la Marina Isla Valdecañas, un complejo residencial de lujo conocido como la «Marbella extremeña» donde varios famosos y celebrities tienen su residencia vacacional. El complejo fue construido en 2007 como Proyecto de Interés Regional. Desde entonces, Marina Isla Valdecañas ha sido denunciado por numerosas asociaciones ecologistas como Adenex, Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF, SEO/Birdlife y Amigos de la Tierra, quienes reclaman su demolición. Las villas de lujo fueron construidas sobre terrenos de la Red Natura 2000, zona de especial protección medioambiental, pues el embalse de Valdecañas constituye uno de los humedales más ricos de la biodiversidad extremeña.
Laura Fernández
Me fascina el Patrimonio Prehistórico español, a la vez que veo con tristeza la poca consideración y el deplorable estado de esta joya de hace más de 7.000 años, conozco muchos dólmenes en la provincia de Huelva , pero este me quita hasta la respiración por la delicadeza en los detalles que se tomaron a la hora de su construcción. Por cierto, Stonehenge es un bulo, fué construído a principios del s. XX con grúas modernas, tengo fotos que lo atestiguan, pero dejemos que el Imperio Británico siga siendo el más alto, extenso y con más riqueza del mundo, que a mí no me engañan.
Podrías enviarme copia de esas fotos?
A Manuel Pardillo Porras :
Hombre independiente de que no tengamos simpatía por los ingleses , cualificar de bulo
el Stonechenge me parece muy fuerte …
Si yo tuviera las pruebas correría a publicarlas , sería un enorme descubrimento…