Ruta del Parrizal de Beceite

A estas alturas, decir que la crisis del coronavirus ha cambiado la vida de la sociedad de una manera muy significativa es una obviedad. Pero no por ello deja de ser sorprendente. Más allá de la restricción de los abrazos que en 2020 eran norma en España o las cañas en el bar después de trabajar (incluso el trabajo se ha desbaratado), también ha cambiado el ocio. Y personas que en su vida habrían puesto un pie en el campo ahora pertenecen a alguna federación de montañismo.

El fenómeno es tan llamativo que ha sido noticia en los medios regionales. Por ejemplo, en Asturias las licencias de montaña aumentaron en un 30%, según publicaba hace unos días la prensa regional. En Navarra el fenómeno ya se observó en mayo de 2020 y en Andalucía, concretamente en Granada, en el pasado otoño. ¿Se puede hablar de un boom de interés por transitar los senderos de España?

La explicación que parece más lógica es que el carnet de federado funciona a modo de salvoconducto para salir de los municipios cerrados perimetralmente por la pandemia. La sensación de agobio ante la imposibilidad de traspasar unos límites geográficos reducidos ha hecho que muchos y muchas busquen maneras de ‘escapar’ (una licencia cuesta unos 70 euros, una cifra relativamente asequible). Y no necesariamente para practicar alguna actividad relacionada con su federación.

Por otro lado, también se podría achacar al descubrimiento que para algunas personas ha supuesto el campo durante el pasado verano. La huída de las aglomeraciones hizo que muchos cambiasen los destinos de costa por los de interior –que también se saturaron, pero esa es otra historia–, descubriendo así un nuevo mundo de posibilidades. Gente que en la vida se habría imaginado recorriendo un sendero por gusto ahora no ve la hora de ‘echarse al monte’.

La Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias achaca el aumento al segundo supuesto. Según el análisis que ha realizado sobre el incremento que ha publicado recientemente, esa nueva afición por el senderismo y la naturaleza: “ha motivado que muchas personas que pertenecen a clubs y, que no estaban federadas, saquen la licencia, así como las familias federen a sus hijos para poder practicar este deporte en conjunto”. Para la entidad, el porcentaje de personas que se han federado con otros fines es: “muy reducido, que no llega ni al 1%”.

Aquellos y aquellas que han descubierto el campo tienen múltiples destinos que pueden disfrutar dentro de España. Algunos requieren un cierto nivel de preparación, pero otros son perfectos para iniciarse o para hacer con niños. Una ruta fácil a la vez que atractiva es la del Parrizal o del Parrissal, en Beceite (Teruel). 

El camino discurre junto al río Matarraña y tiene 6 kilómetros de ida y vuelta. El tiempo estimado de duración es de unas dos horas y media o incluso un poco menos. La primavera y el otoño son las dos estaciones más recomendables para hacerla, aunque se puede acceder durante todo el año (pero algunos de sus atractivos pueden estar inaccesibles por el caudal del río). Se trata de una actividad de pago (10 euros) aunque en los meses de enero y febrero el acceso es gratuito.

Detalles de la ruta

Se inicia en la oficina de turismo de Beceite y desde ahí se siguen las indicaciones hasta llegar al paraje. Quienes quieran utilizar el aparcamiento tendrán que comprar el ticket previamente en la web del pueblo (ni esos tickets para aparcar ni los de acceso se venden en la oficina de turismo: es un dato muy importante para no llegar allí y llevarse una desilusión). 

Una vez se llega al acceso, se recorre un camino de unos 800 metros en el que se puede disfrutar de la botánica y se atraviesa el río por una pasarela de madera. En ese trayecto se pueden ver las pinturas rupestres de la Fenellassa o Fenellosa.

A partir de este punto, empieza lo que es la ruta en sí misma. Pasando por una pasarela de madera, se empieza a remontar el río durante una hora aproximadamente caminando por senderos y pasarelas de madera. El final es un cañón de 60 metros de alto, 1,5 metros de ancho y 200 metros de largo conocido como Els Estrets del Parrissal. Excepto en verano, cuando la garganta está seca, no se puede atravesar el cañón y el recorrido termina a la entrada. Es el momento de dar la vuelta y encaminarse al punto de origen.

Información de interés

• No se permite el acceso con animales.
• Es una ruta adecuada para realizar con niños, aunque hay que tener en cuenta su capacidad de resistencia (en total son unos 7 kilómetros). Lo mismo ocurre con las personas mayores.
• Hay que utilizar mascarilla y mantener los 2 metros de distancia de seguridad entre personas siempre que sea posible.
• Está prohibido bañarse o beber agua del río.
• Debido a la cantidad de visitas que recibe la ruta, es necesario mantener el mayor silencio posible para no molestar al resto de senderistas y no tirar ni dejar olvidada la basura que se genere.

Otras opciones

En la zona de Beceite no solo existe la ruta del Parrizal, sino que también hay otras posibilidades. Por ejemplo, el camino del embalse de Pena, que empieza en la plaza de la ermita de Santa Ana. Ese tramo asfaltado, de unos 3,5 kilómetros termina en un promontorio de forma cuadrada en una montaña. Ahí, se puede escoger entre dos caminos: a la derecha el asfaltado de 8,5 kilómetros que lleva a Valderrobres y a la izquierda, el que lleva al área recreativa al pie de la presa.

Además, también se puede recorrer la ruta de La pesquera o peixquera, que sigue el río Ulldemó. La pista tiene casi 8 kilómetros de largo y durante el recorrido se pueden ver las pozas formadas por el agua. Debido al Covid-19 no se recomienda el baño en ellas, pero son un espectáculo digno de contemplar.