9 lugares para amar la floración en primavera

«Primer verdor» es como tradicionalmente se traduce el origen de la palabra «Primavera«. Verdor es una generalidad. En España, la explosión es muchas veces blanca, alentada por los cerezos y los almendros en flor. Es maravilloso, por eso es ya una tendencia ir al valle del Jerte, en Cáceres, a ver la floración de los cerezos. Pero hay más. Y al final de verano, lo girasoles. Ya veréis.

Los almendros de Mallorca

La floración de los almendros de Mallorca es una de las sorpresas naturales más desconocidas de la isla. La playa tira mucho, claro, pero esta es una actividad de febrero-marzo. El cambio climático que acusa el mundo natural retrasa la temporada y el almendro en Mallorca florece más tarde.

En las Islas Baleares se han censado más de 7 millones de almendros que construyen alfombras rosadas en el paisaje mediterráneo y de olivar. En la serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad, podréis ver los almendros de fiesta en las poblaciones de Bunyola, Sencelles, Lloseta o Selva, entre otros.

Almendros del parque de la Quinta de los Molinos (Madrid)

En el parque madrileño de la Quinta de los Molinos florecen cerca de 1.500 almendros por estas fechas. Es un lugar reparador a lo largo del año donde los madrileños se refugian entre el paisaje de cementos.

En San Blas, calle Alcalá, parada de Suanzes. Allí se disponen ahora los blancos y rosáceos junto a eucaliptos y algún olivo fuera de lugar, en un conjunto de 25 hectáreas.

Valle del Jerte

El valle del Jerte es el clásico para ver la floración de los cerezos a través de rutas. Una de ellas, circular, pasa por las poblaciones de Valdastillas, Piornal, Barrado, Cabrero, casas del Castañar, El Torno o Rebollar.

Otra, lineal, sigue el río Jerte: Navaconcejo, Cabezuela del Valle, Jerte, Puerto de Tornavacas. En 373 km2 florecen más de 1,5 millones de cerezos. Es el efecto de la nieve sin frío, la fiesta de la estación y un poquito más adelante la de la gastronomía, con las Jornadas de la Cereza Picota.

Valle de las Caderechas (Burgos)

En Burgos hay más que delicias de morcillas, un castellano de ley y el Camino de Santiago. En la comarca de la Bureba, a orillas del río Quintanilla florecen los cerezos de Hozabejas, Rucandio, Madrid de las Caderechas, Quintanaopio y Cantabrana, poblaciones por lo demás con una sonoridad envidiable.

La vall de Gallinera y la montaña de Alicante

El río Gallinera discurre de noreste a suroeste. Es el trazado que ha configurado el valle, un corredor verde y precioso, por lo general desconocido. Se encuentra en el término de la Marina Alta, un territorio entre la naturaleza y el legado morisco. En junio también se celebra la fiesta de la floración de la Cereza.

El valle de Gallinera se encaja entre los abrazos pétreos de la sierra de Les Solanes, la sierra del Almirante y la sierra de la Foradá.

Valle de Etxauri (Navarra)

A un lado y otro del río Arga se solapan los pueblos de Ubani, Zabalza, Arraiza, Etxauri, Echarri o Bidaurreta, entre otros, y conforman el valle de Etxauri (Val de Etxauri). Un poeta del s. XIX, Félix Zabalegui Catalán, compuso aquello de: «Dice el amo de Koskari/ Pa buenas habas, Pamplona/ Y contestó Gurucharri/ Pa buen cordero, Artajona/ Pa cerezas, Valdechauri». En la actualidad los cerezos ocupan cerca de 150 hectáreas y junto a la viña es el cultivo principal. Su floración es increíble.

Corullón (León)

A El Bierzo se va por muchos motivos, como las Médulas, pero principalmente por el argumento gastronómico. Es una tierra de buen vino y buenas carnes, del botillo que internacionalizó Luis del Olmo.

De la fruta se conoce la pera conferencia, pero no se ha dicho demasiado del espectáculo de la cereza en Corullón. De las cerezas conocen la fama los propios habitantes, poco más, y están acostumbrados a los paisajes bellos porque hasta hace poco no han empezado a conocer su potencial de verlo cada día. Pero ya ha empezado la floración.

Almendros de Santiago de Teide

¿Quién iba a decir que lo que fue fuego y humo iba a convertirse en una tierra fértil y florecida? En los dominios del pico más alto de España, la tierra del Teide, florecen los almendros. Una ruta desde Santiago de Teide hasta Arguayo muestra en apenas 10 km el esplendor de la primavera canaria pasando por la montaña Bilma.

El Frasno (Zaragoza)

Por último, a unos 60 km de Zaragoza se agrupa el valle de los cerezos de El Frasno. También hay almendros en flor y olivos sin flor. Los cerezos siguen un proceso de crecimiento curioso. Se plantan los cerezos de Santa Lucía (o de Mahoma), cuyo fruto no se come y que tienen unas raíces de hierro, para injertar los otros cerezos, los comestibles. Desde hace 7 años El Frasno celebra la Feria de la Cereza, en las que venden cerca de 6.000 kg. El florecimiento en primavera. El fruto, en verano.