Hoz de Pelegrina: buitres leonados, moles de piedra y el runrún del río Dulce
Escrito por
17.02.2022
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4min. de lectura
Son varias las zonas de la geografía española en las que el maestro Félix Rodríguez de la Fuente dedicó largas temporadas de su vida a estudiar el comportamiento de la fauna ibérica y filmar sus maravillosos documentales con los que, posteriormente, nos enseñaría las curiosidades y maravillas del mundo animal.
Una de estas zonas es el barranco del río Dulce, al norte de la provincia de Guadalajara y a escasos kilómetros de la medieval Sigüenza. Un lugar inmenso en riqueza natural que ha sido declarado parque natural, Zona Especial de Conservación, Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario.
De hecho, tan relevante fue su presencia en la zona que, en 1980, en su honor, se construyó el mirador de Pelegrina, un balcón que sirve de aperitivo y que permite asomarse al profundo barranco, así como conocer más detalles sobre la naturaleza de este lugar a través de los diferentes paneles informativos que hay dispuestos.
Ruta por la Hoz de Pelegrina
Son varias las rutas de senderismo que permiten adentrarse en el espacio protegido y que exhiben sus vertiginosos paredones donde los tonos anaranjados contrastan con el negro más oscuro; sendas que permiten disfrutar del elegante vuelo de las familias de rapaces con sólo alzar la mirada y del intenso verde de las zonas cercanas al río Dulce.
Precisamente del núcleo de Pelegrina, perteneciente al término municipal de Sigüenza, parte una de las rutas más atractivas y sencillas de realizar: la ruta de senderismo Hoz de Pelegrina, un trayecto circular que apenas suma 70 metros de desnivel y que se completa en hora y media (paradas recreativas incluidas). Es muy sencilla, apta para familias con niños pequeños, y comienza y finaliza en el propio pueblo.
Entre las particularidades de la ruta de la Hoz de Pelegrina está que se pasa frente a la conocida como Caseta de Félix Rodríguez de la Fuente, un lugar que el naturalista utilizaba, entre otros usos, como almacén para el abundante material audiovisual con el que luego editaría algunos de los documentales del programa El hombre y la Tierra de los años 70.
Nada más comenzar, si echamos la vista atrás, la senda Hoz de Pelegrina ofrece una de las mejores vistas de Pelegrina. La del conjunto de casas de piedra asomadas al profundo barranco con la silueta de las ruinas de su castillo sobre un altozano en su margen izquierdo. Es fácil imaginarse una relajante escapada rural en alguna de ellas.
Con el rumor del río Dulce como compañero de aventura, en la primera parte del sendero, la que discurre del lado izquierdo del río, las protagonistas son las moles de piedra que conforman la garganta. Roquedales con formas curiosas que, incluso, pueden llegar a recordar a algún personaje. Unas paredes inmensas con oquedades donde tienen su hábitat las numerosas familias de buitres leonados que viven en la zona.
En cambio, una vez cruzado el río, el escenario cambia, transformándose en un agradable paseo a través de la frondosa vegetación de ribera que crece con energía gracias a las perfectas condiciones de humedad y umbría de este área. Algunos pasajes son verdaderamente inspiradores y fotogénicos.
De vuelta en Pelegrina, a modo de colofón, es un buen momento para subir hasta los restos históricos de su castillo -el cual fue construido por los obispos de la vecina Sigüenza para uso vacacional- y contemplar el parque natural que enamoró al gran Félix Rodríguez de la Fuente, en todo su esplendor y envergadura.
Elísabet García
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Hola. ¿Sabes si es posible visitar la zona con carrito de bebé?
Muchas gracias.