Películas de verano: autocines en España
Escrito por
07.08.2020
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Puede que la escena de una película en la que los personajes están en un autocine (¿metacine?) sea la de Danny y Sandy en Grease. Los más cinéfilos quizás apunten a Regreso al futuro III, Exploradores o Twister, pero es que es casi imposible no haber visto el musical protagonizado por Olivia Newton-John y John Travolta. Lo han echado tantas veces en la televisión que sería como no conocer el telediario. O Verano azul.
Este verano no se parece en nada a todos los anteriores. El peligro de contagio de la COVID-19 sigue siendo muy alto y muchas de las actividades estivales tradicionales han tenido que suspenderse o, como poco, modificarse. La parte buena es que el ser humano tiene una capacidad de adaptarse a las circunstancias más alta de lo que se piensa y siempre busca alternativas.
Si no se puede ir al cine o a bailar a la plaza en las fiestas –las posibilidades van variando según evolucionan los rebrotes– las ideas para el ocio tienen que dirigirse hacia la seguridad. Y por eso en muchos pueblos han optado por el autocine: en Grease parecía que lo pasaban bien o, como poco, no se aburrían.
Precisamente esa ha sido la película que la delegación de cultura del ayuntamiento de Fraga y la asociación Peña Fragatina escogieron para inaugurar la temporada de autocine estival del pueblo. Y acertaron porque el aforo, determinado en 60 coches, se llenó. Las proyecciones seguirán durante todo el estío en este pueblo de Huesca.
La provincia de Salamanca pronto se dio cuenta de que esta actividad es una opción perfecta para impulsar el ocio veraniego. Algunos de sus pueblos ya han proyectado las primeras películas y la respuesta del público es la prueba de que es una buena idea. En Puerto de Béjar llegaron al número máximo de asistentes la primera vez. En Santa Marta de Tormes la proyección de los filmes se completa con monólogos y conciertos.
El público infantil de Caravaca de la Cruz está de enhorabuena. El autocine de este pueblo de Murcia ofrece en su cartelera varias películas de género ‘familiar’ como Jumanji. También en la localidad de San Pedro del Pinatar se podrá coger el coche para ver una película dentro del propio coche, algo que muchos y muchas posiblemente no han hecho hasta ahora.
Aquellos que visiten San Nicolás, en Gran Canaria, tienen mucho que ver. Y no solo en su autocine, que estará abierto de manera gratuita durante el mes de agosto. Durante el día pueden conocer algunas de sus playas como la de La Aldea (en el mismo pueblo) o las de Güi Güi, cuya arena es negra. A una hora en coche, se llega al Monumento natural del Roque Nublo, dentro del parque natural homónimo. Una buena idea para no pasar hambre durante la proyección del filme (en el caso de que no se quiera comer dentro del vehículo) es probar un plato que nació en ese mismo municipio: la ropavieja de pulpo.
El centro Niemeyer de Avilés también ha decidido convertir su plaza en un autocine hasta el 8 de agosto. Un escenario privilegiado al que merece la pena acercarse tanto para disfrutar del cine como de las instalaciones. Eso sí, hay que asegurarse de cumplir las medidas de seguridad impuestas, que son muy específicas: nada de consumir alcohol, mascarilla en el interior del vehículo, tres personas como máximo en cada coche y que ninguna sea población de riesgo.
No solo este verano
En el recorrido anterior se comentan pueblos que han organizado sesiones de autocine por primera vez, en principio motivados por la también mencionada –imposible no hacerlo– emergencia sanitaria. Puede que para algunos la iniciativa sea pasajera o también podría suceder que la respuesta sea tan buena (como por lo visto está siendo) que se establezca como una actividad permanente, al menos en los meses de estío.
Pero a lo largo del país hay otros autocines que no son pasajeros, sino que funcionan como una sala más. Solo cambia que el espectador se trae la butaca de casa, puede regular el aire acondicionado a su antojo (si tiene, claro) y poner el volumen de la película según sus necesidades auditivas (generalmente el sonido se escucha a través de la emisora de FM). Aunque solo sea por vivir la experiencia, merece la pena probar.
En el autocine Drive-In de Dénia, localidad de Alicante, ofrecen la posibilidad de tener una noche de cena y película dentro del automóvil. Los menús llevan nombre de filmes clásicos –Kill Bill, Full Monty– y hay sesiones dobles. El aforo permite hasta 800 espectadores pero es necesario mantener las distancias de seguridad entre coches y también si se sale al exterior.
Vizcaya tiene el autocine de Getxo, que también ofrece muchas comodidades extras como baños, bar y la “pantalla exterior más grande del Cantábrico”, según publicita la empresa. Quienes estén pensando qué pasa si llueve –no sería tan raro en el norte del país aunque sea verano– pueden estar tranquilos: existen unas viseras que se acoplan al techo del coche y evitan que el cristal se moje. No todo el mundo (¡ejem!) conoce la existencia de ese complemento.
El autocine de Serranillos del Valle, que se inauguró a principios del mes de julio, es el primero que abre en el sur de Madrid. Si el del País Vasco presume de tener la más grande del Cantábrico, este afirma que la suya es la más grande de toda España. Además de cine, también ofrece conciertos o proyecciones de partidos de fútbol. Las mascotas pueden acompañar a sus propietarios.
Pero la comunidad, tiene también el Autocine Madrid Race con una estética basada en los años 50 –como la de Grease– en el que se pueden ver películas de ficción, documentales de música, comer perritos calientes u organizar un evento privado. Además del situado cerca del Paseo de la Castellana, la misma empresa ha abierto otro en el circuito del Jarama.
La más grande del norte, la más grande del país y en Cinemacar, en Alicante, ganan un punto de superlativos al ofrecer la posibilidad de ver la película en la pantalla de cine al aire libre más grande de Europa. Además, también hay un servicio de desinfección de coches y limpieza de lunas y un arco de desinfección en todos los pasos de gente. Medidas de seguridad extra para poder disfrutar del ocio incluso en un verano tan extraño como este de 2020.
Carmen López