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Puede parecer un sueño, pero existe. Sí, y en España. Aunque el concepto isla desierta nos transporte al Caribe o al Pacífico, en nuestro país también hay pequeñas islas deshabitadas. El problema es que no en todas se puede pernoctar, ni cuentan con infraestructuras para ello.
La de Burguillo sí. Esta isla amurallada solo tiene una construcción: un pequeño castillo que se alquila para dormir como un rey. La fortificación está rodeada de un bosque y de agua, por lo que es perfecta para aislarse.
Si ya la estás buscando en el mapa, no te dirijas hasta nuestros mares u océanos. La principal peculiaridad del castillo de la isla del Burguillo es que está en el centro del país: en el embalse del Burguillo, en Ávila. Es la única isla de estas características en el interior de España y se ubica en la cuenca del río Alberche.
Todo esto antes era campo
La isla del Burguillo data de 1926, cuando el terreno se inundó debido a la construcción de la presa. Las obras comenzaron en 1913, bajo el reinado de Alfonso XIII, para generar electricidad a la vía férrea que unía Madrid con Segovia y abastecer a las localidades de los alrededores del embalse. El agua también fue utilizada para la agricultura y ganadería de la zona.
Donde antes había campo pasó a ser un lago; Y solo algunos trozos de tierra quedaron en la superficie. Este es el caso de la isla, que tiene unos 10.000 m2.
Originariamente, la isla fue del empresario gallego Eduardo Barreiros, conocido por ser el que transformó los motores de gasolina a diésel. Aunque en 1979 fue comprada por Fernando Merino.
Él fue quien levantó en ella una muralla, construyó un castillo, sembró el terreno de árboles frutales, plantó vides y colocó un pantalán para atracar su barca.
“La isla fue la ilusión de mi padre, que vendió su empresa y construyó un castillo. El proyecto lo inició cuando tenía ya 60 años”, explica su hija y actual propietaria, Yolanda Merino. En él pasaban largas temporadas, hacían barbacoas, jugaban y hasta elaboraban su propio vino de garnacha con las uvas cultivadas en la isla.
Sin embargo, mantener un castillo es muy costoso, así que desde hace un tiempo la familia Merino decidió ponerlo en alquiler. Está disponible para aquellos que busquen unas vacaciones diferentes o quieran organizar eventos como bodas o cumpleaños. Los árboles cubren toda la isla haciendo que, desde la costa, el castillo apenas se vea, por lo que la privacidad es absoluta.
Alquilar castillo con playa privada
De aire medieval, el castillo de la isla del Burguillo dispone de unos 300 m2 de amplitud. Su interior cuenta con cuatro habitaciones dobles repartidas entre los dos pisos y una torre con vistas al pantano.
Tiene capacidad para 10 personas, aunque existe la posibilidad de albergar hasta 38 en “glamping”. Unas tiendas de campaña llamadas así porque se consideran de lujo. La palabra, de hecho, es una mezcla entre glamour y camping.
En la parte baja también hay un porche con horno de leña y barbacoa, además de un comedor, cocina con chimenea y mesa de ping pong.
No tiene piscina, pero porque no la necesita. La isla está rodeada de playas privadas. En ellas ya no habrá que preocuparse por las aglomeraciones.
El embalse del Burguillo es frecuentado por los amantes de los deportes náuticos. Se puede navegar, hacer esquí acuático, windsurf, piragüismo, etc. Está muy cerca de la Reserva Natural Valle de Iruelas, a la que se puede acceder en barca o nadando. En ella hay rutas de senderismo que llegan hasta el castañar del Tiemblo, un bosque de castaños de hasta 500 años.
Gracias a su naturaleza, el valle está declarado Zona de Especial Protección de Aves y en él anida una importante colonia de buitres negros. Desde el embalse y la isla podrás observar su vuelo.
Cómo reservar en la isla de ensueño
La isla del Burguillo está a unos 300 metros de la costa, por lo que para llegar hasta ella el alquiler de la casa incluye una barca con remos. “Cuando baja mucho el nivel del agua se forma un istmo y se puede llegar a la península andando, aunque esto solo ocurre cada 7 años”, explica Merino.
Puedes reservar ya tu experiencia en el Castillo de la isla del Burguillo.
Redacción ER