Comillas, el pueblo modernista de Cantabria
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25.03.2022
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Cualquiera que haya pasado algún verano en un pueblo de la costa puede haberse sentido identificado con algunas de sus vivencias al ver la película Primos, de Daniel Sánchez Arévalo. Y si fue en algún punto del norte de España, más todavía. El filme se rodó en Comillas, la pequeña localidad de Cantabria que está considerada como la cuna –o al menos el laboratorio– del modernismo.
En la película, tres primos deciden por impulso volver al sitio en el que pasaron sus veranos de infancia y juventud para animar a uno de ellos, recién abandonado en el altar. Un viaje por carretera que, según se acerca a su destino, va dejando ver los atractivos de la zona. Aunque quizás para los que no estén acostumbrados, el baño al amanecer en las aguas del Cantábrico no sea tan ideal como se muestra. Es lo que tiene la ficción.
Algunas de las localizaciones muestran algunos de los puntos más destacados de Comillas, como el cementerio (sí, después se explicará por qué), sus calles empedradas, su playa de arena fina o el puerto. Y también las costumbres propias del estío en un pueblo de la zona: las fiestas, el concurso de la cucaña, las orquestas y la buena comida (en el caso de Cantabria, con sobaos para desayunar).
Esta localidad se encuentra, además, cerca de Santillana de Mar y Potes, Capitales del Turismo Rural 2019 y 2020 respectivamente. Dos razones de peso más para escaparse a disfrutar de los atractivos de Cantabria.
El paraíso de los amantes de la arquitectura
No se puede negar que uno de sus puntos fuertes son sus construcciones. Como para casi todo, hay una explicación de por qué un estilo arquitectónico en concreto nació –o empezó a desarrollarse– en un sitio que, de entrada, nadie señalaría como lugar de origen.
Si se menciona la arquitectura modernista en España, posiblemente la mente se dirija directamente a Barcelona y el nombre que destaque sea el de Antonio Gaudí. La Casa Batlló, la Casa Milà o, por supuesto, la basílica de la Sagrada Familia son algunos de los edificios más fotografiados del mundo (en 2019, la ciudad recibió más de 8 millones de turistas y está entre las urbes más visitadas del planeta).
Pero el autor dejó su primera gran huella en Comillas gracias a la iniciativa de Antonio López y López, que decidió hacer de su ciudad natal un sitio de referencia. El que acabaría siendo I Marqués de Comillas, nació en el seno de una familia humilde, pero como muchos otros decidió emigrar a Cuba en el siglo XIX y hacer fortuna.
Después de casarse con la hija de un acomodado comerciante de Barcelona, invirtió la dote de su esposa en sus negocios cubanos, que le llevaron a tener una posición muy acomodada (como era su intención desde la juventud). Debido a sus actividades, forjó una amistad con el rey Alfonso XII, que acudió a Comillas de veraneo con su familia en 1881 y 1882. De hecho, fue este monarca quien le otorgó el título nobiliario.
Debido a su posición social quiso convertir su ciudad de nacimiento en un lugar digno de nobles y reyes. Para eso, Antonio López decidió contratar a los arquitectos catalanes que estaban empezando a despuntar (una hija suya se había casado con el señor Eusebio Güell, así que sabía a quién buscar) para que desarrollasen allí sus ideas. Debido a esta iniciativa, Comillas acoge algunos de los ejemplos del modernismo más elogiados del país.
El Palacio de Sobrellano
El señor marqués le pidió al arquitecto Joan Martorell que diseñase su residencia de verano. Un lugar adecuado al tipo de vida que llevaría una persona de su categoría: la casa cuenta hasta con una sala del trono. Una pena que el marqués nunca lo llegase a ver terminado, ya que se inauguró en 1988 y él murió en 1883.
El exterior es de estilo neogótico pero el interior es una muestra de modernismo con muebles de Antonio Gaudí, chimeneas diseñadas por Cristóbal Cascante y vidrieras de colores talladas en el taller de Eudald Amigó. Al lado se encuentra la capilla-panteón, que va en consonancia con la edificación principal. Actualmente se ofrecen visitas guiadas por 5 euros para los adultos y 1,5 euros para niños de cuatro a 12 años.
La Antigua Universidad Pontificia de Comillas
Pese a que fue el promotor de su construcción, tampoco llegó a verla y fue su hijo Claudio López Bru el que tomó el relevo. Joan Martorell i Montells fue el encargado de elaborar el proyecto, que contó con la ayuda del padre Alcolado, ingeniero jesuita, y del padre Gómez Carral para que el edificio cumpliese con las directrices jesuitas.
Lluís Doménech i Montaner fue el arquitecto de la obra y quien se encargó de la ornamentación modernista del edificio. También participaron otros profesionales como el pintor Eduard Llorens Masdeu. Gracias a su ubicación elevada puede verse fácilmente desde toda la localidad. Antonio López pidió que se construyese allí para poder observarla desde su palacio de Sobrellano. Se organizan visitas guiadas.
El capricho de Gaudí
El más reconocible de todos en lo que a estilo modernista se refiere. Se aprecia el toque de Antoni Gaudí desde el primer vistazo y cualquiera que pasa se detiene para admirarlo. Es uno de los pocos trabajos que el autor construyó fuera de Cataluña, junto al Palacio Episcopal de Astorga, la Casa Botines de León y la Catedral de Santa María de Mallorca (trabajó en su reconstrucción a principios del siglo XX).
El edificio se llama en realidad La villa Quijano, propiedad del indiano Máximo Díaz de Quijano, que quería una casa de veraneo en la ciudad de su familiar Antonio López. Gaudí nunca llegó a ir a Comillas, sino que trazó el proyecto y envió a su ayudante Cristóbal Cascante a supervisar la obra. Se construyó entre 1883 y 1885 y, además de residencia, también ha sido un restaurante y ahora, un museo.
Se puede entrar pagando una entrada de 7 euros para los adultos, 3 para los niños y 5 para personas con acreditación como jubilados o familias numerosas, entre otros. Es Bien de Interés Cultural desde 1969.
La fuente de los tres caños
Se levantó en homenaje a Joaquín del Piélago, yerno del marqués de Comillas y responsable la canalización del agua de la ciudad. Es obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner y está situada en una plaza con el nombre del homenajeado.
Está compuesta por una columna central con ornamentos en forma de flores, textos de agradecimiento, ángeles y un delfín enrollado que se destaca en todas las guías como motivo central de la obra.
Cementerio modernista
El que van a visitar los protagonistas de la película. Situado al lado de una antigua ermita gótica, también es un proyecto de Luis Doménech y Montaner y, además, se encuentra el mausoleo de la familia de Joaquín del Piélago.
Lo más representativo del camposanto, además de los pináculos del antiguo templo y los arcos, es la figura de El ángel exterminador, firmada por Josep Llimona y que preside todo el recinto. También se le conoce como El ángel guardián y data de 1895.
La puerta del moro
La puerta del moro o de los pájaros pertenece a una vivienda particular. El diseño es de Antonio Gaudí, que lo trazó para una casa en Barcelona que nunca se llegó a terminar ya que su dueño se quedó en la ruina. Años después, el albañil Julián Bardier Pardo la reprodujo para la entrada de la casa de Paulino Moro, de ahí su nombre.
La ruta modernista también incluye otras paradas como el homenaje al marqués de Comillas, el Santo Hospital o la residencia privada conocida como La Coteruca. Pero, además del modernismo, Comillas se disfruta caminando por sus empedrados, paseando por su puerto (que fue muy importante en la historia por dedicarse a las ballenas) o comiendo unas rabas en cualquier bar de la zona para recuperar fuerzas. Sin duda, los protagonistas de Primos veraneaban en un gran lugar.
Carmen López
COMILLAS, bello pueblo
COMILLAS