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La naturaleza de Ibiza se ha fijado con más sensatez y para mayor asombro de los viajeros muchos antes que las discotecas. Era el tercer y último día de la Vuelta a Ibiza en bicicleta y quedaba cultura y paisaje suficiente para seguir sorprendiéndome.
Yo hacía los almendros en el Valle del Jerte, pero no en Ibiza. De esta jornada me interesaba la vida hippie, aquella otra vida soleada y alejada del capitalismo feroz en el que nos instalamos el resto de los mortales. Y pude descubrirlo. Pero finalmente me impresionaron más los almendros. Y las calitas.
La etapa que os presento yo la hice en dos, aunque es muy breve y asequible en una sola jornada. La dividí porque trataba de pasar unos días más en la isla y porque vi algunas playas que merecían un remojo tranquilito, más allá de conseguir la meta cuanto antes. Después de conocer la vida hippie, la meta era el mismo camino.
Evité, como veréis en el mapa de la ruta, la costa oriental de la isla. Mi intención era recorrer la línea litoral, pero tuve a bien hacer caso a las recomendaciones que dos personas distintas (en lugares y situaciones muy distintas) me regalaron.
Sant Joan, la Ibiza más rural
La Ibiza más tradicional y menos concurrida se encuentra en torno a Sant Joan. Sant Joan de Labritja es una villa breve, blanca como todas las villa de Ibiza, con dos edificios principales: la iglesia y la Casa Consistorial.
Como ocurre en Galicia, este municipio se compone por 4 parroquias (Sant Joan, Sant Miquel, Sant Vicent y Sant Llorenç). En torno a estos núcleos se desarrolla la Ibiza más rural, lo de «un vecino de toda la vida», el pequeño refugio para los viajeros más inquietos.
Y si lo que necesitáis son ejemplos de la arquitectura popular (esa que te viene a la cabeza cuando piensas en Ibiza), os recomiendo visitar el poblado de Balàfia de camino a Sant Carles de Peralta.
Los edificios responden a las exigencias del clima y a las necesidades de defensa de los habitantes frente a los piratas. Cinco casas conforman el conjunto fortificado, todavía habitado, protegido por dos torres bien conservadas.
El Mercado Hippie de las Dalias
Todos los sábados del año, desde las 10 de la mañana se celebra el Mercado de Las Dalias (somosdecolores). Aquí encontraréis productos artesanos, pero sobre todo personas con un estilo de vida muy distinto al urbano. No es aquello del paz y amor por los cuatro costados, sino una expresión, una forma de vida distinta.
Me atraen estas reflexiones. El Mercadillo de Las Dalias se presta a este tipo de observaciones, aunque aquí se viene a curiosear y a sonreír. La comida del restaurante maneja nuevos sabores con recetas tradicionales. Yo me comí una hamburguesa, pero no podría haberlo asegurado con los ojos cerrados.
Además del mercadillo se organizan en el recinto más actividades de interés. Música en vivo los Night Market los lunes (de junio a septiembre) y los martes (de julio a agosto). Los domingos de verano se exponen obras de arte y se organizan talleres. Incluso se organiza un mercadillo para niños los jueves.
Queda lo que no pude ver, que es quizás la actividad más interesante: Namaste, una propuesta de cena en el ambiente más hippie imaginable. Los miércoles desde las 21, de junio a septiembre.
Por supuesto, aquí encontraréis curiosidades sobre la Moda Adlib: la libertad hippie expresada en los vestidos.
Es Canar
Llegué a la zona de Es Canar y en lugar de seguir ruta hacia la capital decidí pasar allí el día. Eran las 12:00 h, y tenía un litoral que recorrer a pie y muchos baños que darme. Esta fue, sin duda, la jornada de más relax de toda la vuelta.
Es un lugar turístico. Olía a crema solar y yo sólo había recorrido 23 km de distancia, pero me quedé. Algo, un «no sé qué» instintivo, me impidió continuar y me obligó a quedarme. Dejé la bicicleta, me puse el bañador y me puse a remojo en Cala Nova, Cala Llenya y la playa de Es Canar. Pasé de viajero a turista en menos de lo que se tarda en secarse al sol ibicenco.
Santa Eulalia del Río
Dormí como un angelito, así que bien temprano cojo la bicicleta y me dirijo hacia Ibiza pasando por Santa Eulalia del Río. De camino voy pensando en por qué no sería capaz de permanecer dos días de turista todo incluido, sin hacer nada más que descansar. No llego a ninguna conclusión, lo acepto, cuando de repente sí llego a Santa Eulalia.
Acabo de llegar sin darme cuenta al segundo municipio más poblado de la isla. Vine con los deberes hechos: aquí hay dos lugares que quería visitar. El Museo Etnológico de Ibiza y el templo fortificado de Es Puig de Missa.
Aislados, en contacto con la naturaleza y cerca del cielo se ubican la mayoría de templos en la península. En Ibiza, tampoco es una excepción. Es Puig de Missa se refugia en lo alto del monte, dominando la villa. Destruido tras varios ataques, el templo-fortaleza que contemplamos hoy es del siglo XVI.
Un paseo por las calles empedradas des Puig de Missa, una visita al museo y la entrada al templo, escusas si queréis para disfrutar de las vistas desde aquí arriba.
Y si tenéis tiempo, un bañito en Cala Llonga.
La puerta a Formentera
La vuelta a Ibiza se acababa. Después de la visita cultura en Santa Eulalia tomé la directa hacia el puerto de Ibiza. Faltaba poco para que saliera el ferry hacia Formentera.
Tantas eran las expectativas de visitar la menor de las Pitiusas que ni siquiera miré atrás cuando abandoné Ibiza. Por poco más de 20€, bicicleta incluida, se abrió la puerta a lo que ya considero mi refugio personal. Ya veréis.
- Descargar los tracks de la ruta.
- Vuelta a Ibiza y Formentera en BTT completa.
- Ver galería completa.
Escapada Rural
Hemos estado tres veces en Ibiza… y el próximo verano VOLVEREMOS !!… Es algo parecido al paraíso, -en particular Portinatx- Somos mayorcitos, y hemos descubiero que también para nosoros hay cabida.