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La Vall de Núria es un valle pirenaico situado en la provincia de Girona al que se puede acceder únicamente por tren cremallera o andando. Su situación lo hace ideal para disfrutar con toda la tribu tanto de la temporada de esquí en invierno, como de la de deportes de montaña o senderismo en verano.
Lo conocerás por ser un lugar histórico –allí se firmó «el estatut de 1932″– o incluso por ser un lugar de culto a la virgen de Núria. Lo cierto es que en este valle hay una energía muy especial, que ha atraído el turismo familiar desde que a comienzos de siglo XX se iniciaran los deportes de montaña y de nieve en Cataluña.
Ascendemos más de 1000 metros en un tren cremallera
El ascenso en cremallera es parte de la aventura de subir al Vall de Núria. Desde Ribes o Queralbs podrás subirte en este histórico tren cremallera que, desde 1931, funciona abriendo este valle al turismo, al mismo tiempo que preservando todo su patrimonio natural. Es un privilegio que los coches no puedan subir a la montaña. El aire es más puro y la nieve luce blanca e impoluta para que los niños la puedan disfrutar rodeados de montañas y naturaleza en estado puro.
Es interesante visitar la Exposición sobre el tren cremallera ubicada en la estación de Ribes-Vila. Allí podréis acceder a las locomotoras más antiguas como «la Geperuda»o subir en el coche salón, considerado de lujo y decorado con materiales nobles, que todavía circula en ocasiones especiales.
Una estación de esquí muy familiar

Una vez llegas a la estación de tren te encontrarás a pie de pista. Si llevas puesto tu traje, compraste el forfait y traes puesto los esquís, puedes pillar el primer telesilla y descender la primera pista en menos de 5 minutos.
Hay numerosas pistas verdes y el ambiente es muy familiar. Se trata de una estación ideal para iniciarse en familia. Aquí no encontrarás locos de las pistas que te adelanten con su snowboard poniéndote los pelos de punta. Además, porque no a todos los niños les gusta esquiar, para las familias con niños entre 4 y 10 años, la estación ofrece un servicio de ludoteca que ofrece actividades creativas y talleres de manualidades. Cuando hace peor día, es ideal que los niños puedan quedarse en el «Cau de la Marmota» jugando, mientras los padres esquían.
Ocio sin calzarse un esquí

Tanto si hay nieve, como si no, la montaña ofrece numerosas actividades de ocio como los paseos de exploración en raqueta, rutas a caballo o la subida en telecabina para acceder al Pic de l’Àliga.
Pero sin duda lo que más gustará a los niños es el parque lúdico de la Vall de Núria donde podrán hacer uso de karts de montaña (bicis a pedales), tirarse en la piscina sensorial con bolas de colores, practicar juegos de equilibrio y deslizarse en donuts gigantes a través de dos circuitos de tubbing.
Pasear alrededor del lago
Un lago ocupa la explanada principal del valle. Existe una ruta de fácil acceso para niños que rodea este lago, que suele helarse en invierno y puedes surcar en barcas durante el verano. Se trata de una ruta circular que te hará pasar por una granja de animales, el santuario de la virgen de Núria y varias localizaciones estratégicas para pararse a comer, como por ejemplo el mirador de la Creu d’en Riba, desde donde disfrutarás de maravillosas vistas de postal, con el valle y la ermita de fondo.
Pueblos con encanto a pie de montaña

El pueblo de Queralbs –a 1.236 metros de altitud y limitando con los territorios franceses de Montlluís y Sallagosa–, ofrece a las familias el encanto de pueblos de montaña a tan sólo 40 minutos en tren cremallera de las pistas.
Si a tus hijos les gusta la montaña y están acostumbrados a caminar, Queralbs es el inicio del «camino viejo» que lleva hasta Núria salvando un desnivel de 700 metros por un sendero de 7 km que tiene su origen en la Edad Media. En este blog de una familia montañera encontrarás todas las indicaciones a seguir. Si por lo contrario vuestros hijos acaban de estrenar sus botas de montaña, lo mejor es que inicieis el ascenso desde Fontalba siguiendo una ruta mas llana y mas rápida.
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Mavi Villatoro
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