Los alrededores de Barcelona cuentan con un montón de pueblos donde todavía se conserva la vida rural de antaño. Para poder disfrutar de su naturaleza, un estilo de vida más pausado, su fauna y tradiciones, nada mejor que alojarse en algunas de las masías o casas rurales repartidas por Anoia, Osona, Bages, Berguedà o L’Alt Penedès.
Berguedà te asombrará por sus espesos bosques con una flora típica mediterránea. En Anoia, Osona o el Bages podrás descubrir la riqueza agrícola barcelonesa, de la que aún viven generaciones de campesinos, y en el L’Alt Penedès podrás degustar algunos de los mejores vinos con Denominación de Origen.
Estas son algunas de nuestras propuestas para aprovechar una escapada rural en familia.
Pastor por un día
La mejor forma de acercar a los niños al entorno rural y a su fauna es haciéndole participar en las tareas de pastoreo. En Bagà, el pastor Ricard García ofrece a las familias adentrarse con él en Coma Bella (Coll de Pal, en el Parque Natural Cadí-Moixeró) para ver cómo pasta su rebaño de corderos. Antes de empezar la jornada, los participantes disfrutarán de un desayuno compuesto de carne de cordero y tostadas.
Otro de los lugares donde se puede disfrutar del oficio de pastor es en Argençola, en Anoia. La empresa familiar Cal Serrats cuenta con un rebaño de 600 ovejas y 15 cabras que los niños podrán sacar a pastar. Dependiendo de la época del año, los niños también podrán aprender los cuidados de estos animales.
Por último, en Sant Boi de Llobregat, en la comarca del Baix Llobregat, la asociación La Gaiata ofrece acompañar a los pastores y sus rebaños a los alrededores de la ciudad durante los fines de semana. Aquí los más pequeños podrán ver cómo las cabras comen los hierbajos del sotobosque para evitar incendios.
Hacer de paleontólogo
Esqueletos, huesos, huellas y hasta huevos de dinosaurio. Barcelona cuenta con varios yacimientos que permiten conocer la evolución del hombre.
Uno de los más importantes de Cataluña y del mundo es el de Hostalets de Pierola, en Anoia. Aquí se guardan algunos de los fósiles de primates del Mioceno. En el Centro de Restauración e Interpretación Paleontológica, además, podrás tocar algunos de ellos con más de 12 millones de años de antigüedad. Los niños también pueden realizar diferentes talleres de paleontología y participar en las rutas paleontológicas interactivas dirigidas a las familias.
Otra visita recomendada para los amantes de la paleontología es la del yacimiento de Fumanya, en Fígols. El Museo de las Minas de Cercs ofrece visitas guiadas a esta antigua explotación de carbón a cielo abierto donde se han encontrado huellas, huesos y huevos de dinosaurio.
La última parada de esta ruta de paleontología está en Sabadell, en la comarca del Vallés Occidental en el Museo del Instituto Catalán de Paleontología. Aquí los niños podrán ver cómo era el mundo hace 66 millones de años y podrán visitar el laboratorio de fósiles.
Senderismo y visita de cuevas
En los alrededores de Barcelona existen numerosas rutas que se pueden realizar a pie y en familia. Una de las más interesantes es la que va desde Collsuspina, en la comarca de Moianès, hasta las cuevas del Toll, uno de los yacimientos prehistóricos más importantes de Cataluña. La duración del recorrido es de unas dos horas y, una vez llegamos a nuestro destino, se puede hacer una visita guiada por las diferentes cavidades: Toll, les Toixoneres, Morta y sima del Bassot. En la parte exterior está el Parque Prehistórico de las Cuevas del Toll, donde los niños pueden hacer de arqueólogos.
Para maravillarse con las creaciones de la naturaleza se pueden realizar algunas rutas como la de los riscos de Navarcles, en la comarca del Bages, un itinerario de una hora en cuyo trayecto se pueden ver pequeños riscos y donde hay miradores. También la que sigue el río Tenes hasta Sant Miquel de Fai, que discurre entre cascadas, y la de de Sant Joan a Sant Quintí de Mediona, donde se pueden ver diferentes formaciones rocosas.
Otras rutas interesantes para los niños son la de Màrius Torres, un recorrido didáctico donde se recorren los paisajes que inspiraron al poeta catalán para componer sus obras, y las que permiten llenarse los bolsillos de setas por el camino, como la circular de Castellterçol.
Vendimiar y catar el mosto
En la zona del Penedés, cuyos vinos cuentan con Denominación de Origen, existen numerosas bodegas con actividades para toda la familia. Mientras los adultos pueden deleitarse con una buena cata de vino, los más pequeños pueden participar en juegos, rutas naturales y degustar un rico mosto.
Segura Viudas es una de las pioneras en realizar este tipo de propuestas, que incluye paseos por los viñedos, taller de ornitología y una clase de biodiversidad de las especies que habitan en el río de sus inmediaciones. Can Nadal de Boadella también ofrece juegos para niños y degustaciones de chocolates y mostos.
Las familias más ecológicas pueden visitar Caves Vilarnau, en Sant Sadurní d’Anoia, donde los pequeños podrán asistir a un curso de reciclaje de tapones, chapas y etiquetas.
Por último, si es época de vendimia, recomendamos acercarse hasta Cava Guilera, donde toda la familia puede participar en la elaboración del vino cosechando los racimos y pisando la uva con los pies.
Montañismo en familia
Las familias amantes del montañismo también pueden disfrutar del encanto de las pequeñas cumbres. Una de ellas es la que está en el Parque de Collserola, uno de los más bonitos de los alrededores de Barcelona.
Desde el castillo de Castellciuró, en Molins de Rei, podemos ascender hasta la popular cruz del Puig de Olorda (436 metros de altura) por un camino de unos 8 kilómetros.
Para los que prefieren rutas más cortas, otro itinerario que está muy bien es el que sube hasta el castillo de Claramunt, en Anoia. Un camino que llega a los 453 metros de altura pero sólo con 1 kilómetro de longitud. Durante el camino hay bancos y las vistas desde arriba de Conca d’Òdena y Montserrat son impresionantes.
Cerca de Mataró, en Cabrera de Mar, en la comarca del Maresme, se puede realizar la ruta que sube 400 metros hasta el castillo medieval de Burriac. Una sencilla excursión que discurre entre la vegetación típica del Mediterráneo.
Otro itinerario muy fácil que llega a los 219 metros de altura pero que ofrece unas bonitas vistas a Montserrat es el de las torretas Griminella y del Clos. El camino se puede realizar desde Martorell (en la comarca del Baix Llobregat), subiendo por la calle Montaña hasta llegar a la pista forestal donde comienza la sierra de las Torretas, llamada así por las populares torres de origen romano.
Laura Fernández