Fragas do Eume, la naturaleza gallega más auténtica
Escrito por
05.05.2022
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La inagotable provincia de A Coruña guarda con mimo uno de sus mayores tesoros: el Parque Natural Fragas do Eume, una maravilla natural de 9.125 hectáreas considerado el bosque atlántico de ribera mejor conservado de Europa. Este lugar, de incalculable valor botánico, representa la Galicia verde más virgen y auténtica. Un lugar de cuento que sorprende y fascina a partes iguales. Y es que, no todos los días se tiene la ocasión de pasear por un bosque gallego inalterado en el tiempo.
La localidad coruñesa de Pontedeume, levantada allí donde el río Eume se abre para convertirse en la ría de Ares, es una de las principales puertas de entrada a este paraíso. Tras ella, a apenas 6 kilómetros, se ubica el centro de interpretación del parque natural, un servicio público que, además de proporcionar la información necesaria a quienes lo visitan, realiza excursiones guiadas gratuitas por diferentes itinerarios señalizados.
El parque cuenta con dos aparcamientos oficiales. El primero está situado frente al punto de información, y el segundo está a algo más de un kilómetro después. En período estival, el paso de vehículos está prohibido, aunque existe un transporte colectivo alternativo que conecta algunos de los puntos de mayor relevancia.
Como no podía ser de otra forma, la manera más estimulante de disfrutar Fragas do Eume es a pie. Cuanto más lento, mejor. Sólo de esta forma se aprecian realmente los detalles de la exuberante vegetación que viste este lugar, a veces tan tupida que impide que la atraviesen los rayos del sol.
¿Qué especies habitan esta selva gallega? Mayoritariamente chopos, fresnos, abedules, castaños, alisos, robles, centenares de líquenes abrazando con fuerza troncos y piedras y más de 20 tipos de helechos, algunos existentes desde la época en la que se extinguieron los dinosaurios. Y sobre su fauna: 103 especies de aves, 41 de mamíferos y hasta 8 clases identificadas de peces. La riqueza y diversidad de ecosistemas es uno de sus mayores valores.
Fragas do Eume es sinónimo de paisajes de belleza insuperable teñidos con los colores de cada estación, de fuentes y cascadas improvisadas. Y, nutriéndolo todo, está el cauce del Eume. Unas aguas turquesas que regalan al caminante nieblas y brumas a su antojo envolviendo la fraga en un halo de misterio tras el que, con un poco de imaginación, pueden adivinarse los duendes y meigas tantas veces mimetizados en leyendas gallegas.
Entre toda esta explosión de naturaleza atípica, también hay un componente histórico y arquitectónico. Monumentos, generalmente de índole religiosos, que tienen su buque insignia en el monasterio de Caaveiro, situado en pleno corazón del parque. Un claustro benedictino de 1.200 años de antigüedad que puede visitarse gracias a las visitas guiadas gratuitas que hay programadas cada 45 minutos. Las vistas desde lo alto del promontorio donde se asienta este cenobio son, sencillamente, espectaculares.
Rutas en Fragas do Eume
Una de las rutas de senderismo más sobresalientes es el Camino de Os Encomendeiros, que llega hasta el convento. Los 5,5 kilómetros de esta senda comienzan en el puente colgante de Cal Grande y discurren, principalmente, por carretera asfaltada. Sin embargo, existe otra opción más que recomendable de realizar parte del camino entre la frondosidad del bosque, cruzando el puente de Cal Grande primero y el de Fornelos después.
Si no tienes vértigo, la sensación de estar suspendido sobre el Eume en esta pasarela oscilante es digna de ser experimentada.
También de dificultad baja es el itinerario circular de 10 kilómetros que atraviesa los montes de A Marola y Pena Fesa. Con unas generosas panorámicas, resulta especialmente indicado para hacer con niños, pues discurre por pistas forestales amplias y limpias, y carreteras seguras por las que no transitan vehículos.
Fragas do Eume es una masa frondosa, original y única. Un bosque encantado donde las palabras sobran.
Elísabet García